Capitulo 5

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- Hermano Wei, ésta será la última vez que te acompaño en tu castigo. Estaba tan intimidado con la presencia de Lan Wangji que no entendí muchas cosas, aunque la verdad tampoco es que él las haya explicado muy ampliamente - dijo Nie Huai Sang de camino al salón comedor. Él y Wei Ying se habían adelantado mientras que Lan Zhan caminaba a una distancia considerable trás de ellos.

- Si tanto miedo le tienes ¿Por qué te quedaste? - Wei Ying se sentía molesto. Nie Huai Sang había arruinado su encuentro con Lan Zhan quedándose a hacer preguntas demasiado básicas que eran comunes en niños que iban iniciando a cultivar.

- Cómo dices eso. Me quedé porque me apena que debas estar solo con alguien como Lan Wangji. Aunque a decir verdad necesitaba que viera algo de interés de mi parte por si mi hermano preguntaba sobre mi desempeño. Sabes, está obsesionado con que me convierta en un excelente cultivador, a decir verdad a mí eso no me interesa demasiado, solo lo hago porque él me obliga... - como si se hubiera dado cuenta de la indiscreción que acababa de decir, se llevó las manos a la boca y comenzó a negar con la cabeza - claro que me interesa, hermano Wei no crea que el cultivo me es indiferente, estoy aquí porque así podré aprender y eso será bueno.

Sabiendo que mentía, Wei Ying sintió pena por Nie Huai Sang. Él sabía muy bien que ese joven discípulo de la secta Nie no tenía talento por el cultivo y que sus intereses estaban más en el arte y la belleza. Sin ganas de avergonzarlo por sus palabras, solo le palmeó el hombro y le sonrió.

Una vez llegando al comedor, Nie Huai Sang se dirigió a su lugar mientras que Jiang Cheng ya se encontraba sentado habiendo reservado un espacio para Wei WuXian. Cuando Wei Ying quizo aprovechar el momento para hablar con Lan Zhan, la figura resplandeciente de Lan XiChen ya lo había acaparado. Con una enorme frustración, Wei Ying tomó su lugar preparado para otra amarga cena.

Nuevamente en su cama, Wei Ying no lograba conciliar el sueño. No podía retirar de su mente el cuerpo de La Zhan, sobretodo el lugar donde se había quedado por explorar. Su vientre bajo le dolía solo de imaginar aquello que podrían haber hecho de no haber sido interrumpidos.

El deseo, el dolor y sus recuerdos lo animaron a levantarse y pronto como si se tratara de sobrevivir se arrojó por la ventana de su habitación.

Tomando los caminos más oscuros se apresuró a llegar a la habitación de Lan Zhan. Al ver las luces apagadas imaginó que debían ser más de las diez y probablemente estaría dormido, aún así se aventuró a entrar por la ventana.

Abriendo muy despacio la entrada comenzó a trepar hasta sentarse en el orificio de la habitación. Todo estaba muy oscuro, solo algunas partes estaban iluminadas por la luz de la luna.

- Wei Ying - sonó como un susurro.

Wei Ying sintió un escalofrío y dirigió su mirada hacia donde había surgido la voz. Lan Zhan se encontraba sentado en su cama con un pergamino en su regazo, al perecer estaba leyendo bajo la luz de la luna para evitar encender una lámpara.
Wei Ying lo miró fijamente, bajo esa luz o la que fuera, Lan Zhan seguía siendo un espectáculo visual difícil de evitar. Cómo si se tratara de un imán, comenzó a bajar de la ventana y se dirigió a la cama de Lan Zhan para sentarse a su lado.

- Lan Zhan ¿No puedes dormir? - sin responder a su pregunta, Lan Zhan atrajo a Wei Ying hacía sí para besarlo. Ambos estaban ansiosos, se besaron con tanta fuerza que sus labios dolían. Después de un largo rato ambos se acostaron en la cama mientras se acariciaban por encima de la ropa. A pesar del deseo, ambos quería disfrutar de la protección que les brindaba la oscuridad de la noche así que se tomaron su tiempo para acariciarse.

Usando su fuerza se voluntad, Wei Ying se separó del abrazo de Lan Zhan para arrodillarse en la cama. Despacio comenzó a quitarse la parte superior de su ropa para exponer su pecho y si abdomen. Lan Zhan lo imitó y también se despojó de sus ropas dejando únicamente su prenda inferior. Wei Ying miró con deseo el hermosa cuerpo de Lan Zhan que a la luz de la luna parecía algo majestuoso.

-Lan Zhan, quiero continuar donde nos quedamos hoy en la tarde, en la biblioteca - Wei Ying empujó suavemente a Lan Zhan para que se acostara por completo y se arrodilló entre sus piernas. Siguiendo la ruta que había trazado anteriormente llegó a su pelvis y lentamente comenzó a bajar los pantalones, exponiendo su miembro que ya estaba erecto.

Al ver el tamaño, Wei Ying no pudo evitar sorprenderse pero cuando recordó que en realidad ya había sentido el poder de ese miembro se tranquilizó y comenzó a desearlo.

Lan Zhan respiraba agitado, parecía que no sabía qué hacer; si dejar que Wei Ying cumpliera su deseo o detenerlo. Para cuando se decidió, Wei Ying ya lo había introducido en su boca.

La sensación era extraña pero placentera. Wei Ying lo succionaba mientras intentaba no ahogarse, y aunque en un principio era incómodo, pronto encontró la manera de disfrutarlo.

En su desesperación, Lan Zhan se aferró a la cabeza de Wei Ying.
Por el modo en que respiraba y como enredaba los dedos en sus cabellos, Wei Ying supo que estaba haciendo un buen trabajo.

Cómo no deseaba que Lan Zhan terminara pronto se retiró de ese lugar y volvió a subir para mirar su rostro.

En la cara de Lan Zhan había una expresión de incertidumbre difícil de interpretar. Parecía como si alguien hubiese tomado su dignidad y la hubiera mancillado con aquellas acciones sobre su cuerpo. Maravillado con lo que había logrado, Wei Ying volvió a besarlo y sintió como su corazón se llenaba de ternura.

- ¿Quieres intentarlo? - le susurró

- Mnn

Siguiendo el ejemplo de Wei Ying, Lan Zhan comenzó a bajar besando su pecho y el vientre. Cuando llegó a las caderas despojó a Wei Ying de su prenda inferior y como si se tratara de un caramelo, comenzó a lamer el miembro duro de Wei Ying.

Wei Ying que no conocía el pudor, comenzó a gemir a causa del placer. Sentir a Lan Zhan saboreando su intimidad lo hacía excitarse aún más casi llega al éxtasis cuando se sintió completamente envuelto por la boca de Lan Zhan.

Contrario a su carácter, la pasión de Lan Zhan era agresiva y pronto comenzó a sufrir los estragos del deseo.

- ¡Ah! Despacio Lan Zhan, se gentil - gemía Wei Ying mientras se aferraba a las sábanas de la cama.

Lan Zhan se lo sacó de la boca para tomarlo con su mano y comenzó a acariciarlo de manera efusiva a tal grado que Wei Ying no pudo controlarse más y dejó salir todo su placer sobre el vientre de Lan Zhan.

Tomando aquella sustancia con sus dedos, comenzó a estimular la parte estrecha de Wei Ying. Primero con un dedo y poco a poco fue introduciendo más hasta que los tres dedos habían preparado el interior de éste.

Cuando se sintió preparado, Wei Ying tomó el miembro de Lan Zhan y poco a poco se lo introdujo. Sabiendo que era una tarea que no podía hacer solo, dejó que Lan Zhan hiciera el resto.

A diferencia de la primera vez, en ésta ocasión las intromisiones fueron lentas pero profundas. A pesar del dolor y la incomodidad, Wei Ying pudo disfrutar del constante estímulo que recibía y pronto se sintió firme de nuevo.

Aventurándose, Lan Zhan se retiró de Wei Ying y usando su increíble fuerza lo cargo para colocarlo en cuatro. Sosteniéndolo de las caderas volvió a introducirse pero ésta ocasión la posición le dejó llegar más profundo.

Entre lamentos y llanto, Wei Ying se aferraba a lo que encontraba. Cada vez que sentía que sus piernas o brazos se doblaban de cansancio, Lan Zhan lo sostenía de la cintura y lo mantenía firme para continuar embistiendolo.

- Hmm Lan Zhan ¡ah! ¡Me voy a morir!

Recordando que debía ser silencioso, se tapó la boca con ambas manos para ahogar sus gritos pero Lan Zhan las retiró de inmediato.

- ¿Qué pasa? ¿A caso te gusta oírme gemir? - Lo provocó Wei Ying

Como respuesta, Lan Zhan aceleró sus movimientos estimulando aún más su interior provocando que Wei Ying gimiera más fuerte.

- ¡Ah! Lan Zhan... ahí justo así... Hmm... no te detengas... Oh

Sin poder controlarse soltó su placer sobre las sábanas mientras que Lan Zhan terminó en su interior.

Agotados, ambos se derrumbaron sobre la cama estando aún unidos físicamente entré el placer y la satisfacción.

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