Schneider & Tú. // TERMINADA.

3

Capítulo 3.

Me remuevo en el lugar donde estoy dormido a causa de unos extraños ruidos que escucho en mi habitación...
En mi profundo y delicioso sueño... Ahí! Aquel sonido .. ¡Aquellos sonidos!

-¿¡Pero qué carajos!? ¡Maldita sea Kell Schneider!—grité molesto ya que al abrir mis ojos a causa de los GEMIDOS que una puta estaba haciendo en mi sala... Vi a esos dos desnudos, mi hermano follandose a aquella mujer.
-¡Hey Hey, buenos días a mi hermano favorito!
-Soy el único, imbécil...—suspiré y me llevé la mano a la frente arrugando un poco esta—¿Qué hacen aquí? Hay habitaciones en este gran y maldito lugar.
-Nuestro lugar preferido es la sala, Doom, y tú estabas dormido en la sala... Por cierto, ¿qué hacías dormido aquí? ¿Y tú chica? ¿No estabas con tu chica anoche?
-si si si, fui al bar,  eso fue todo. Vine a casa, tomé y me dormí aquí.
-Preciosa historia... —se terminó de vestir y ayudaba a aquella mujer— si me permites... Tenemos que ir al trabajo, hermanito. Vamos, ya estás vestido.

Me ve con una sonrisa y me levanté gruñendo ya que no dormí tan bien que digamos, agarré mis cigarrillos, mi reloj de mano y caminé tras Kelly, salimos de casa y cada quien se subió a su auto, manejando al mismo lugar.

-Los del norte, Chris... debemos de hacer algo con ellos.
-¿no ya hicimos algo? Ellos ahora vendrán a cortarte las bolas... —nos vimos serios y luego reímos.
-¿Quién las tendrá más grandes?
-¿Quieres verlas? —reímos más— Si guerra quieres, guerra tendrás, hermano. Guerra tendrás...—me paré y abrí la puerta de la oficina— pero luego no te lamentes en el funeral.

Cerré la puerta y salí de aquel lugar de apuestas, de nuevo subí a mi auto y manejé, esta vez no manejaría hasta el bar, si no a su casa, así es, estuve investigando un poco.
Me estacioné y me bajé, me quité aquella gorra plana y toqué la puerta de aquella casa. No tardó en abrir, pude ver que estaba sorprendida, sonrojada levemente y eso me encantaba de ella, verla, verla tan linda.

-Señor Schneider... ¿Qué hace aquí?
-Doom, bueno, vine a hablar.
-Seguro, pero se me hace tarde, necesito ir a...
-No importa, deje sus cosas por un momento. ¿Puedo pasar?
-Claro...

No le quedó de otra que hacerse a un lado y dejarme pasar, empecé a caminar por el lugar, la casa era algo chica, me voltee para encontrarme con sus hermosos ojos.

-¿de que necesita hablar?
-Necesito saber por qué no aceptaste mi invitación a aquella fiesta y el porqué de no querer tener sexo.
-Sexo en el bar, con personas y mi jefe.
-Yo soy el jefe de tu jefe.
-El bar no se atiende solo.
-Claro...—me acerqué a ella lentamente y veía como se ponía algo nerviosa— entonces te lo propondré de nuevo, ¿quieres tener sexo ahora?—vi como abrió los ojos, estaba roja, sentía mi cuerpo arder así que no me importó y me acerqué más a ella para besarla.

Se dejó, siguió el beso y eso me tranquilizó, tiré mi gorra y subí mis manos a su cara, acercándola más a mi y probando su boca con mi lengua, este sería el mejor beso de toda mi vida.
Nos separamos por falta de aire, cuando la vi aquellos ojos estaban brillando, pero llenos de lágrimas.

-No sé lo que quieres de mi...
-Déjame mostrártelo, te aseguro que no eres otra más, creo que fumo más de lo que follo— me ve y ríe bajo.
-ven.

Veo cómo sube las escaleras, me quedo unos segundos viendo como sube las escaleras, y decido seguirla, entramos a su habitación y cierro la puerta, me acerco para besarla de nuevo y siento como me quita la ropa, dejo que ella me quite toda mi ropa, veía como dejaba besos húmedos en mi piel, en mi abdomen, cuello, no dejaba de ver lo maravillosa que se veía, al terminar yo empecé a quitarle su ropa, lo más despacio, llenándola de besos, besándola después de algunos besos en su hermoso cuerpo, viendo aquella tentación que es su cuerpo, viendo su piel, sus senos y sus muslos desnudos.
Caminó a la cama y se acostó, abrió un poco las piernas y sonreí, agarré una de sus piernas e hice un camino de besos húmedos desde su pie hasta su muslo, me puse encima de _________________ y la besé, la besaba con todo el amor que empezaba a sentir por ella, por todo el deseo que ella causaba dentro de mi, sentía la felicidad extrema, estábamos listos los dos, para demostrar nuestro amor en este momento, en esta cama, para ser uno mismo.

xXx

-¡Uno doble por favor!, ¡hey, hey, oye te estoy hablando! —mi hermano le grita al de la barra y este no se tarda más en servirle lo que quiere.
-Deja de gritar tanto, me dan ganas de golpearte — digo mientras prendo un cigarrillo.
-Se llama ansiedad, hermano, estás enfermo, fumas demasiado, desayunas un trago con cigarros, almuerzas cigarros y cenas cigarros con alcohol. Tú salud está jodida.
-Gracias, no necesito que me digan las cosas que ya sé. Y el que tiene ansiedad y problemas de alcoholismo eres tú.
-cállate ninfómana, el idiota que nos ayudará con la guerra no ha llegado y odio estar en este tipo de lugares.
-Es un bar normal.
-No, el lugar huele a mierda y hay personas de mierda aquí, sin ofender.
-Tú eres un pequeño hombre de mierda. Todos somos iguales, no importa si ellos tienen menos y nosotros más.

Gruñó y siguió tomando, Kelly y yo estábamos en un bar lejos de casa, estábamos esperando a un viejo amigo que nos ayudaría a reforzar nuestra pandilla con más hombres, hombres que saben usar armas y pelear. Necesitábamos atacar bien a las pandillas que se nos enfrentan.

Aquel hombre tardó un poco más pero eso no me importó, Kelly ya casi se arrancaba los ojos, pero el alcohol lo calmaba pero lo dejaba mal y muy borracho.
Como sea hice el trato con aquel hombre y cuando quería irme ya que era algo tarde, Kelly no quería irse, nadie entiende a este hombre, ni el mismo se entiende.

-espérate hermanito... esss pera. Mejor, mejor vamos a platicar —me sonríe haciendo una mueca extraña a lo que yo reí.
-¿De qué quieres platicar? —reí y me tomé su trago, si quiera no se dio cuenta.
-Tú tu chica, si, ella, ¿cómo se llama?
-______________, ¿Qué tiene ______________?
-Oh, ________________, ¿ya la conquistaste? Es muy difícil para ser una mesera de bar—ríe— no es tu tipo hermano, las tuyas son las fáciles las las que se entregan a ti—me agarra del hombro para luego reír.
-¿ah si?, ¿y qué más? —saqué dinero y lo dejé en la barra—es tarde, Kelly, hay que irnos.
-Oh no no, necesito yo quiero to amm tomar si si tomar
-No, vámonos —intenté agarrarlo pero no me dejó, se molestó y empezó a gritarme.
-¡No me toques! ¡Yo quiero quedarme maldita sea!
-¡OK, QUÉDATE, HIJO DE PUTA! —le grité— pero yo ya me voy.
-Oh no, tú no te vas... —todo fue tan rápido que solo escuché los balazos destrozar el techo, la gente gritar, Kelly disparó dos veces.
-¿¡QUÉ CARAJOS!? ¡Kelly la policía va a sacarnos de aquí, estas no son nuestras tierras!
-Soy un Schneider y nadie me puede sacar de este maldito lugar.

Al parecer su alcoholismo se había elevado hasta los cielos y no solo eso, había estado probando cocaína, maldita sea con las drogas, aquel hombre estaba fuera de si, era otro hombre. Y todo esto lo he permitido, por que aveces no me importa y dejo que las personas hagan lo que sea con sus vidas aunque se destruyan así mismas, pero es mi hermano y no, no dejaría que se destruya el mismo.