Rompecabezas.

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Aclaración antes de leer: Pajita es como le dicen en mi país al popote/sorbete/pajilla/calimete, etc.

...

Sero bajo las escaleras hasta llegar al piso común en los dormitorios, realmente no era muy partidario de utilizar los ascensores si podía prefería evitarlos. Apretó el cartón que contenía su jugo para finalmente sorber lo último que quedaba por medio de la pajita, creando pequeños ruidos en el silencio que abundaba a esa hora de la tarde, era la que la mayoría de sus compañeros había acordado, como el momento para estudiar, así evitaban las disputas por los ruidos o interrupciones.

Al llegar a la sala común, pudo identificar el rebelde cabello de Bakugou, apenas visible por el respaldo del sofá. Volvió a sorber, el sonido esta vez fue más fuerte, Bakugou giró su cabeza y lo observó por sobre su hombro.

— ¿Qué haces? — cuestionó al tener su atención. Bakugou no contestó, volvió a centrarse en lo que sea que estaba haciendo.

Sero camino hacia él, hasta que pudo ver desde atrás lo que hacía, Bakugou estaba armando un rompecabezas cromático.

— Oh wow, eso es insano.

Bakugou rio levemente con tono irónico.

Sero volvió a sorber. — ¿Cuánto tiempo llevas con eso?

— Media hora creo...

Para cuando contesto, Sero ya se encontraba sentado al lado suyo en el sofá con la caja multicolores en sus manos y el recipiente vacío de jugo sobre sus piernas — Tiene mil piezas, ¿estás loco o algo?

— Muere.

— Tienes muy buena vista.

— ...

Sero sonrió, en promedio Bakugou contestaba dos de cada diez veces que le hablaba. Bajo la caja del rompecabezas y volvió a agarrar el del jugo, sorbió una vez más.

— ¿Por qué demonios siempre haces eso?

— ¿El qué?

— Seguir sorbiendo cuando obviamente ya no hay jugo.

Los ojos de Sero se abrieron levemente más grandes, — ¿siempre?, ¿lo hago, siempre, en serio?

— Eres un idiota.

Bakugou continuo armando el rompecabezas inmediatamente después de haber dicho la última frase.

Ciertamente estaba sorprendido, no esperaba que Bakugou le hubiera prestado atención e incluso notado un hábito, ¿al parecer?, que ni él mismo había llevado en cuenta.

Permanecieron en silencio por algunos minutos en los que Sero se dedicó a observar el rostro de Bakugou en busca de algún cambio en su expresión. Antes había pensado que el chico solo sabía poner una cara salvaje o loca, sin embargo, ese no era el caso.

El movimiento de los músculos del rostro de Bakugou eran sutiles y refinados. Si no estabas mirando seriamente jamás lograrías notarlo, ¿estaba entrenado para ello tal vez?, porque era una locura, casi tanto como diferenciar donde y cuando terminaba un tono de color para iniciar con el siguiente en un rompecabezas cromático.

Bakugou tenía un pequeño tic de concentración que había notado desde antes, pero solía aparecer solo cuando estaba con Kirishima, relamer levemente su labio superior dejando apenas visible su legua por un segundo o menos.

Ahora lo estaba haciendo cada vez que tenía que pensar por más de cinco segundos cuál pieza era la siguiente. Noto como sus ojos se cerraban un poquito más antes de que brillarán en realización por haber decidido ya cuál pieza iba después de la ya puesta. Las comisuras de sus labios se elevaron levemente cuando logró armar toda una hilera de diez o más piezas sin necesidad de pensárselo.

También pudo notar desesperación y decepción cuando estuvo por más de un minuto mirando dos piezas de color rojo antes de elegir el orden en el que iban y darse cuenta que se había equivocado.

Después de haber estado ahí por diez minutos como mínimo, le vio restregar sus ojos y es que estos estaban a punto de soltar lágrimas por lo duro que trataba de no pestañear, Sero no pudo evitar reír.

— ¿Qué?

— Eres adorable.

— Quieres morir.

— Oh no, por favor, pero es que lo eres. — se levantó y estiró sus brazos hacia arriba. — Iré a tirar esto — señaló el cartón vacío de jugo — y luego subiré a estudiar ¿me ayudas?

— ¿Por qué carajos lo haría?

— Te ayudare a subir eso, — señaló el rompecabezas — necesito ayuda con inglés y tenemos examen en unos días.

No recibió respuesta, Bakugou cambio su mirada de Sero y la mesa un par de veces — Ve y muere. Terminaré el color rojo primero.

— Que agresivo. — sonrió.

Años antes jamás había aceptado que se haría amigo de alguien como el infame y explosivo chico de la clase A, sin embargo, ahora, estaba tan agradecido de haberlo conocido. Bakugou era especial, tenía que mejorar en su desenvolvimiento como persona y sus problemas de ira, sin embargo, poseía tanto por ofrecer al traspasar ese muro.

Era de piedra y acero por fuera. Y por dentro de nubes y colores pastel.

¿Tenía eso sentido? No lo sabía.

Pero eso es lo que le transmitía en este momento.

Bakugou de la Clase A.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora