Complejo de inferioridad

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Periandro, el catador de grajos en Alemania, no tenía el trabajo más apetecible del mundo, pero tenía un propósito, ahorrar suficiente dinero para viajar a Hollywood y dejar frente a la puerta de la mansión de Selena Gómez una bolsa de caca de casuario, explosiva. Naturalmente, debía ahorrar mucho dinero. Sin embargo, los días pasaban y su vecino Meritorio se apiadaba de la fatal suerte de Periandro, así que le propuso dedicarse a las apuestas. Periandro aceptó pero eventualmente conoció a una violinista de trap que tocaba alegremente en la gala de los Grammys y se enamoró profundamente de ella. Pero Periandro tenía complejo de inferioridad y pensó en una carrera adecuada para impresionar a Segismunda (que era como se llamaba la violinista). Decidió hacer una licenciatura en elaboración de juntas de ollas de presión, como esas que venden en los portales de Centro Habana. Al saber esto Casiopea, la puntiaguda amiga de su infancia lo invitó a un helado y una piruleta e intentó disuadirlo: Periandro, tu visión de la realidad es nada menos que absolutamente... adecuada. Sólo adecuada, pensó Periandro. Por lo que decidió marchar en proyección astral a la luna del Planeta de los mocos rosa para encontrar su identidad de... quién sabe qué?
                                            🐱

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