¿Poner a prueba el amor? Pero que clase de juego es este, no sé, y tal vez nunca lo sepa, yo lo único que quiero es saber si en verdad me quiere, si en verdad le importo tanto como él me dice. Recuerdo exactamente como lo conocí, digamos que me salvo el día.
Encantada de conocerte.
Me miré en el espejo tratando de recordarme y decidí que todo lo que haría hoy sería lo que no había hecho desde que salía con el. Hace mucho que no me veía así, con vestido, cabello suelto y tacones. A él no le gustaba que usara tacones, pero a mi si. Entre al carro y prendí el motor, coloque mis audífonos y puse mi canción favorita. Él siempre me dijo que no entendía esa canción, pero yo si. Me dirigí hacía la cafetería que estaba en la esquina, no era muy lejos, pero con tacones todo era muy cansado. Llegué en unos cinco minutos, me baje del coche y arregle mi bolsa. Caminaba tan despreocupada, por un momento sentí que nadie me observaba, o que tenía que ver muy bien lo que hacía y decía, tal y como lo hacía cuando estaba con el. Al casi llegar a la puerta alguien la abrió para mi.
-Gracias –le dedique una sonrisa a un chico.
El solo sonrió. Me dirigí de inmediato a comprar mi café, para después sentarme en una de las mesitas de una esquina. Abrí mi libro favorito y comencé a leer. Ya iba a mitad y eso que apenas lo acababa de comenzar hace tres días, pero es que simplemente me encanta, lo puedo leer una y otra vez y no me aburro. El chico que trabajaba ahí llego con un café listo para mí, le agradecí y se retiró.
-Disculpa.. –escuche una voz llamarme. Levanté la cabeza y me di cuenta que era el chico que me había abierto la puerta.
-¿Si? –dije con una sonrisa.
-Am.. –paso su mano a la parte de atrás de su cuello y sonrió de una forma muy linda- Creo que se te callo esto cuando ibas a entrar.
Extendió su mano con un broche azul que traía en mi bolsa.
-¡Oh gracias! –lo dejo en mi mano y le sonreí- Muchas gracias, enserio, te debo la vida. Creo que no me lo hubiera perdonado nunca si se me llegara a perder.
-¿En serio? ¿Tiene un significado en especial?
-Si, bueno, era de mi abuela y creo que es lo único que me dejo –guarde de nuevo el broche en mi bolsa-
-Que tierno –sonrió-
-Gracias –solté una risita nerviosa, por alguna extraña razón me había puesto tímida.
-Oye.. ¿Te he visto en otro lado? –me miro a los ojos y ahí fue cuando me di cuenta lo hermosos que eran.
-No creo, no lo sé.. –jugué con la pasta del libro-
-¿Vienes muy seguido?
-Casi vivo aquí –dije estúpidamente. Pero por alguna extraña razón él se río.
-¿En serio? Creo que es por eso, yo también vengo muy seguido. Que raro no haberte visto antes..
-¿Por qué?
-Porque no lo me hubiera olvidado.. –sentí mis mejillas sonrojarse y sonreí mirando hacía mi libro- Lo siento, no fue mi intención molestarte.
-¡Oh no para nada! Gracias –le sonreí- ¿Quieres sentarte a platicar un rato? –pregunte un poco apenada-
-Claro, por qué no?
Después de eso seguimos platicando. Era demasiado lindo. Cada vez que reía tiraba su cabeza hacía atrás, se le formaban hoyuelos en sus mejillas y reía como un niño pequeño. Era extraño, “el” nunca pensó que fuera graciosa, pocas veces se reía de lo que decía o simplemente sonreía. Había estado pasando los últimos 8 meses pensando que el amor solo era romperse, quemarse y terminar.. Decidí no mencionar mi pasado en ese momento. Tal veces necesitaba desahogarme con alguien, pero el era el menos indicado, porque simplemente me hacía que olvidara todo. Nos reímos, contamos algunas de nuestras historias en la cafetería, en donde trabajábamos, en donde estudiamos, y resulta que tenemos muchos gustos en común desde la música hasta los libros. Después de un gran tiempo, me acompaño por la cuadra hasta donde estaba mi coche, iba a mencionarlo.. Iba a decir lo que me pasaba, lo que sentía en esos momentos por “el”, pero el comenzó a hablar de unas películas que veía con sus familiares cada navidad, era divertido. Por primera vez, el pasado quedo atrás.
