Vamos A Jugar Con Tu Corazón. [PAUSADA]

|Capítulo 10: Profundo Y Lúcido Sueño.|

∞ Narrado por CHRISTINA. ∞

   Estaba perdída en mis pensamientos, sin noción del tiempo. Con un único pensamiento en mi mente.

Alguien se sentó a mi lado y no me percaté de que era Brianda, hasta que escuché su voz.

—¿Podemos hablar? Quiero explicarte todo, esto es un malenten...

—¿Un malentendido?—Interrumpí de forma brusca— La vida de Matías pende de un hilo, ¿Y le llamas a esto un malentendido?

—Lo sé, me refiero a que nunca fue mi intención llevar a Matías, y podré estar loca, tal vez muera sola por mi carácter y mis desórdenes, pero no sería capaz de matar a alguien, o tener la intención de—Dijo entre lágrimas—. Así como tú, espero que Matías viva, y una vez que él me perdone, me iré de sus vidas por siempre, lo prometo—Hizo una breve pausa, mientras yo la miraba de forma dubitativa—, y no lo quise arrojar a la calle, él perdió el equilibrio y créeme que cuando quise hacer algo para evitar el accidente ya era tarde, pero por favor, debes de creer en mí, por más molesta que estuviera con Matías, jamás desearía su muerte, ¡mucho menos causarla!—Terminó de dar su explicación. Algo me decía que debía creerle sólo la mitad de lo que decía.

—Yo deseo lo mismo—Comenté más tranquila—Deseo que Matt viva, y si recuerda que explique todo lo que sucedió; por el momento te creeré. Sin embargo, no significa que te hablaré como su nada hubiese pasado. 

—Lo acepto, ¿Puedo quedarme aquí? 

   Asentí sin decir una palabra, mientras me hundía aún más en mis pensamientos.

   Realmente deseaba que Matías viviera. Deseaba eso más que nada. Creí que tal vez iba muy rápido, porque ¿Quién quiere tanto a alguien en tan poco tiempo? Pero no era poco tiempo, era simplemente todo el amor que había reprimido y ahora estaba explotando fuera y dentro de mi mente y mi ser. No me importaba sí sería correspondida, aunque todo parecía que sí, pero estaba decidida a tomar el riesgo. 

   Pero si él no vivía, iba a ser muy difícil poder vivir sin él.

   Pasaron algunas horas—las cuales habían sido para mi una eternidad— y un doctor salió a la sala de espera. 

—Familiares del Señor Matías Castro.

—Eh...nosotras...Les avisamos a sus padres pero viven en el Reino Unido, así que no llegaran pronto—Explicaba de pie.

—Y no tiene familiares aquí—Completó Brianda.

—Nosotros somos sus amigas, sus únicas amigas—Continué yo.

—Está bien, ya que ustedes son las únicas relacionadas con el señor Castro, me dirigiré a ustedes—Prosiguió el doctor—. El joven Matías se encuentra en un estado de coma nivel 2; los daños al cerebro no fueron graves; pero tuvo severas fracturas de cadera y en una pierna; es algo muy bueno considerando el tamaño del camión que lo arrojó, es un milagro que esté vivo. Sin embargo, no sabemos como mejorará; pero siendo optimistas, no tardará más de un mes.

   El hecho de que Matt no estuviera muerto fue un gran alivio. Pero ¿Coma?

—Y, ¿Cuál es la probabilidad de que sí despierte del coma?—Preguntó Brianda.

—Un 60 o 65 por ciento, hemos hecho lo posible por ahora; en él y en su organismo está mejorar y despertar, o no...—Respondió el doctor—; sólo queda más que orar, y esperar. 

—¿Podemos pasar a verlo?—Pregunté con un intenso deseo de obtener un sí.

—Claro que sí, pero de uno en uno, por favor—Indicó el doctor.