Capítulo 33 - Como un bruto

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Alejandro se agacha a mi lado

- ¿Estás bien morena? - me pregunta preocupado

Yo no le respondo, solo lo miro a través del espejo

- Morena, mírame ¿qué sucede?

No soy capaz de hablar, no sé a qué se ha debido lo que acaba de pasar, pero él está como si nada

Me toma. En brazos y me lleva a la cama, me acuesto y se acuesta a mi lado

- Morena por favor, mírame reina

No sé si hacerlo o no, pero decido hacerlo

Lo miro

- ¿Qué sucede reina? ¿estás bien? ¿Te hice daño?

Siento que si hablo me iré en llanto así que decido acunarme en su pecho sin mirarle la cara

- ¿Qué pasó? - logro preguntar, al tiempo que un par de lágrimas recorren mis mejillas

- Morena mirame

- No

- Mírame por favor

Me levanto furiosa de la cama

- ¿QUE QUIERES? ¿PARA QUE ME PIDES QUE TE MIRE? ¿PARA REGODEARTE EN QUE ME HAS HECHO LLORAR IMBÉCIL? - le grito y meto al baño que y aunque no soy capaz de sentarme en la tasa, me quedo pegada a la puerta de baño mientras mis lágrimas siguen corriendo por mis mejillas

Alejandro empieza a toca la puerta

- Morena por favor sal, déjame explicarte, no fue mi intención hacerte sentir mal

No presto atención a su súplica

- Por favor sal, déjame explicarte

Furiosa seco mis lágrimas y salgo del baño

- A VER DIME - le grito - ¿Qué quieres explicarme? - suelto molesta

Alejandro me abraza y me besa la cabeza

- Perdón reina, perdón, perdón - me dice mientras me tiene en sus brazos y me da besos - nunca quiero que llores por mí ni por nadie

- Estoy esperando que me expliques

- Ven sentémonos

Caminamos hasta la cama y me siento, Alejandro agarra los vasos sirviendo dos tragos de la botella que había puesto dentro de la pequeña nevera a un lado de la puerta de la habitación

- ¿Quieres algo más de tomar? - me pregunta

- Ahora no - digo tajante

Me entrega el vaso y yo le doy un sorbo al trago

- Morena, me puso mal encontrarnos con ese hombre, pero no fue por eso que me porte así - se toca el cabello de manera preocupado - Solo quise sentirte en el papel de sumisa sin que supieras que solo era un juego - me mira y puedo ver angustia en sus ojos - mi reina quería ser fuerte mientras tú eras mi víctima y la manera de hacerlo era que tú no supieras a qué jugábamos, pero no en serio no pensé que te iba hacer sentir mal - me dice

- ¿Y qué fueron todas esas preguntas absurdas que me hiciste?

- Se me vinieron los celos a la cabeza pero te prometo que no vuelve a pasar morena, enserio no quiero volver a verte derramar una lágrima, solo espero verte feliz y sonriente

Ya no puedo contener mi llanto más, dejo el vaso en la cama y me llevo las manos a la cara soltando mi llanto nuevamente

- No, no, no, no, no - dice angustiado - mi amor ven, no llores reina hermosa, no llores - me carga y me acuna en su pecho

Fantasías en la perla I [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora