Epílogo

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— ¡Padre por favor reconsideralo!— Minho corrió tras su padre, había pasado una semana desde la sentencia de Chris, realmente no sabía que hacer para que aquel hombre cambiará de opinión.

— Minho, ¡Ya basta!

Le gritó, haciendo que el menor se asustará. Este se quedó estático mientras veía la espalda de aquel hombre alejarse entre los pasillos del palacio, ¿Es que acaso no había opción? No es que se hubiese quedado de brazos cruzados pero sus esfuerzos aún no eran los suficientes, sin embargo no sabía que más podía hacer. Se sentía atrapado. Y le destrozaba la idea de no poder servir en algo para salvar a Chris.

En ese instante, un vago pensamiento cruzo por su mente. Si le permitieran desear algo, desearía morir en lugar de Bang.

— En su lugar...

[🏹]

Bang se encontraba en la esquina de aquella celda. Su mente únicamente pensaba en una sola persona, Minho. Le asustaba el hecho de morir, pero aún más el pensar que dejaría al menor era algo que le aterrorizaba completamente, aún tenía tanto que decirles, muchas cosas por querer hacer. Se rió de sí mismo. Nunca fue digno para él, este era su karma, aquel castigo que le estaba llegando después de tanto daño que había hecho. Se lo merecía. Pero Minho no merecía sufrir todo eso, si tan solo no se hubiesen involucrado... Aún así...

Aún así...

No sé arrepentía de haberlo conocido.

De amarlo.

— Chris— la suave voz de Minho hizo aparición, este rápidamente busco al menor quién estaba en una pequeña esquina fuera de la celda— hola— sonrió alegremente mientras se agachaba, el pálido gateó hasta quedarse cerca de los barrotes de la celda— ¿Cómo estás?

Bang frunció levemente su ceño.

Esa pregunta no es demasiado agradable, ¿No te parece?— escucho al menor reír. Sonrió levemente mientras sacaba una de sus manos por entre los estrechos huecos que separaban las barras—. Te extrañé.

— También lo hice. Yo realmente te extrañé— guardo silencio durante unos instantes, bajando su cabeza levemente—, ¿Puedo contarte una historia?

Bang se sorprendió levemente.

¿Supongo? Pero, ¿Por qué una historia justo ahora?

— Es solo que ha rodado demasiado por mi mente durante los últimos días— explicó— es más como ¿Un poema? O quizás una canción. Realmente no lo sé.

— Supongo que puede ser una combinación de ambas.

— ¡Bien, iniciaré!

Anunció con ánimos. Guardo silencio durante unos instantes:

“Érase una vez, un ingenuo príncipe,
un príncipe de jazmines, un príncipe de flores, un príncipe de coronas.

Érase una vez un bandido de ensueño,
un ladrón de joyas, un ladrón de puertos.

Por órdenes del destino, aquellos dos amantes se entregaron su amor.

AS YOU WISHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora