⚡️Prólogo⚡️

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Kakashi Hatake

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Kakashi Hatake

Suspiré mientras veía la pila de papeles que aún quedaban en el escritorio. Eran las 10 de la noche y aún quedaba mucho trabajo por hacer. 

Nadie me había contado que ser Hokage significaba vivir en la torre y apenas dormir de tanto papeleo. 

—Kakashi-San, ya vaya a casa; Shikamaru y yo terminamos. Ayer también se quedó aquí. —miré a Kumo, que se mordía la uña mientras leía un papel. 

—Kumo tiene razón, debe descansar un poco; nosotros sí fuimos a casa a dormir anoche. 

Suspiré. No es que no confiara en el juicio de ambos para tomar decisiones y llenar los papeles, pero no me parecía justo relegar mis responsabilidades. 

Justo cuando abrí la boca para protestar, Kumo me interrumpió. 

—No le estaba preguntando. —me miró poniendo esa cara que me causaba escalofríos—. Váyase a casa, a descansar, a emborracharse; no me importa, pero descanse. No sea un viejo terco. —me apuntó con su dedo. 

Había una gotita de sudor en mi frente, al igual que en la de Shikamaru. Kumo cada día me respetaba menos. 

—Odio decirlo, pero Kumo tiene razón. 

—Está bien, está bien. Me iré a casa. Los veo mañana, chicos. 

Me levanté mientras tomaba mi capa de Hokage. 

Me despedí de Shikamaru y Kumo mientras salía por la puerta. 

De camino a casa, me pregunté cuándo fue la última vez que tomé sake. Desde que me convertí en Hokage, dejé de salir a bares y básicamente, de hasta dormir. 

Se me ocurrió una locura... ¿Todavía tendría mi peluca de Sukea? 

...

Entré al bar con un alivio que había dejado de sentir hace tiempo. Había olvidado lo que era entrar a un lugar sin que todos te conocieran. Ser Hokage me dio un reconocimiento que jamás quise, pero era parte del trabajo. 

A lo lejos, miré sentada en la barra a una chica con el cabello castaño claro, que tenía un moño rojo en la parte de atrás de su cabello. 

Hubo algo en ella que llamó; en ese momento no lo comprendí, pero años después mientras cuidaba a nuestra hija, lo entendí. 

Me acerqué a la barra cuando su listón del cabello se cayó, así que lo levanté y me senté junto a ella. No me puso atención pero yo sí la vi.

Qué bonita es... fue lo que pensé en ese momento. 

Entonces ella se volteó a verme y me sonrió. 

—Hola. —dijo con una sonrisa y yo miré sus ojos azules.

—Tu listón se cayó al suelo. —le extendí su listón rojo. 

Yo no sabía, que aquella noche la llevaría a casa, tampoco sabía que más tarde terminaríamos cuidando a una pequeña niña. Pero había tantas cosas que no supe en ese momento, que ahora me sorprendo de lo poco observador que fui. 

Lo único de lo que estuve seguro desde esa noche hasta hoy, fue que Soph y yo, éramos la prueba de que existe el amor a primera vista. 

La viva prueba de que dos extraños terminaron diciéndose te amo por muchos años más.

Nunca había escrito en primera persona, así que pido perdón y paciencia por si algo no sale bien:(

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Nunca había escrito en primera persona, así que pido perdón y paciencia por si algo no sale bien:(

Soph ⚡️ Hatake KakashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora