XV

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Capítulo Quince

El sol golpea su cara y no sabía cómo reaccionar cuando los recuerdos de la noche anterior llegaron a su mente.

Se para de golpe de la cama y sale a la sala de estar. Estaba vacía. El único indicio de que señalaba que Raúl había pasado ahí la noche fue la manta doblada y la almohada sobre el sofá.

Eran las 10:30 cuando se metió a bañar, aprovechando el vapor para calmar su cabeza, le dolía muy fuerte.

Si alguien le hubiese contado que reemplazar a Vicky la llevaría a reencontrarse con Raúl,  soltaría una larga carcajada antes de decirle a la persona que estaba loca. Pero no, de verdad ocurrió, pelearon, se besaron y la tensión sexual luego fue real.

Le tomó toda la fuerza de voluntad para no hacer algo más, aunque tenía muchas ganas y sabía que el chico igual. Su bulto lo delataba al igual que las pupilas oscuras. Conocía esa mirada hambrienta. A pesar de todo, fue respetuoso, durmió en silencio en el sofá sin intentar nada.

Cuando se envolvió en la toalla se dignó a mirar su teléfono, tenía 1 llamada perdida de Vicky y 3 de Andrés.

¡Mierda, Andrés!

—¿Aló?—se escucha la voz ronca al otro lado de la línea, parece que también estaba despertando hace poco.

—Hola, gordo—entrecerró sus ojos ante el cringe que sintió al llamarlo así. Nunca le gusto ese sobrenombre, pensaba que era un poco siutico, pero bueno, así se llevaban y al rubio le gustaba—. ¿Cómo amaneciste?

No dormí bien, me tenías preocupado...

—Disculpa por no llamarte—dijo en volumen bajo.

No te disculpes por eso, solo que me quedé pensando en si llegaste bien o no. ¿Tuviste una buena noche en el trabajo?

—Hmm.... Regular, ya sabes—respondía mientras se secaba el cuerpo.

Ya veo, ¿hoy te toca trabajar también? Estaba pensando qué tal vez, no sé, podíamos pasar la noche juntos

Su estómago comenzó a sentirse apretado y la sangre bajaba de golpe. Podía ser el hambre... o la culpa. Raúl la besó ayer, él tuvo la iniciativa y si bien ella lo alejó, le quedó gustando.

—Hoy no puedo—se apresura a responder. Andrés no dijo nada, aunque pudo escuchar su decepción a través del teléfono—. El trabajo era de dos días, ¿recuerdas? De hecho hoy viajamos a Viña del Mar...

Verdad... Bueno, entonces quedaremos otro día, me imagino que estarás cansada hoy

—No tanto, te sorprendería—ríe. Más allá del dolor de cabeza que tuvo al despertar, se encontraba fresca como una lechuga

¿Entonces te parece ir por brunch? Paso por ti a las 11:30 ¿está bien?

—Dale, te espero a las 11:30

Nos vemos, amor mío

Vaya, a lo más se conocían hace un mes y un poco más ¿amor mío? ¿Es en serio? Andrés era un chico muy dulce, pero a veces sus actitudes lo hacían muy empalagoso. Ella no le tiene miedo al compromiso, sin embargo, algo en ella la frena para oficializar la relación. A veces intuye cuando él le va a hacer la pregunta y la evita a toda costa, incluso una vez del nerviosismo le dio vuelta un latte sin querer.

No pensó que la pasaría tan bien con Raúl. Ayer le contó todo por mensajes a Vicky, aunque fueran las 3 de la mañana ella siempre le contestaba el teléfono para lo que sea. Tuvo que resumir de forma breve todo lo que ocurrió, pero después de que le contó que él la había besado le dijo: "No, hermanita, tú no eres material de los hueones. Demuéstrale lo que se perdió esa vez y de lo que se pierde ahora".

3AM | Rauw Alejandro |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora