💕Susto

1.2K 157 99
                                    


Bosque de los enamorados. Días atrás.

Necesitaba hablar con ZeWu-Jun sobre los asesinatos que estaban ocurriendo.

Por un lado, sentía que podría ser considerado como un héroe al dar una información tan importante, por el otro lado, maldecía ser el único en saber el responsable de los asesinatos.

¡Y de paso lo descubrieron y quieren verlo despedazado como los pobres mangas cortadas!

— ¡Es de noche y me van a matar! —se quejó el muchacho mientras arrastraba su pesada bolsa.

Podría correr hasta llegar al Cloud Recesses y abandonar sus cosas. Sin embargo, las necesitaba ya que ahí llevaba todas sus herramientas correspondientes para defenderse del asesino.

Iba en realidad muy cargado. Demasiado cargado.

Machetes, hachas y varios talismanes. Muchos talismanes.

Y por supuesto, algo de ropa.

El viento sopló en furia y comenzaron escucharse los cantos de los grillos y el aullido de un lobo.

Los escalofríos recorrieron la espina dorsal del muchacho.

— ¡A la mierda! —pateó la bolsa y se dispuso a irse sin sus cosas.

Sólo tenía que conformarse con su espada y los talismanes.

Había dado cinco pasos hasta que una gota de sangre se deslizó por su mejilla.

Sobre un árbol estaba el cadáver de una mujer.

Se dio la vuelta en pánico y como el destino le gustaba burlarse de él, encontró a una criatura con enormes garras que parecen ser cuchillas.

Aquel ser tan horrible tarareó.

La voz sonaba igual al de la persona que ama.

Gritando como loco, el muchacho salió corriendo mientras se colocaba algodones en sus orejas.

— ¡No oigo, no oigo, soy de palo, tengo orejas de pescado!

¡Todo iba bien por el momento!

Siguió huyendo hasta que rodó por colina abajo.

Al chocar contra el tronco de un árbol, se escondió entre los arbustos temblando de miedo por un buen rato.

Como el miedo no lo había dejado pensar, buscó entre sus ropas algún talismán. Las cuales se fueron cayendo mientras corría...

Y gracias a ello dejo un rastro...

Por lógica el enmascarado pareció tras él.

Gracias al susto, los algodones salieron de sus orejas y sus pelos se erizaron.

¿Qué daba más miedo? ¿El ser de las uñas largas que parecen cuchillas o el hombre que lo estuvo siguiendo para matarlo?

Sólo le quedaba una técnica: Desplomarse en el suelo con la lengua fuera.

—...

El asesino no podía creer que ese tonto descubrió los planes de su jefe.

"Ya está, hoy me matan". Pensó el joven.

Comenzó a gritar cuando sintió el filo de la espada enterrarse en la carne de su barbilla.

— ¡AHHH, AYUDA!

Alguien apartó al enmascarado.

"No sé quién eres amigo guapo, pero definitivamente te debo la vida".

Esclavo de tu voz / WangXian HeteroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora