Penitenciaria Drimkays Yaoi

Capítulo 7: Sentimientos confusos odio y confesión

Me sentía confundido ya había pasado una semana de lo sucedido con Kaname y mi mente no dejaba de pensar en él, en sus brazos rodeando mi cintura de forma posesiva de sus labios de gustando los míos de una manera salvaje llena de pasión y lujuria, me tome fuertemente la cabeza maldita sea Kaname Kuran que me hiciste ¿por qué no puedo dejar de pensar en ti?, bueno tal vez es cosa del momento después de todo para ti soy solo un sucio juego ¿Porque me duele?, no lo entiendo me molesta ese apretón fuerte en mi pecho porque debo sentirlo tan solo en pensar en él, acaso me dolía la verdad vamos Zero tú no eres así, trato de convencerme mentalmente están cruel pensar en la verdad lo sabía lo tenía claro no debía enamorarme de Kuran, entonces si lo sabía ¿porque mi corazón se empeñaba en quererlo? era un idiota.

Cuanto te odio Kaname a ti a esta cárcel a esta celada a Yuuki a todos los que lograron pudrirme la vida, pero lo que más odio es a él al reo nuevo aquel pelirrojo que ha llamado tu atención, quisiera enfrentarte decirte lo que pienso y siento pero en vez de eso estoy aqui sentado como un idiota en la litera, en mi celda esperando que se yo que tu aparezcas, que me digas que quieres verme hablar conmigo o te declares, ¡basta! Porque coño no te puedo sacar de mi mente porque siento que se me va el aire si roso contigo una mínima de tus mirada.

¿Qué puedo hacer? ¿Qué debería hacer? Tal vez debería ir a no se ofrecerme para limpiar los fregaderos, ok eso suena desesperante quisiera hablar con alguien pero a quien le puedo decir, que como idiota me enamore del peor ser de este mundo de un imbécil que lo único que quiere conmigo es coger, destruirme la vida reclamarme de su propiedad hasta que se aburra, porque si lo admitía el muy bastardo amenazo a todos para que ni me miran porque según él era suyo y de nadie más lo cual me molestaba es decir; mírenme cuantas personas no podía tener comiendo en la palma de mi mano rogándome por un mísero beso.

 Pero no Kuran no era así según el yo tenía que rogarle o era más que eso, me chocaba su actitud y me devastaba su indiferencia hacia mí, nunca se lo que piensa decir ya que nunca se nada y menos lo que planea, basta ya Zero deja de auto compadecerte, me digo a mi mismo mientras me levanto tengo que hablar con alguien y en la única persona que confiaba y me llenaba de seguridad era el Yagari, la verdad es que comenzaba a llenarme de paz solo al verlo sus consejos me llenaban de cierta forma, causando que mis dudas se esparcieran sobre todo si se trataba de Kuran.

Me levante de la cama y a pasos lentos comencé a caminar, no tenía prisa pues mi mente estaba hecho un caos y tan solo pensar en lo que le diría hacia que me sintiera avergonzado no es fácil hablarle a otro hombre y decirle, oye sabes me gusta el hijo de perra de Kaname que está más bueno y sabes no sé qué hacer porque tengo hasta sueños candentes con el donde el muy desgraciado me mete su polla hasta por la boca, vale esos pensamientos fueron vulgares lo cual no va conmigo tal vez debería tratar de hablarle de otra manera no se mas cortes tal vez Yagari me gusta alguien y no sé qué hacer y mucho menos como decirlo, bueno tal vez hay pensaría que me le estoy declarando lo cual no es una muy buena idea.

Maldita sea pero qué coño hago yo aquí, vale mis pies me han engañado he llegado al lugar donde está mi más temible problema la celda de Kaname, vale Zero calma solo debes dar media vuelta he irte por donde viniste claro eso es lo más fácil lo más obvio si no es por esos ruidos que se colean hacia mis agudos oídos, esos molesto y horribles gemidos de placer que hacen que la sangre me hierba, celos no podía ser.. Yo no podía, otra vez.. No ese maldito dolor no se aparta de mi pecho cuanto te odio Kaname quisiera que un rayo te partiera por la mitad.

Grite mentalmente mientras corro en búsqueda de refugio, me sentía decepcionado es decir; por fin estaba empezando a aceptar que me gustaba que lo deseaba con cada musculo de mi cuerpo y el venia y se revolcaba con otro, maldito bastardo maldita perro eran unos idiotas no el idiota aquí era yo por creer que le gustaba en verdad como pude ser tan ingenuo, en estos momentos desearía tanto que Ichiru estuviera aquí seguro el me ayudaría me sacaría una sonrisa y me abrazaría, cuanto lo extrañaba su cabello igual al mío sus labios rosados que siempre me brindaba esa calidad sonrisa impregnada de amor y respeto su cuerpo frágil y de menor musculatura que los mío, vale ahora me estoy volviendo un incestuoso por despecho no lo podía creer me sentía tan aturdido y tan mareado que solo atine a caer inconsciente.

Como me molestaba odiaba ese olor, era tan grotesco como inundaba mis pulmones para luego salir y dejarme esa sensación tan grotesca lo sabía de seguro estaba en la enfermería de la prisión pero ¿Quién me trajo? No lo sabía y tampoco planeaba descubrirlo mis ojos se encontraban cerrados pues mis parpados me pesaban mucho tal vez por lo que había escuchado, quisiera estar ciego así no tendría que soportar su odiosa cara cuanto rencor había en mí, no lo sabía solo tenía claro que en mi ser solo había espacio para un solo sentimiento odio si ese mismo lo que te hace cometer locuras, algunas por amor otras por rencor o simplemente porque disfrutas haciéndolas.

 Pero yo era distinto porque yo no odio a los demás, sino a mí mismo por no ser capaz de enfrentar las cosas por no ser suficiente para proteger a Ichiru por enamorarme de un bastardo y por maldita sea por ser débil, pero soy humano eso está bien puedo sentir puedo querer puedo amar aun que ese amor no me es corresponda y más aún porque ese amor me lastimara.

- Zero..- escucho esa suave voz pronunciar mi nombre estoy seguro de quien es pero no quiero abrir mis ojos, la razón es simple no quiero hablar con nadie solo quiero ahogarme en mi miseria- vamos sé que estas despierto- me insistes moviéndome un poco mi cuerpo, una sonrisa lastimera se escapa de mis labios mientras con dificultad abro mis ojos.

- Eres molesto sabes..- contesto mientras me incorporo - ¿Quién me trajo hasta aquí?..- pregunto aun que me parece estúpido, mi mirada se topa con la suya en esta veo preocupación tal vez no lo conocía mucho pero en verdad me parecía un buen amigo.

- Yo.. - me respondió mientras sus manos se dirigían a mi cabello- ¿Qué te paso?..- me dijo de forma cortante no lo entendía era tan amable, pero a veces era tan molesto.

- Umm Yagari me puedes dar algo..- le pregunte no muy convencido, que iba hacer no lo sabía solo quería salir de estas dudas que me comían.

- Claro.. Que..- no lo deje terminar ya que mis labios se unieron a los suyos en un beso suave y apasionado, no sabía porque lo hacía tal vez quería olvidarme de Kaname por medio de una relación, sabía lo que pasaría si seguía pero no quería detenerme.

- Valla que interesante.. Vamos sigue así.. Sigue montándome los putos cuernos en la cara.. –gruño esa voz esa maldita y ruda voz que conocía tanto, la que hacía que temblara de miedo la misma que gemía en mis sueños de placer esa misma que hace una semana me había confesado su deseo hacia mí.

- Ka..na..- no termine de hablar ya que este me había propinado un fuerte golpe en la mejilla mis ojos se llenaron de lágrimas me sentía tan estúpido, estaba actuando como una niña- eres un..- trate de decir mientras veía como elevaba otra vez su puño.

- Basta..- por fin hablo Yagari mientras detenía la mano de Kaname que amenazaba con volver a golpearme- así no arreglaras nada solo aras que Zero te odie..- dijo sorprendiéndome por lo dicho el castaño bufo molesto mientras se acercaba a mí se sentó en la cama.

- Lárgate déjame solo con Zero..- murmuro mientras miraba con reproche a Yagari quien no muy convencido salió dejándonos solos- te gusta ese ¿eh?- gruño mirándome con fiereza.

- No..- susurre viendo hacia otro lado no tenía el valor para verlo, este me tomo del mentón obligando que mis ojos vieran a los suyos.

- ¿crees que soy idiota? Si los vi besando.. - mascullo levantándose alterada mente- bien vamos a jugar a las mentiras si no te gusta Yagari.. ¿Entonces quién? - me volvió a preguntar mientras su mirada se clavaba en mi como filosos cuchillos.

 - Tu..- dije sin poderlo evitar que había hecho no lo sabía, era como si las palabras hubieran tomado control sobre mis labios para confesar lo que yo sentía por él, tome las sabanas tapándome toda la cara cuanto quería que la tierra me tragara.

- Ze..ro..o- escuche salir de sus labios pero no quería saber nada de ese castaño que me enloquecía, solo podía pensar en una alternativa forma de huir de alejarme de él pero no la había, solo esperaba que todo esto terminara rápido que mi sufrimiento acabara y que Yagari me perdonara.