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Ese día por fin se había decidido de veras a todo su amor confesarle. Le había comentado a Uraraka al respecto y esta estuvo encantada con la idea, comenzando a darle consejos de cómo vestirse, como evitar tartamudear y en qué momento podría ser mejor.

Estaba tan emocionado que esa vez decidió bajar por las escaleras brincando con nervios y alegría en cada escalón. Pero cuando abrió la puerta para salir al piso del apartamento del chico de ojos escarlata, toda su emoción y alegría se esfumo, convirtiéndose en nervios y miedo.

Cada paso que daba sentía temblores en sus piernas y sus manos, su boca se le había secado repentinamente y estaba comenzando a pensar que mejor no lo hiciera. Pero no, era ese día o nunca. Ya estaba a unos pasos de su departamento, ya no había marcha atrás. Se paró frente a su puerta viendo el número de fierro color negro a un lado, 512, ese número que tanto se le había quedado grabado en su mente.

Toca su puerta, y se le hincha la piel. Espera unos momentos donde dentro del departamento solo se escuchan murmullos y después gritos. La perilla de la puerta empieza a girar lentamente y con eso los nervios de Midoriya comienzan a aumentar. La puerta se abre y le contesta una güera, de labios voluminosos, cuerpo fantástico con pechos de tamaño abundante, cintura de avispa. Y podría decir a simple vista que por su altura le llegaba unos centímetros más abajo del rubio de ojos rubí. El pobre de Midoriya pensaba "apenas y le llego unos centímetros más arriba de sus hombros". El corazón de Izuku se quiebra.

-Hola- la chica saludo al pecoso -Que necesitas?-

-He..pues yo- Midoriya ve con disimulo detrás de la chica, viendo hacia el interior de la casa, para al menos poder ver al rubio, pero no lo ve. De veras que el corazón de Midoriya se quiebra en pedazos, cuando de repente pregunta la chica.

-Buscabas a mi hermano?- Camine apenas si había logrado ver que el chico de cabellos verdes había visto detrás de ella. Midoriya sintió un gran alivio al escuchar la palabra "hermano" proveniente de los labios de la chica. Cuando regreso en sí, Izuku ya se había arrepentido de su decisión e intento decirle a la chica que había sido una equivocación -Oye Katsuki, te buscan en la puerta- pero la chica ya había llamado al cenizo

-Quien putas mierdas viene a buscarme en la noche!- la voz gruesa del rubio llego hasta Izuku haciéndolo temblar. No, en definitiva no estaba listo. Comenzó a caminar hacia el ascensor con pasos lentos debido al temblor creyendo que se había salvado, pero de pronto escucho aquella oz gruesa a sus espaldas -Oye Nerd, para que me necesitabas?- Nerd?

Midoriya se giro y tuvo que levantar un poco su cabeza para poder ver directamente a los rubís de aquel chico. Grave error, ya que en menos de un segundo sosteniéndole la mirada ya se encontraba sonrojado -P-pues yo..yo lo lamento, fue una equivocación- Midoriya bajo su cabeza y retomo su camino a las escaleras. En que estaba pensando?

El chico del apartamento 512Donde viven las historias. Descúbrelo ahora