|Capítulo 7: Coincidencias Y Advertencias.|

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∞ Narrado por CHRISTINA. ∞

   

   Había olvidado la cena de Brianda. "Mierda", pensé. ¿Y ahora? "Pues le preparo algo y ya".

   Abrí la puerta de mi casa, y me encontré a Christina sentada en la sala, frente a la televisión, sin embargo no estaba viéndola: tenía una mirada perdida y de susto, cómo si hubiera visto un muerto o algo así. Ella se percató de que yo entré; a lo que al instante corrió a recibirme con un abrazo, y yo le correspondí.

¡Christina! Gracias al cielo que llegaste—Dijo entre pequeños sollozos. Hundió su cara en mi hombro.

Sí, discúlpame, estaba tan exhausta que no pude traerte la cena pero puedo preparar algo—Ella comenzó a llorar y esto de verdad me conmovió. Yo acariciaba su cabello.

No, no tengo hambre, que bueno que estás bien y que estás aquí.

Pero, ¿Qué sucede? ¿Por qué lloras tanto?

Tuve dos pesadillas terribles, una dentro de la otra—Decía mientras lloraba—. He investigado en el internet y se llama sueño del falso despertar, pero fue terrible—Explicaba caminando hacia la sala. Yo, confundida y sin dudar de escucharla, la seguí.

Bueno, cuéntame de qué trató—Dije lo más interesada posible. Ella narró el sueño detalladamente; todo lo que vio, todo lo que hizo y todo lo que sintió. Yo miraba confundida ya que su narración era algo difusa, y en cierto modo algo que parecía muy real. Y de pronto dijo:

...Entonces los encontré en el apartamento de Matías teniendo sexo...—Mi semblante cambió de confuso y preocupado a serio y ausente. Brianda tenía la cabeza baja, entonces, antes de que continuara su narración, la alzó para verme y se dio cuenta que mi semblante había cambiado notablemente. Ella estaba a punto de decir algo y la interrumpí.

¡¿Que qué?!—Dije exaltada—Pero Brianda, ¡¿Cómo se te ocurre?!

Pues, es lo que soñé, ¿Tú crees que yo elijo que sueño?—Reclamó algo molesta.

Obvio no, lo siento, en serio—Me disculpé apenada—. Esto debió haber sido demasiado duro para ti.

Y eso no es lo peor, después grité muy fuerte, y desperté en otra escena peor—Decía entre lloriqueos. Yo asentí dando a entender que continuara y ella prosiguió.

Desperté y estaba con un cuchillo en mis manos; tú y Matías estaban tirados en el suelo y estaban desangrándose...—Explicaba ella rápida e inquieta—Christina, tú sabes que yo no los mataría, ¡no sé ni siquiera por qué soñé eso!

   Entonces me di cuenta de que si ella se enteraba de que yo había hecho algo con Matías, si sería capaz de matar. Ese sueño no fue na simple coincidencia, ese sueño fue más que solo una pesadilla. Ese sueño había sido una premonición. Esa pesadilla había sido una advertencia.

Sí Brianda, yo sé que tú no me matarías—Dije algo sarcástica, lo cual no notó Brianda pero aún seguía llorando. Y entonces lo impensable sucedió.

Christina, ¿Tú crees que este sueño signifique algo? No lo sé, ¿Cómo una advertencia?

   Estaba impactada, de nuevo. En ese momento me sentía en un interrogatorio o cómo si estuviera conectada a un polígrafo, y que ella podía saber lo que pensaba, y que estaba a punto de descubrirme. Lo admito, me sentí como un criminal que estána punto de capturar. Sin embargo, así como es de peligrosa la imaginación de Brianda, ella podía suponer situaciones extremas basadas en su pesadilla. Quería confesarle todo, pero a la vez quería reclamarle por haber sido mala novia con Matías—aunque eso no fuera de mi incumbencia—, juro que en ese momento quería que la tierra me tragara. Yo estaba nerviosa y Brianda notó que mi semblante no lucía relajado, y que miraba fijamente el suelo. Me relajé y entonces le contesté.

Puede ser, o simplemente puede ser que te afectó mucho el pesado día que tuviste, porque ya ves que dicen que los sueños sirven para desechar información que el cerebro no necesita, o considera "basura"—Dije e hice las comillas con las manos cuando mencioné la palabra 'basura'.

¿Tú crees? Ay no sé, yo presiento que esto es una especie de advertencia...—Expresó Brianda de forma misteriosa y dejando la frase con un aire de incompleta, esperando a que yo dijera algo. De la desesperación y de la preocupación de que Brianda comenzara con sus suposiciones extremistas, completé.

Advertencia, ¿Para ti o para mí?—Pregunté frunciendo el ceño.

Pues yo lo soñé, supongo que es para mí—Espetó.

Bueno, entonces cuídate—Respondí de igual manera.

Lo haré—Dijo con una sonrisa hipócrita—Bueno, me voy a dormir, y de nuevo gracias por dejarme estar aquí, mañana saldré a buscar un trabajo—. Yo la miré seria y asentí sin ganas.

Ay amiga, por favor, no te preocupes, para eso estamos ¿No?—Tomé sus manos con las mías—Y pues, eso último no es mala idea—Finalicé con los ojos abiertos como platos.

Está bien, me voy a dormir, buenas noches, descansa—Se despidió Brianda mientras se dirigía a "su habitación".

Buenas noches, igualmente—Dije mientras cambiaba de canal el televisor.

   Vaya, el día ya había terminado y todavía estaba pesado.

***

∞Narrado por BRIANDA. ∞

    Ya estaba acostada. Podái percibir el bajo sonido que producía la televisión encendida. Pienso que durante el tiempo que pasamos hablando sobre lo que me sucedió, mantuvo un comportamiento extraño, incluso que podría denominar como sospechoso. No sé por qué. Creo que le resulta incómoda mi estancia aquí. Pero mañana saldré a buscar un buen trabajo, y pronto me iré a un nuevo departamento, a comenzar una nueva vida y a tratar de ser feliz de nuevo.

***

Hablemos—Apareció Matías detrás de mí, jalando mi brazo y girándome a él.

No, suéltame. ¿Qué quieres?—Espeté, tratando inútilmente de zafarme de él.

Vete, quiero que te largues, o si no, no vas a volver a ver la luz del amanecer otro día—Amenazó con una cara de de rabia.

¿Para qué? ¿Para que te cojas a Christina sin sentir culpa?—Su semblante se tornó serio y preocupado. Supe que era verdad, y sin querer, él lo confirmo.— No, no me iré, me quedaré a hacerles la vida cuadritos, y habrán deseado no conocerme, ¡infeliz! No te tengo miedo—Grité. Él seguía confundido y serio, entonces  golpeé su brazo y él me soltó, pero una rara fe invisible fuerza impidió mover mis piernas; me hizo permanecer allí a observar a Matías sin poder echarme a correr.

Oh, bueno, entonces no me dejas opción—Finalizó él mientras sacaba una pistola del bolso trasero de su pantalón. En menos de dos segundos la cargó y me apuntó a la frente. Yo quedé petrificada.

Adiós amor—Y disparó.

   Desperté. Eran las 3:00 a.m. y estaba sudando. Todo estaba oscuro y frío. Otra pesadilla. Otra advertencia.

Vamos A Jugar Con Tu Corazón. [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora