Capítulo 22- ¡Hobi y yo vamos a adoptar un perro llamado Mickey!

1.9K 288 127
                                    

Nam's pov

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nam's pov

Desperté por el desagradable sonido de la alarma.

Inmediatamente, y con el ceño fruncido, estiré mi mano para apagar el molesto aparato y una vez lo hice, volví a acomodarme en la cama enterrando la cabeza en la almohada, pero el recuerdo de cierto pelinegro me hizo voltear y mirar con los ojos bien abiertos a quien me hacía compañía.

Y automáticamente sonreí.

Ante mis ojos, se mostraba la imagen más bella que hubiese visto en mi puta vida.

Jin, recostado boca abajo, con la cabeza apuntando a mi dirección, desnudo, arropándose con la sábana, sus ojitos cerrados y su carita sonrosada, la boca abierta que le hacía parecer un pez, y la saliva derramándose por las comisuras de sus labios bajando por su mejilla y llegando hasta la almohada...

Bueno, igual no era la imagen celestial que yo planteaba, pero era Jin y para mí era lo más bonito del mundo.

Me giré en su dirección, alzándome y apoyando la cabeza sobre una mano. La otra la acerqué a su moflete y empecé a acariciarle suavemente para que no se despertase. Me daba igual llegar tarde, solo quería que descansase todo lo que lo necesitara.

Ayer llegué a la conclusión de que cada segundo de espera valió jodidamente la pena. Y estaba realmente feliz de que finalmente me aceptara, no sólo por el sexo, que fue malditamente asombroso, sino porque finalmente éramos algo, finalmente él era mío y yo suyo, y acabaría de una vez por todas con el miedo que había experimentado durante el último mes, el de no ser suficiente y de que nunca considerara darme una oportunidad. Cualquiera pensaría que ese temor era absurdo, pues evidentemente Jin reaccionaba favorablemente a todo lo relacionado conmigo, pero yo nunca bajaba la guardia y de mi cabeza no desaparecía la posibilidad de que un día dijera "Simiojoon, hasta aquí hemos llegado". Porque yo quería a Jin, lo quería mucho, lo quería tanto que fui capaz de aguantar todo ese tiempo sin follar, y lo volvería a hacer sin duda alguna.

Pero por suerte y gracias a Dios, no tendría que vivir con esta incertidumbre por más tiempo.

Luego de un ratito, comenzó a removerse y a apretar los ojos, por lo que yo aparté la mano. Después de unos instantes finalmente despertó, frunciendo los labios en una mueca muy graciosa y cuando ya se hubo asentado a la claridad, su mirada encontró la mía y sonrió somnoliento haciendo que mi estúpido corazón latiera como todo un idiota. Aparté la sábana de su espalda y empecé a dejar besitos sobre esta.

- Que buena forma de despertar... - Dijo aún sonriendo y con voz ronca por estar recién levantado.

- ¿Has dormido bien? - Pregunté ya separándome y acostándome a su lado en la cama, mirándole.

- Perfectamente... - Dicho esto, pasó un antebrazo por detrás de mi cuello y dio inicio a un fantástico beso. Los besos con Jin siempre eran maravillosos, aún cuando eran por la mañana y los dos estábamos recién levantados sin habernos siquiera cepillado los dientes - ¿Qué hora es?

¿Tienes un momento?| NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora