As You Wish [Eight]

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Chan había logrado encender una pequeña fogata con los materiales más improvisados que estuvieran a su alcance y le permitieran encender fuego para obtener un poco de calor. Las llamas no eran extremadamente fuertes, sin embargo, calentaban lo suficiente como para que los cuerpos de ambos no pasaran frio alguno. Suspiro observando como Minho se acercaba disimuladamente hasta el desde hace unos segundos atrás mientras su cuerpo temblaba suavemente, de hecho si no te detenías a observarlo no era notable. Los labios del chico estaban considerablemente pálidos, relamió los propios mientras pensaba en que sabor tendrían aquellos delgados y delicados belfos.

El menor, en cuanto estuvo lo suficientemente cerca, sin vergüenza alguna se acomodó en los brazos de Bang, quien únicamente sintió como aquel delicado chico se enredaban en sus brazos, apoyando la cabeza en sus piernas que se encontraban estiradas mientras se abrazaba a la cintura del mayor. Sonrió, pensando en lo bueno que sería quedarse así para siempre.

Esto no es algo que puedes hacer con cualquiera— el pálido hablo con dulzura mientras se debatía internamente si debía acariciar el cabello del menor o no.

¿Por qué?— pregunto el menor con curiosidad mientras su boca se abultaba, como si estuviera a punto de hacer algún berrinche.

Bang pareció pensarlo un poco, la respuesta era claramente obvia pero tampoco sabía cómo decirla sin que sonara como una indirecta para saber si el príncipe tenía sentimientos hacia él. Realmente, se sentía un poco desesperado en cuanto a las emociones que albergaba el menor, llevo sus manos sin saberlo hasta las mejillas del chico, estaban rosadas, el cuerpo de Minho era bastante cálido, era como una sensación reconfortante que necesitaba. El menor sonrió con inocencia, aquella sonrisa le brindo calidez a Bang, no podía explicarlo, simplemente le hacía sentir bien.

— Porque solo lo haces con las personas que amas— expresó en un susurro. Lee parpadeó varias veces mientras trataba de encontrarle el sentido a las palabras que habían salido de la boca del mayor.

Amar.

No lograba entender perfectamente el significado de eso, pero si sabía algo. Chan era especial en su vida, estaba por encima de muchas cosas, el simple hecho de estar entre sus brazos hacia que su corazón comenzará a latir con calidez mientras las ansias de quedarse así para siempre aparecían con intensidad.

Amar.

Emociones que no pueden ser correctamente descritas, que pueden ser similares a mariposas o a comodidad. Y Minho sentía ambas cosas estando con Chan, era un torrente de emociones que le atormentaban con dulzura, no en un mal sentido. El rubio sintió como el menor se acomodaba sentándose en sus piernas, acomodando su trasero en los muslos del australiano. Chan se tenso ante el inesperado tacto entre ambos, la fricción entre sus cuerpos fue inesperada al igual que el cambio de actitud del menor.

El aliento de Minho se mezclaban con el de Chan, sus rostros a unos escasos centímetros mientras ambos comenzaban a jadear debido a la tensión que albergaban.

— Te amo— aquella palabra salió con total sinceridad de los labios del príncipe, algo tan pesado y complicado fue expresado de la forma más ligera posible, cargada de emociones y sensaciones. De sueños y deseos. Bang quedó estático.

Q-... ¿Qué acabas de decir?— las palabras probablemente habrían llegado erróneas, o al menos eso pensaba Bang, sin embargo, Minho no le dió lugar a seguir hablando, enterrando su cara en la curvatura del cuello ajeno mientras dejaba suaves besos.

Chan-ssi, te amo.

Bang negó con su cabeza repetidas veces mientras trataba de analizar la situación, separó brevemente a Minho haciendo que lo viera cara a cara.

— Minnie, no tiene sentido— expresó con tristeza—. Escucha, sé que no sabes mucho acerca de la vida, de cosas que son tan comunes para nosotros y de situaciones de riesgo en los que probablemente estarías sonriendo aún si eso en su mayoría conlleva a la muerte. Realmente me encantaría que fuera verdad tus palabras, pero simplemente no puedo saberlo— decir aquello realmente dolía. Quería tomarlo entre sus manos, besarlo, abrazarlo y dormir con él entre sus brazos. Pero siempre lo detenían las mismas inseguridades. Recibió un golpecito por parte de Minho quien limpio con caricias las lágrimas que brotaban de los ojos del mayor desde hace un tiempo atrás. Bang se sorprendió.

— Pero puedes enseñarme. Que está bien, que está mal— acaricio la mejilla del contrario— cómo amarte, cómo hacer que te sientas amado, qué debo hacer para que puedas creerme.

Bang bajo sus manos hasta la cintura contraria, pensando en que por primera vez en su vida le importaba mucho la sociedad, le importaba mucho el exterior, las personas, el lastimar a alguien, su estilo de vida, su "profesión". El no ser lo suficiente para el príncipe.

Aún así...

Pensó que amarlo, sería lo mejor que podía hacer.

Se dejó llevar, lejos de aquellas inseguridades, violencia, ambiente, lejos del mundo. Se permitió ser vulnerable, mostrarse como una persona ordinaria y frágil ante Minho, apretó su agarre en la cintura del contrario mientras se inclinaba levemente hacia el frente, ladeó su cabeza unos escasos milímetros, juntando sus labios con los ajenos.

Quería tenerlo entre sus brazos, aunque sea una vez, aunque fuese un sueño.

— Yo también te amo, Minho.

El viento sopló anunciando la tragedia que el interior de aquel bosque había planeado.

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