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II. LOS RECUERDOS SON LO MÁS LINDO DE LOS REENCUENTROS.
❝Alessandra está realmente interesada con la idea de ir a la escuela, más por hacer amistades que cualquier otra cosa, pero su hermano no comparte su entusiasmo, dejando al padre de estos con un dilema sobre si mandarlos o no. Mientras tanto, Audrie hace una visita a los Cuthbert.❞
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—¡A desayunar! —fue el grito que despertó a los hermanos Bourgeois. Y sin queja alguna, debido a que se trataba de comida, bajaron al comedor, donde los esperaban sus padres con algunos platos llenos de comida encima de la mesa. Era menos de lo que acostumbraban a comer, usualmente al despertar en Paris les aguardaba un banquete, pero esta vez no fue así. Unos pocos platos era lo único que había.
Igual no se quejaban, al contrario, estaban totalmente agradecidos por el hecho de tener algo en su mesa para alimentarse. Estaban conscientes de que habían miles de personas deseando poder comer aunque sea la mitad de lo que ellos poseían aquella mañana, por lo que siempre se sintieron agradecidos con lo que tenían, así sea lo más mínimo. Habían tenido una muy buena educación y sus padres estaban orgullosos de ello, a pesar de que de vez en cuando se quejaran de una cosa u otra.
"Buenos días, madre; buenos días, padre." fueron las primeras palabras en pronunciarse por parte de los hermanos antes de lavar sus manos y sentarse en la mesa, dispuestos a devorar lo que aparentemente había hecho su madre.
