𝑷𝒐𝒍𝒊𝒄𝒆 𝑳𝒆𝒆 ◽ EunHae (+18) (Adaptación)

10

—Aquí es. —habló Heechul mientras dejaba al pelinegro frente a una puerta de acero, que lentamente se abría sola.

Esto más que una cárcel parecía una casa del terror escondida detrás de un cartel falso lleno de arcoíris y miles de Leecitos.

Entró a paso lento al cuarto y visualizó un teléfono tipo ladrillo que estaba parado en una pequeña mesita cuadrada, y al lado, un pequeño banquito circular. Caminó hasta llegar a ellos y se sentó en el banquito a la vez que tomaba el teléfono entre sus manitos.

—¿Hola, Brittany? —preguntó DongHae esperando una respuesta.

—RyeoWook estúpido.

—¡Oh! ¡Hola RyeoWook estúpido!

—Si serás imbécil.

—¡No sabes lo que pasó! —chilló DongHae.

—Qué te pasó ahora, mujer...

—Se la chupé al oficial.

—¿Que tú qué?

—Que le metí la lengüita a su golosina.

—¡Habla bien perra estúpida, que yo no te eduqué así!

—¡Que me comí su salchichón!

—¿No pudiste esperar al menos?

—¿Esperar? No bebé, su pene me llamaba.

RyeoWook quedó en silencio un tiempo antes de contestar.

—¿Los penes hablan?

—Hmm, se puede decir que si.

—¡¿En serio?! ¿Cómo es que no me entere?

—Fácil amiguito, es porque eres estúpido.

—Bueno, DongHaennie, te hablé para preguntarte algo importante.

—Ya te dije que no sé dónde dejé tus galletas la última vez.

—Okey, ahora a la otra pregunta.

—Rapidito que debo ver a mi hombre.

—¿Cuánto debes? Me dijeron que para sacarte debo pagar algo, no escuché mucho porque me estaba arreglando las uñas y eso...

—Según mis magníficos cálculos, son $150.

—No te duermas hoy, quizá le pida a Yesung.

—¿Yesung?

—¡Sí, es el emo que conocí y pensé en presentártelo! Bueno, debo irme, se me está quemando el pan.

—Adiós, Wookie.

—Posiblemente tarde en convencerlo, pero lo haré de alguna manera, ¡adiós!

Luego de eso, la llamada finalmente se cortó. Se sentía afortunado de tener un amigo tan raro como RyeoWook.

Saldría finalmente.

Pero extrañaría el caramelo de Lee, tenían privacidad ahí en la celda, que lastima.

Pero su plan de conquista no terminaría, claro que no.

Salió de la sala y Heechul le tendió el brazo, invitándole a que se abrazara a él como esas abuelitas amigas chismosas que caminaban juntas mientras se contaban las desgracias de las otras personas. Y caminando de esa manera, Heechul habló:

—Sé lo que hicieron. —DongHae con esa sola frase se puso realmente nervioso.

Aunque Heechul no se veía una persona acusadora, tenía que tener cuidado.

—¿Qué hicimos qué? —preguntó DongHae, haciéndose el que no sabía nada de nada.

—Pequeño Haennie, sé que le chupaste el pito a mi niño.

—Oh...

—Sí, "oh" es lo que se escuchaba.

—¡¿Se escuchaba?! —preguntó nuevamente DongHae, esta vez elevando un poco el tono de su voz.

—¡Claro que sí! Gracias a Dios el ermitaño de LeeTeuk estaba completamente dormido.

—Oh Dios mío...

—Eso también decía...

—Calla, no lo recuerdes.

—¿Por qué no, Haennie? —interrogó Heechul.

—Porque me pongo caliente y luego no me quiere atender. ¿Sabes lo difícil que está siendo mi vida ahora? —respondió DongHae mientras hacía un leve puchero.

—Claro... hey, DongHaennie, nuestro grupo tiene una mesa para comer en el patio donde están los presos, esos tórtolos deben ser vigilados. No has comido desde que entraste...

Inmediatamente se le vino a la cabeza el pene de HyukJae y pensó; "Oh, claro que he comido"

—¿A qué vino eso?

—¿Te parece si nos acompañas a comer luego?

—Ya deberías saberlo. ¿Pero Park Hyung no se molestará con ustedes?

—Oh, si lo pides cuando él recién se despierta te responde con un "sí, sí"... Así que no te preocupes.

—¡Fantástico! —chilló nuevamente el pelinegro.

—Sí, pero no hagas nada raro.

Y allí el sueño de sentarse en las piernas de HyukJae y bailarle se fue a la basura.

—Uy así qué chiste.

—Ya, ve a la celda y si te encuentras con Siwonnie, dile que necesito hablar algo con él en privado. Gracias Haennie.

—Claro...

Se despidieron, para luego tomar cada unos caminos diferentes; DongHae a la celda y Heechul se fue a joder a su jefe.