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Tres días antes de ser encerrado en donde Papi Lee.


—¡DongHae, DongHae! —gritaba un muchacho rubio mientras corría hacia el pelinegro con una gran sonrisa, de oreja a oreja.

—¿Qué te sucede, escuincle mal hecho? —preguntó el mencionado mientras bajaba un pocos sus lentes oscuros.— Estoy ocupado ahora.

—¿Ocupado? Sólo te veo comiendo moscas. —respondió cruzándose de brazos.

—¿Ves esa sabrosura que está allí? —el menor asintió— Bueno, lo estoy marcando. —DongHae sonrió y mordió una de las patillas de los anteojos.

—¿Aquí es donde comienza la operación "zorris", culo de marshmellow?

—Sí, RyeoWook, al parecer tienes cerebro... lástima que de seguro es la mitad. —bromeó el mayor.

—Espera... Pero ése es un policía, hyung...

—Debe tener una pistola fantástica. —murmuró DongHae, que, para su mala suerte, el menor escuchó un poquito.

—¿Qué dijo?

—¿Qué dije qué?

—Ugh, nada... Vine aquí porque encontré algo extraño y quiero que vaya a verlo conmigo. —RyeoWook hizo un pequeño puchero tratando de convencerlo.

—¿Qué encontraste? ¿Una nave alienígena? No te asustes si sale una señora y dice "vinimos en paz a buscar a un estúpido niño que le gustaría ser Christopher Robin", es tu mamá.

—Pero qué chistoso, me estoy meando de la risa. —contestó el rubio con sarcasmo.— encontré a un chico que tiene cara de emo, es raro... y me cae bien. Quería presentártelo así hagas nuevos amigos ya que no tienes ninguno por perra fea y envidiosa, pero mira si se asusta y me deja.

—Respétame mocoso sucio, vete a jugar con tu emo que yo voy a hablar con mi esposo. —DongHae se levantó del pequeño asiento en el cuál se había echado hace un tiempo.

—Si te llega a ver, de seguro dirá "qué hace éste estúpido con gafas de sol en pleno invierno".

—Y yo le contestaré que brilla demasiado y daña mis perfectos ojos.

—Eso es muy estúpido, dámelos. —RyeoWook extendió su mano para que el mayor le diera el accesorio inservible para ésta ocasión.

—De seguro me quedan mejor que a ti y por eso quieres que te los entregue... —le dió las gafas y se trató de peinar con las manos.— Listo, envidiosa. Dame suerte.

—Ten cuidado, que no es bueno coquetearle a un policía.

—Nadie se resiste a los encantos del precioso Kim DongHae, o sea yo, por si no sabías y eres tonto. —se señaló a sí mismo.

—Ojalá el policía te acomode las tuercas flojas.

—Ojalá el niño emo te de una patada. —bufó el más grande.— Ahora, discúlpame, voy a alejar a las zorras esas que están hablando con mi policeman. —se despeinó un poco él mismo y se dirigió al policía que se encontraba vigilando en la esquina de la plaza en la que estaba.

Pelo castaño, ojos negros y tez casi lechosa. Justo como le gustan.

Empujó con disimulo a las jóvenes que estaban charlando amistosamente con su presa y colocó sus delicadas manos en los hombros del contrario. Obviamente la mirada confusa del adverso no tardó en hacer presencia junto con la pregunta;

—¿Qué necesita? ¿Sucedió algo?

Si el policía tan sólo supiese de que él fue quien se puso a rociar con pintura las espaldas de las vacas la última vez, no le estaría preguntando aquello. Pero bueno, ése es otro tema bastante extraño.

—¡Aquél extraño! —señaló a RyeoWook, quien estaba mirando desde lejos lo que su hyung hacía.— ¡Robó mis gafas! ¡Haga algo! —chilló DongHae.

El policía no hizo nada más que caminar hasta RyeoWook, acompañado de un DongHae sonriente.

—Disculpe... —comenzó a hablar el policía con un tono serio.— usted robó las gafas de éste hombre, por favor, devuélvalas.

RyeoWook, obviamente, dirigió su mirada a DongHae buscando alguna respuesta de porqué aquél chico venía a pedirle los anteojos, pero sólo recibió una sonrisa divertida y señas que le daban a entender que no debía devolver el accesorio, así que, como el niño obediente que es, le negó al policía.

—Sabe que si no las devuelve se meterá en problemas, ¿No? —preguntó el más alto.

DongHae gesticuló un "no" con la boca y RyeoWook volvió a negar.

—Bueno, ya se lo dije, ahora devuélvalas. —el azabache extendió su mano para que el joven le diera las gafas.

—¡Devuélvalas! —chilló DongHae mientras le guiñaba el ojo a su amigo.

El policía estaba preguntándose qué mierda es lo que hacía en esta situación, se supone que él debe estar atrapando a gente que robe de verdad, no hablándole a un niño que sostiene una gafa y no quiere entregárselas. Él quiere apuntarle a alguien con una pistola, escapar, llevar algo a la comisaría. Nunca le tocó un día en donde cosas así pasaran, él simplemente quiere acción. Pero bueno, hoy no se puede. Arrebató los anteojos de las manos del adverso y se las entregó al pelinegro que estaba detrás de él.

—Listo. —dijo el policía y comenzó a alejarse de los chicos.

Iba a volver a su puesto si tan sólo esa delicada mano en su brazo no lo hubiese detenido.

—Espere, le quiero dar las gracias. —el pelinegro le sonrió y se acercó con la intención de darle un pequeño beso en la mejilla.

"Alto ahí, loca" era lo que el policía quería gritarle, pero luego pensó; nunca nadie le dió un "premio" por hacer su deber. Ni siquiera el oficial Park... así que, ¿Por qué no? Un beso no hace mal a nadie.

Por más que se vea extraño por ser dos hombres.

Sintió los esponjosos labios del chico sobre su mejilla y luego un fuerte apretón en su nalga derecha.

—¿P-Pero qué mi...?

Si tan sólo el pelinegro no se hubiera echado a correr ya lo hubiese golpeado con la macana.

Maldición Lee, te tocaron una nalga.

𝑷𝒐𝒍𝒊𝒄𝒆 𝑳𝒆𝒆 ◽ EunHae (+18) (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora