Bakugou de la Clase A.

Eres fuerte.

Advertencias: 

▸ Lo que está en comillas y cursiva son diálogos que Bakugou se dice a sí mismo y lo que está solo en cursivas son simples pensamientos suyos.

➠ Esto podría considerarse como un material un poco delicado, para las personas que sufren de ataques de pánico, no quisiera recordarles esos momentos así que por favor atiendan al leer o simplemente no lo hagan.

▸ He sufrido ataques de nervios, así que eso fue lo que utilice para tratar de transmitir frustración en esto, sin embargo, también leí sobre los ataques de pánico y me base en esa información para los síntomas. 

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Bakugou sentía que iba a morir, mantener la calma mientras todos sus sentidos le gritaban que algo horrible le estaba por suceder era frustrante. Estaba sentado en su cama, en la esquina, apoyado por la pared con las rodillas dobladas hacia arriba y sus piernas sujetadas por sus brazos fuertemente, mientras escondía su rostro en el espacio entre ellas y su pecho. — Tranquilo solo sigue los pasos.

Primero: Concéntrate en no activar tu quirk.

Segundo: Controla tu respiración.

Tercero: Cuenta hasta diez y vuelve a comenzar.

Cuarto: Ten en mente que nada malo te sucederá.

Quinto: Eres fuerte, pasará pronto.

La taquicardia comenzó y su respiración se volvió un desastre. Las palpitaciones de su corazón parecían el sonido de un tambor siendo golpeado en medio de la emocionante euforia de animar a tu equipo de fútbol favorito, fuerte, certero, continuo, doloroso. "Pasara pronto, pasara pronto, pasara pronto, pasara pronto, pasara pronto".

Sus pies estaban uno encima del otro, restregándose entre sí, sus manos sujetadas entre sí, dolían, tal vez estaba a punto de romper sus dedos, no lo sabía. "No hay nada ahí, estás solo".

Le comenzaba a faltar el aire, sin embargo, se negaba a levantar su cabeza, sentía todo su cuerpo pegajoso por el sudor y entumecido de una manera extraña. Se sentía como electricidad o como si mil agujas se clavaran a la vez por todo su cuerpo. El frío comenzó a recorrer cada parte de él.

Sollozo, "No llores, eres fuerte, eres fuerte".

Mordió sus labios hasta que sintió el sabor particular de la sangre, "Aguanta, aguanta, aguanta..."

Comenzó a llorar sin poder detenerse, ahora su cuerpo no estaba entumecido, estaba vibrando descontroladamente, los temblores dolían, el sentimiento de ahogo se multiplicó y el pánico comenzó.

Se estaba volviendo ruidoso, tratando de detener las explosiones, el temblor y su llanto. "Cuenta hasta diez, respira, eres fuerte, lo eres". Las horcadas iniciaron y dejo de pensar. Todo quedó en negro, un enorme espacio vacío donde no había nadie y sin embargo seguía sintiéndose con tanto miedo. No podía controlar sus sentimientos, acciones o pensamientos.

Su tórax dolía tanto, su corazón tal vez estallaría o pararía pronto.

— Ah, uff, due...le, uff, ah ahm...

No supo en qué momento se cayó de la cama, pero el golpe provocó que reaccionara levemente y eso fue lo peor que pudo suceder, su habitación era tan grande y oscura, alguien estaba ahí con él, seguramente, o no. No podía verlo, no podía ver nada, había algo, era el estúpido villano del lodo, Shigaraki tal vez, algo más, la puerta estaba tan lejos y parecía tan inmensa.

Lejano en su cabeza seguía repitiendo, "No actives tu quirk, no lo hagas, aunque mueras, nunca actives tu quirk".

Escuchó dos golpes en algún lugar y el miedo incremento, estaba desesperado, no quería morir, "Iba a morir", su llanto comenzó, para ese momento ya era una mezcla de respiraciones forzadas y horcadas, se intensificó y entonces ya no tenía aire. Se arrastró, frustrado y sintiéndose pequeño, hasta tocar su puerta, era tan enorme.

— Bakugou, ¿estas durmiendo?

Cerró sus ojos, encerrándose en sí mismo de nuevo, tomando la misma posición que tenía en un principio en su cama ahora en el piso.

— Escuché ruidos y pensé que algo había pasado, ¿estás bien?

— Si. — logró articular, sus uñas enterradas en sus rodillas.

— ¿Seguro?, es temprano aun, ¿quieres bajar conmigo a la sala común?, veremos una película con los demás.

La voz de Kirishima en un comienzo se sentía lejana, ahora parecía más y más cerca, se concentró en ella, su cuerpo temblando sin control, pero las ahorcadas habían parado.

— ¿Bakugou? Ah cielos ¿te dormiste? hombre, en serio estás bien, ¿verdad?

Se tranquilizará poco a poco, estaba bien ahora. Kirishima se iría pronto y...la puerta se abrió.

— ¿Uh? Baku-JODER, ¡¿Qué pasó?!

— ¿Kiri todo bien? — ah, Bakugou quería desaparecer, esa era la voz de Uraraka, ella no podía verlo por la posición, pero se acercaría y entonces...

— Todo bien. Voy a despertarlo, te alcanzo luego, vale. — cerro la puerta. Bakugou pudo escuchar la voz de Uraraka responderle a Kirishima, aunque no entendió lo que dijo.

Sintió a Kirishima arrodillarse para estar a su altura y luego acariciar su cabello. Era tan asfixiante, tenía tanto miedo. Y ahora también sentía asco y ganas de vomitar, ser visto así, era simplemente demasiado. Los temblores empeoraron otra vez ¿cuándo terminarían?, maldijo.

— No sé lo que sucede, pero estoy aquí ¿ok?, no estás solo. Voy a protegerte ¿de acuerdo?, todo estará bien.

Sus ataques de pánico no solían durar más de diez minutos, a veces incluso duraban menos, pero siempre se sentían eternos. No pudo detener su llanto por más que lo intentara con todas sus fuerzas. 

Cuando dejó de temblar y su respiración recuperó su ritmo normal, sentía demasiada vergüenza como para levantarse y enfrentar a su amigo.

Kirishima noto que se estaba tranquilizando, dejó de acariciarle el cabello, se levantó y se dispuso para jalarlo y ponerlo de pie también. No se lo permitió. Entonces una vez más, Kirishima, se puso de cuclillas a un costado suyo.

— Déjame levantarte. — Negó. — ¿Te estoy haciendo sentir incómodo?

Asintió.

— ¿Quieres que me vaya?

Asintió.

— Si me voy, ¿prometes llamarme después? Quiero saber que estarás bien, así que solo necesitaría oír tu voz un poco.

— N...No quiero. — odio lo frágil que sonaba su voz.

— ¿Puedo venir a darte una mirada entonces?

— No.

— ¿Un mensaje?

— Vete ya.

Kirishima dudo, suspiro frustrado. — Bien, entonces nos veremos mañana.

Bakugou asintió por última vez. Segundos después su puerta se cerró, dejándole solo en su habitación nuevamente.

Se odiaba tanto.