Capítulo 7 - Sabes delicioso +18

265 14 2
                                    

Yo entiendo lo que quiere decirme con su mensaje y sonrío al saber que ambos queremos lo mismo, pero dispuesta a no dejar pasar la oportunidad de hacerle una broma.

—Pero si aquí estás conmigo —digo irónicamente. Alejandro me mira sin entender mi broma, que hace que no pueda aguantar mi carcajada; menea la cabeza en señal de desaprobación a mi chiste—. Ríete que es divertido

Él se ríe negando con su cabeza

>> Bueno —Me le acerco un poco—, ¿qué tal si buscamos un taxi? —pregunto y asiente con una sonrisa en sus labios—, pero te recuerdo que debemos pasar primero por el hospital para dejarle la comida a mi hermana —Le señalo la caja de pizza que tengo en la mano.

Me acerca más a él mientras acaricia mi espalda baja —perfecto —dice, dándome un beso en los labios.

Una vez agarramos el taxi le digo que voy para el hospital J.D.

Cuando vamos llegando la llamo para que salga y reciba la comida.

—Isa

—Sal que ya estoy llegando —Le aviso

—¡Anda!

—¿Qué pasó Alexa? —pregunto por su extraña respuesta, me esperaba una alegría para decir que saldría en un rato.

—Es que el doctor que te conté me sorprendió con un pedazo de pizza.

—¿No pudiste llamarme? —Le reprocho

—Igualmente, déjamela que me la comeré más tarde Isa —contesta

Esa es la hermana que conozco y cuelgo.

Cuando llego me encuentro con la sorpresa de que sale una amiga enfermera de Alexa, la cual me dice que Alexa le pidió el favor de recoger la comida por qué está en una cirugía de urgencia. Yo le entrego la caja y me monto en el taxi para que arranque.

—¿Qué es lo que hace Alexa? —pregunta Alejandro

—Es ginecóloga

—Interesante —dice y asiento.

Mi hermana siempre le ha parecido interesante ese campo, lo que me recuerda lo diferente que es a mí, porque yo le tengo pavor a la medicina.

Estamos en el taxi cuando siento que Alejandro estira su brazo y me jala hacia él para besarme apasionadamente. Respondo al beso, haciéndome erizar; podría desnudarme aquí mismo y coger con él sin importar que el taxista vea.

Él se separa de mí para observar al taxista, sigo atontada por su beso y me lo quedo mirando, agarra mi mano y la coloca en su erecto pene; aprovecho y lo aprieto con fuerza, eso hace que me vuelva a besar, mientras lo tomo con más fuerza ahoga un gemido en mi boca.

Disfrutando mi caricia a su miembro por encima de su bermuda, me aprieta la mano para que le coloque más presión y me besa con más intensidad. Esto me hace humedecer cada vez más, anticipando lo que quiero que venga.

Me excito cada vez más con su beso y tengo muchas ganas de montarme encima de él. Pero en esas el taxi comienza a descender su velocidad lo que hace que miremos por la ventana del taxi y notamos que estamos llegando al hotel.

Alejandro paga y nos bajamos del taxi, entramos al hotel. Él pide su llave en la recepción sin soltarme de la cintura y subimos por las escaleras a su habitación.

Cuando entramos a la habitación, cierra la puerta y sin dejarme huir me arrincona contra la pared y me besa más intenso con sus dedos en mi cabello, lo tomo por la camisa para acercarlo también a mí.

Fantasías en la perla I [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora