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Y ahí estaba el peliverde. Parado frente a la gran entrada de la UA, simplemente estaba maravillado, desde niño, soñó con alguna vez estar ahí, y ahora por fin se estaba cumpliendo su sueño. Mientras Izuku veía emocionado la fachada de la escuela, un rubio lo veía con una pequeña sonrisa, le alegraba ver a su amigo asi de feliz.

Finalmente se decidieron a entrar. Al parecer el destino quería tener juntos a estos dos inseparables amigos, ya que increíblemente les había tocado en el mismo grupo, 1 A.

Caminaron por la gran escuela siguendo las indicaciones que les habían dado el día de su inscripción, ahora ambos veían asombrados la escuela por dentro, ya que aunque no lo admitía, aquel rubio también había soñado desde niño con poder asistir a la UA, y ahora, estaba ahi, rumbo a su salón junto a su amigo peliverde.

- Bien según lo que nos dijeron en las inscripciones, hmmmm nuestro salón debería de estar... ¡Ahi!-. Señaló con entusiasmo el peliverde.
- Deku, no seas tan gritón, es irritante-.
Dijo bajando la cabeza el rubio.
- ¿Acaso te avergüenzas de mi?-.
- No es eso, solo no lo hagas-.
- Esta bien esta bien-.

Ambos entraron al salón, encontrándose con un montón de gente que no conocían. Obviamente, era su primer día. Conforme iban avanzando buscando un lugar donde sentarse varios de los presentes se le quedaron viendo al peliverde, la mayoría con asombro y otros susurraban entre ellos sin quitarle la vista de encima. Aún era temprano, por lo que todavía no llegaban todos, el peliverde ignoro las miradas hacia el y sin mas, junto con el rubio  buscaron un lugar en la parte trasera del salón y se sentaron.

Comenzaron a hablar, bueno, mas bien Izuku comenzó a hablar de lo emocionado y feliz que estaba por haber entrado y de lo raro que había sido que se le quedarán viendo.
- ¿Por qué me miraban tanto? ¿Acaso tengo algo en la cara?-. Habló Izuku con cierto fastidio.
- Solo ignoralos, supongo que te ven asi por lo que sucedió en los exámenes-.
- Ah, no entiendo porque les interesa o sorprende tanto-.
- Tal vez les sorprendió ver a alguien manejar tan mal su quirk-. Dijo con una sonrisa burlona el rubio.
El peliverde lo miro mal y empezaron a discutir, hasta que una mano toca el hombro de Izuku.
- ¡Hola! Soy Uraraka, Ochako Uraraka-. Dijo una castaña con algo de nervios.
- Ah, eres la chica de los exámenes, hola-. Respondió un tanto serio el peliverde.
- Solo quería agradecerte, como te desmayaste ya no tuve la oportunidad de hacerlo, y ahora que veo que estamos en el mismo salón decidí hacerlo-.
- No fue nada, solo hice lo que sentí era correcto-.
Mientras la castaña seguía hablando y agradeciendo al peliverde, este sin prestarle atención miro de reojo a su amigo rubio quien lucía aburrido y después miro hacia la puerta, viendo a sus demás compañeros llegar, todos con aspectos peculiares, hasta que pudo ver entrando por la puerta a un chico con un singular cabello, si bien todos sus compañeros eran algo raros, estos llamaron su atención dejándolo helado.
Pudo ver a un chico de su edad con el cabello fraccionado por dos colores diferentes, blanco y rojo, al ver esto se paralizó, volteó a ver al rubio dándole una mirada indicando que viera hacía enfrente, el rubio lo vió de mala manera y miro hacia donde el peliverde le indicaba, al ver lo que su amigo abrió los ojos y al igual que el peliverde, se paralizó. Ambos miraron con sorpresa y algo de temor al chico, que al traer la cabeza agachada no le podían ver el rostro.

Simplemente no lo podían creer, inmediatamente comenzaron a negarse la idea de que aquél chico fuera su amigo pérdido de la infancia, pero por otro lado, una parte de ellos deseaba que asi fuera.
Lo siguieron con la mirada y vieron que se sentó en el otro extremo del salón más enfrente que ellos, también podían ver que comenzó a hablar con una chica pelinegra, está tenia un extravagante peinado y hablaba muy animada con el chico.

En eso llegó lo que al parecer seria su profesor, un hombre con aspecto desalineado, cabello negro hasta el hombro, ojeras y una especie de ¿saco de dormir? Definitivamente la gente en aquella escuela era muy extraña.
La clase comenzó y el hombre explico todo lo relacionado a las actividades, los horarios y la forma de dar las clases, entre tantas explicaciones y bienvenidas termino siendo hora del almuerzo. En todo ese rato el rubio y el peliverde no habían hablado con nadie, tal vez tenía que ver el hecho de que todo el rato tuvieron una cara complemente sería, sin expresión alguna, cuando estaban solos solían ser mas expresivos y bromistas, pero cuando había mas gente hablaban poco y siempre estaban serios.
Esto era diferente cuando eran niños, pero luego de lo ocurrido con el bicolor cambiaron mucho al interactuar con los demás. Bakugo cuándo llegaba a hablar con alguien que no conocía era grosero y directo, diciendo solo lo necesario, mientras que el peliverde si bien no era grosero como su amigo, se limitaba a hablar poco y estar serio.

Llegaron a la cafetería, fueron por su comida y se sentaron en una mesa vacía. A decir verdad, la comida no estaba tan mala como comúnmente lo es en las escuelas, sin embargo ambos chicos preferían la que preparaba la madre del peliverde. Sin mas comenzaron a comer mientras hablaban de que les había parecido las primeras clases y de lo raros que eran sus compañeros.
- Soy yo, o todos aqui son raros-. Dijo curioso el peliverde.
- Al parecer asi es, todos son bastante extraños-. Contesto el rubio.
- Creó que cada uno tiene un color diferente de cabello, incluso hay una chica de piel rosada. Vaya que son peculiares-.
- Bueno, si hablamos de cabello eres el menos indicado para hablar dado que tu parece que tienes un brócoli gigante pegado a la cabeza-.
Izuku lo miro mal y siguió comiendo.

Mientras tanto del otro lado de la cafetería un bicolor comía en silencio en una mesa solo.
- ¿Por qué no me esperaste para venir juntos?-. Preguntó una pelinegra haciendo un puchero y sentándose frente a este.
- No lo se-. Contesto desinteresado.
- Bueno, como sea, estoy feliz de que nos haya tocado en el mismo grupo. Estaba algo nerviosa por saber si entraría pero ¡si! Incluso estamos en el mismo salón-. Hizo una pausa.
- Al parecer el destino nos quiere juntos, ¿no es asi Todoroki?-. Habló coqueta la pelinegra. El bicolor solo la vió serio y siguió comiendo, pasando totalmente de ella. ~¿Qué es lo que le pasa? ¿A qué viene ese comentario? Por Dios, estaba comiendo tan tranquilo y ya me lo ha arruinado~ pensó el bicolor rodando los ojos.
El chico trató de terminar su comida lo mas rápido posible para poder irse y deshacerse de la compañía de la pelinegra, si bien, la conocía desde hace ya varios años y era una de las pocas personas con las que se llevaba medianamente bien, en ocasiones le irritaba y le hartaban las conversaciones monótonas de la chica.

Whoot whoot!
Traté de apresurarme con el capítulo para poder traerlo hoy, definitivamente estoy en racha.
¿Vieron que cambié la portada? Sinceramente ya no me gustaba la otra y decidí hacer una nueva.
Esperó les este gustando la historia y la disfruten, tanto como yo disfruto escribirla. Cuídense mucho y nos leemos luegoo estrellita.
(人*´∀`)。*゚+

En verde brócoli (Tododeku) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora