Cuando vieron a lo que Loje apuntaba con su voz más aciaga, el espectáculo caló fríamente en los testigos convirtiéndose en miedo. Eran como una bandada de cuervos, cientos de oboismos cayendo de una nave enemiga como si se tratara de una maldición echada a las tierras yermas que separaban a los náufragos de su salvoconducto.
- ¡ESTAMOS BAJO ATAQUE, POSICIONES DEFENSIVAS!
Gritó un Jusave antes de ser fulminado por un disparo que disfrazó la caída del cuerpo con su estrépito. Aquello sacó de su letargo a quienes aún veían atónitos cómo esas criaturas que alguna vez formaron parte de una civilización se daban contra el suelo y como si nada se lanzaban al ataque solo aceptando la muerte después de recibir varios disparos. El espacio que los oboismos dejaban al sucumbir era rápidamente ocupado por dos o tres criaturas más, chillando y disparando hacia los heridos y aturdidos miembros de Poimu que se parapetaban en los restos de su nave. Ciro necesito gritar para que su voz se imponga al estruendo de la batalla.
- ¡NOS MASACRARAN SI SEGUIMOS AQUÍ, HAY QUE MOVERSE!
- ¿Hacia los monstruos o hacia el lodo? Estamos atrapados, solo podemos aguantar.
Quien hablaba jadeante era Elte, quien arrastraba a un jusave herido a la cobertura que ofrecían los escombros de la nave para que Mazziken pudiese tratarlo. Disparó otra vez por encima del alerón de acero en el que se había refugiado, más por desfogarse que para lograr una baja. Ciro con visible hartazgo se llevó una mano al cuello y asió en ella la fina cadena de la que pendía un anillo de índigo resplandor.
- NECESITO TIEMPO, ¡TODOS CUBRANME!.
Antes de que Elte pudiera frenarlo, su comandante había saltado de la cobertura y caminaba hacia el enemigo con una serenidad disonante en esa situación. Cuando los furibundos oboismos lo vieron comenzaron a proferir gorgoteos de rabia y tomando su actitud como un insulto imperdonable, digno de ser pagado con la carne de sus huesos se arrojaron al ataque, cientos de ellos hacia un solo hombre como en un embudo.
La orden de Ciro fue acatada por sus filas con desesperación ante la perspectiva de verlo y verse devorados o reducidos a la esclavitud del parásito. Disparos trazaron un contorno definido de la silueta de Ciro que sin ser consciente avanzaba con los ojos cerrados.
Tanto los que cubrían los pasos del Comodoro de Poimu como aquellos que se afanaban en matarlo se detuvieron de pronto. No fue el temblor de la tierra bajo sus pies, tan violento que hizo perder el equilibrio a varios en ambos bandos, sino una idea, una sensación de peligro enorme lo que paralizó a ambos ejércitos.
- Al tes mamje ge conu etofu nil gutpsa, wisu gaoo ac to jutwloja...
La tierra hervía en sus adentros, como si la actitud de Ciro, su serenidad y concentración la hirieran de muerte. Algunos oboismos asustados se dieron la vuelta para emprender la retirada pero una segunda voz que arrastraba en sus palabras una sensación de peligro aún más palpable se dirigió a ellos.
- ¿Cual es el problema, súbditos míos? ¿Acaso os he pedido dar la vuelta para admirarme?
Un batir de alas disipó el aura de miedo que ahogaba la ofensiva oboisma y atragantó en los hombres de ciro la sensación de victoria que empezaban a saborear. El ardiente sol recortaba la figura de un hombre esbelto y quemaba menos que su mirada atenta, bajo la cual los infectados volvieron a cargar hacia el único hombre que se atrevía a plantarles cara.
Sin embargo Ciro había tenido el tiempo necesario; sus ojos se abrieron al mundo de forma apacible, como si le diera un último vistazo, se fijó compasivamente en los oboismos y pudo identificar en el rostro de Stolas, quien dirigía el ataque oboismo, un sonrojo de ofensa ante su calma absoluta. Y entonces la tierra crujió y grandes grietas comenzaron a tragarse a los oboismos que casi habían llegado a él.
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Night Watchers
Fiksi IlmiahLa Tierra, año 4523. Los viajes intergalácticos y el avance tecnológico son la base de la cultura del ser humano. En esta nueva generación el hombre está educado para comunicarse con nuevos seres, especies, nueva vida inteligente... pero, ¿Estará p...