El líder de la Secta Gusu Lan, Lan XiChen, se ha comprometido con un hombre. Meng Yao, hijo de una prostituta y de Jin GuangShan.
La Secta necesita un heredero y para ello quieren que la doncella Lan Zhan se case con alguien más fuerte que ella...
Wen Chao estaba orgulloso de regalarle a la doncella Lan un quemador de incienso en forma de águila. Wen Ning sostenía la caja roja que la contenía. Por arrogante, Wen Chao tomó el objeto pesado y al no soportarlo lo dejo caer.
Jiang Cheng, Jin ZiXuan y Nie HuaiSang se burlaron.
Wen Ning con una apariencia tan frágil podía sostener con total facilidad el regalo.
—¡Es tu culpa! ¿Por qué conseguiste un regalo tan pesado y frágil? —regaña Wen Chao en sus aposentos.
—Disculpe, usted me pidió el mejor quemador de incienso y eso hice —contesta Wen Qing molesta —. Incluso le recordé que no era buena idea comprar un quemador de incienso. Nie HuaiSang ya había dado uno y de mejor calidad.
—Entonces debiste escoger otra cosa.
Siempre culpando a los demás.
—Fui enviada con usted para ayudarlo a cortejar a la doncella Lan WangJi —Wen Qing deja de lado la formalidad —. Sin embargo, no escucha. Sólo me da entender que no necesita de mí. Es más, debería irme con mi hermano.
—No puedes irte...
— ¿Me escuchara entonces?
—Tengo una idea.
Wen Ning siente la vergüenza ajena apoderarse de él. Wen Qing sabe que esto no será nada bueno, sobre todo cuando Wen Chao le muestra una pequeña botella.
— ¿Le dará un perfume? —pregunta Wen Ning inocentemente. Al ver la expresión de su hermana, se da cuenta que no es un perfume.
—A-Ning, sal un momento —ordena Wen Qing. Su hermano menor hace caso —. Joven maestro, ¿Qué planea con esto?
—Ya sabes lo que es. ¿No? —sonríe con malicia Wen Chao, creyendo que es un brillante genio —. Pon unas cuantas gotitas en el té de Lan WangJi y...
—¡No puede aprovecharse de ella! —exclama Wen Qing.
—Es un gran plan. Si yo le quito la virginidad se verá obligada a casarse conmigo. Sin necesidad de ese estúpido torneo.
—Le recomiendo que entrene más —anuncia Wen Qing lista para irse.
—Si no me ayudas o le cuentas a alguien más de esto... ten por seguro que tu hermanito pagara las consecuencias de tus actos.
Aquello hace que la rabia crezca en Wen Qing. La impotencia es tan acida que por poco le hace vomitar.
No puede permitir que Wen Chao cometa algo tan atroz y tampoco desea que su hermano termine herido.
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Regalar una peineta no es cualquier cosa, tiene un gran significado y Wei WuXian lo sabe muy bien mientras camina por el pueblo.
Jiang Cheng le comentó que no tuvo la fuerza de darle la peineta a Lan WangJi. No por el momento.
