Capítulo 5 - ¿Tan bueno fue?

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El taxi arranca y ya con la dirección se dirige a casa.

Cuando me percato está mi hermana mirándome con asombro; al parecer no puede creer que me haya besado con un tipo que acabo de conocer.

—¿Qué pasó ahí? —La miro y no sé qué decir o hacer, más que reírme a carcajadas; no aguanto su cara de no creer lo que ha visto—, ¿Te acostaste con él? —Vuelve a preguntar al no encontrar respuesta a su primera pregunta.

Miro al taxista, preocupada por la imprudente pregunta de mi hermana, pero este continua con su vista al frente.

Volteo a mirar a mi hermana con una sonrisa

—Si

Tapa su boca y niega con la cabeza sin poder creer lo que ha escuchado —No te lo puedo creer

—Y no te imaginas lo increíble que fue —Le digo con picardía—, te aseguro que todos los meses que pasé sin sexo, valieron la pena por ese rato de placer con ese hombre —Termino de confesar

—¿Te cuidaste?

—Obvio si, tonta no soy. Además, sabes que le tengo pavor a quedar embarazada —Le recuerdo

—Un embarazo es lo menos preocupante, una enfermedad eso si es grave —responde

—Pues relájate, cariño, sabes que siempre me he cuidado; si lo hacía con los novios que he tenido mucho más con un hombre desconocido —Aclaro

No responde y creo que está asimilando que he tenido sexo con un desconocido.

Llegamos a casa, cada una se dirige a su habitación y yo decido meterme en el baño para darme una ducha rápida en la que pueda dormir fresca mientras coloco mi celular a cargar.

No sé en qué momento me he quedado dormida, y cuando despierto ya son las 10 a.m.

¿Qué habrá pasado con Alexa?

Me dirijo a su habitación y no la encuentro, luego a la sala, cocina y tampoco la encuentro allí.

Se supone que hoy no trabajaba

Agarro mi toalla, me meto en el baño para darme una ducha. Saliendo envuelta en toalla suena mi celular.

Dilan veo en la pantalla y contesto

—Hola cariño ¿Qué tal tu día?

—Me quedé esperando tu llamada ¿Dónde estás?

—En casa y ¿Tú?

—Saliendo de mí casa

—¡Caramba! ¿No trabajaste hoy? —pregunto

—Hoy trabajo a la 2 p.m. ¿Qué hiciste ayer que no me llamaste?

—¿Puedes llegar a mi casa?

—Ok, llego en cinco minutos, pero no puedo demorarme

—Perfecto, te espero —Le digo y me comienzo arreglar.

Veo que tengo unos mensajes en el chat de un número desconocido

Desconocido: Hola Isabel

Desconocido: Soy Alejandro

¿Enserio me ha escrito?

Creí que no volvería a saber de él

Termino de revisar mi chat, pero no hay nada importante así que sigo para organizar mi habitación y disponerme a preparar el almuerzo. Cuando suena el timbre de la casa, la abro y ahí está mi arrogante mejor amigo.

Fantasías en la perla I [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora