12

37 3 0
                                    

Bueno, no estoy seguro de que sea un buen momento, sigo trabajando ─comente neutralmente.

─Lo sé, esperare a que termines ─respondió decidido mientras se dirigía a la mesa para dos personas.

Decidí no tomarle mucha importancia a su presencia, de cualquier modo, faltaban aproximadamente dos horas para que mi turno terminara, pasaría los próximos ciento veinte minutos ignorándole, mientras pensaba que hablaríamos y como le explicaría que debíamos esforzarnos por el trabajo. Estaba tan concentrado dentro de mis pensamientos que no me di cuenta cuando Celestino salió de la cocina y se dirigió a la mesa donde estaba Seung.

─Hola Joven, ¿ya han tomado su orden? ─en ese momento me olvide por completo de si me había pedido algo o no, estaba frito. Salí del mostrador lo más rápido que pude y corrí hacia donde estaban.

─Yo... Lo siento, olvide preguntarte si... querías ordenar algo... ─dije avergonzado y derrotado frente a Seung y Celestino.

─Está bien, no planeaba ordenar nada aún. Solo planeaba esperar hasta que terminaras tu turno ─respondió con simpleza Seung.

─Oh ya veo, ¿este chico es tu amigo Phichit? ─pregunto sonriente mi jefe. No sabía si era correcto decir que éramos amigos realmente o no; me quede callado algunos segundos mientras pensaba que era correcto decir.

─Somos compañeros de trabajo y estoy aquí porque debemos hablar sobre ello ─dijo Seung.

─¿De verdad?, Phichit deberían hablar lo más pronto posible, si llega algún comensal yo lo atenderé, no te preocupes por eso ─dijo comprensivo mi jefe.

─Gracias Señor, lamento ser una molestia ─comento Seung─. En ese caso, me gustaría pedir un americano.

─No es ninguna molestia joven. Con gusto, ¿tu deseas ordenar algo Phichit? ─pregunto Celestino.

─Yo... creo que un té de canela está bien ─respondí lentamente.

─De acuerdo, tomen asiento, regresare en un momento ─dijo mi jefe mientras se dirigía hacia la cocina.

Un silencio incomodo se formó entre Seung y yo, realmente ninguno de los dos sabia por dónde empezar. Tome asiento en la otra silla y lo mire fijamente esperando a que hablara.

─Yo... Quiero disculparme por lo que paso ayer ─dijo Seung─. Si hay algo que debo admitir es que me tomo por sorpresa que me pidieras ser tu compañero, ¿Por qué me lo pediste?

─Yo lo hice porque eras la única persona que "conocía" ─Seung soltó un bufido─, al menos de vista, aunque debo confesar que lo hice más bien porque sentía curiosidad por saber cómo eras.

─Entiendo ─dijo Seung un poco decepcionado─ ¿Dirías que me conoces ahora? ─pregunto burlón.

─Realmente no te conozco, ni siquiera un poco ─respondí burlón también─. Tanto así que ni siquiera sé porque aceptaste ser mi compañero en primer lugar.

─¿Y si te dijera que lo hice por la misma razón que tú?, ¿Qué pensarías? ─preguntó seriamente, causando que mi cuerpo vibrara.

Estaba por responder hasta que Celestino llego y nos dejó dos pequeñas teteras una llena de café y otra de té, además de dos tazas y un plato lleno de galletas de mantequilla. Al parecer mi jefe sabía que tendríamos una larga charla, él siempre era tan amable con nosotros y nuestros amigos, esta vez sin duda pagaría lo que consumiéramos. Después de agradécele a Celestino, él se retiró y continuamos hablando.

─No te creería, siendo honesto ─dije mientras me servía un poco de té y a Seung su americano ─. No estoy seguro de que exista una buena razón para creer eso.

Más vale tarde que nuncaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora