Animales Fantásticos: La saga con un Nuevo Personaje

Capítulo 7: Rastreando a Tina

Newt caminó por las calles de París junto a Jacob. Estaban en una pequeña calle iluminada por la luz de la mañana. Había un pequeño café con algunas mesas al aire libre que se veían bastante agradables. Entonces, Newt hizo un pequeño hechizo para poder rastrear a Tina. Estaba a punto de comenzar a seguir los pasos, cuando vio a una chica de cabellos claros y piel durazno caminar apresuradamente por las calles de París. Se limpiaba las lágrimas de los ojos y trataba de que los demás no la vieran sollozar. 

-¿J-Jessica? -susurró Newt

Le rompió el corazón verla así. Si Jessica seguía siendo la brillante Ravenclaw que Newt conocía, era imposible de que la chica llorara por un asunto que no fuera de enorme gravedad. 

Newt comenzó a caminar hacia ella, pero Jacob lo detuvo. 

-¿Qué haces? -preguntó él- Creí que querías alejarte de ella por su propio bien. 

-Ella está sufriendo -explicó Newt-. Jessica no llora por cosas pequeñas, algo grave está pasando. Ella es muy fuerte. 

-Todos tenemos recaídas, ¿no? -preguntó Jacob

-Sólo... -Newt suspiró con pesadez- No creo que ella se encuentre muy bien. Buscaremos a Tina más tarde. 

Jacob, con los ojos bien abiertos y sorprendido por la actitud de su amigo, lo soltó y Newt casi corrió hacia la Ravenclaw. 

-¡Jessica! -exclamó Newt, tomándola ligeramente del brazo

La maga dio media vuelta y miró a Newt; parecía asustada. Su piel estaba pálida, su cabello despeinado (cosa que era muy rara) y tenía un poco de sudor en la frente. Al principio, se sobresaltó al escuchar a Newt, pero después su mirada de pánico se tornó en una de furia y resentimiento. "Oh, no..." pensó Newt. 

-¡Tú! -exclamó Jessica, con la voz temblorosa- ¡Cobarde, imbécil, desagradecido!

La gente comenzó a mirarlos extrañados, sin entender lo que decían, pues estaban hablando en inglés. 

-¿Cómo te atreves? -interrogó la chica- ¡Después de arriesgar todo por que tú y tu pequeña pandilla tuvieran un lugar seguro, un techo!

-Lo siento mucho -se lamentó Newt-. Creí que sería lo mejor para ti. 

-¿Lo mejor para...? -Jessica no pudo terminar su frase, pues se quedó viendo el rostro de Newt atentamente

Newt hizo lo mismo. Las lágrimas caían sobre sus mejillas como si fuera un río en medio del bosque, tan pacífico, tan bello...

-Te detesto, Scamander -comentó Jessica de repente-. ¿Lo sabías?

-Sí. -respondió él

Jessica tomó a Newt del brazo y lo jaló hasta un rincón pequeño detrás de un edificio. Agarró a Jacob igual que al Hufflepuff, que quedó tan desconcertado que antes. Entonces, cuando ya nadie los estaba viendo, y sin previo aviso, Jessica se desapareció, y los otros dos con ella. Aparecieron de nuevo en el departamento. Estaba hecho un desastre. Habían papeles regados por todo el piso, las paredes estaban manchadas con algo que parecía agua y no entraba nada de luz. 

-¿A quién quieres encontrar? -preguntó de repente Jessica

-¿A... A qué te refieres? -no era que Newt tratara de evadir la pregunta, era sólo que el departamento estaba en condiciones muy curiosas

Ese no era el entorno de Jessica. Parecía como si se encontrara muy mal mentalmente. Newt se preguntó si su huida había causado todo eso. 

-No te hagas el tonto, Scamander -comentó ella-. ¿A quién quieres encontrar? Algo relacionado con una tal Tina, ¿no?

-¿Cómo supiste? -interrogó Newt abriendo bien grandes los ojos

-Legeremancia. -contestó Jessica

Newt bajó la mirada; había olvidado que Jessica era muy buena en Legeremancia. Pero más que nada se asustó. ¿Habría visto que Newt comenzaba a...?

-Tina Goldstein -habló de repente Jacob-. Quiere encontrar a Tina Goldstein. 

Newt fulminó a Jacob con la mirada y éste se cruzó de brazos. 

-¡Oh, vamos! ¡Ya te leyó la mente, no es como si pudieras ocultarle algo! -se justificó el muggle

Jessica entró como en una especia de transe. Su mirada se perdió y parecía sumergida en sus pensamientos. De repente, sacudió la cabeza y su mirada seria regresó. 

-Bien, si tanto quieres encontrarla, vamos a rastrearla. -habló ella

Newt abrió aún más grandes los ojos. 

-¿En serio? ¡Oh, Jessica! -Newt corrió hacia ella y trató de abrazarla

Pero en ese instante la adulta joven sacó la varita y lo apuntó con ella. 

-No te atrevas, Scamander -habló ella, y Newt retrocedió-. Bien. Señor Kowalski, tengo entendido de que usted ya conoce a la señorita Goldstein. 

-Así es. -respondió Jacob

-Perfecto. Necesitaré un poco de su sangre. 

-Mi... ¿MI qué? -Jacob ahora miraba a Jessica de una manera extraña

-Su sangre -repitió ella, perdiendo la paciencia-. Para realizar un encantamiento de rastreo. 

-Creo que podemos utilizar la mía. -se ofreció Newt

-No seas estúpido, Scamander -la voz de Jessica era demasiado fría como para ser suya-. Señor Kowalski, necesito una gota de su sangre. 

-Pero...

-Scamander, basta -lo cortó la aurora, antes de que éste pudiera quejarse de nuevo-. Señor Kowalski...

Jacob suspiró y le extendió el dedo índice a Jessica. Ésta hizo un movimiento con su varita y una pequeña cortada se abrió en su piel. Jacob hizo una mueca, pero no se quejó. La gota de sangre flotó y se posó en la palma de mano de Jessica, que hizo otro movimiento de la varita y la cortada se cerró al instante. 

-No entiendo para qué necesitas la sangre... -comenzó Newt, frustrado

-Para un hechizo mucho más complejo de los que tú conoces, Scamander. -explicó Jessica

Entonces un mapa de Francia apareció de la nada. Jessica lo colocó en el suelo y dejó caer la gota de sangre. Pasaron unos segundos, y nada pasaba. Pero entonces, la gota comenzó a moverse y trazar un pequeño camino por el mapa, que se dirigió a la ciudad de París. Jessica sonrió de lado, fingiendo estar feliz. Pero a Newt no la engañaba, sabía que ella estaba gritando por dentro. 

-Perfecto... -habló ella. Era muy buena fingiendo, no se le notaba ni un hilo de tristeza en su voz- Vamos, no tenemos tiempo que perder. Señor Kowalski -Jacob miró a Jessica-, le agradezco por su sangre. 

-Oh, no fue nada. -aseguró él

Jessica se levantó y los dos hombres hicieron lo mismo. Entonces ella se detuvo frente a la puerta y le tendió ambos brazos a los hombres, que entendieron al instante que iban a aparecerse. Y así fue. 

Aparecieron de nuevo en el tejado de un edificio bastante alto, donde nadie mas podía verlo. Era un buen puesto de observación, ya que ellos podían observar todo lo que pasaba a sus pies y los de abajo no podían darse cuenta de su presencia. Jessica buscó con la mirada y entonces vio a una mujer con el cabello corto y café y un abrigo negro que caminaba a paso apresurado por las calles. La chica hizo memoria, tratando de acordarse de la apariencia de Tina Goldstein. 

-Allí está... -habló de repente Newt, con una voz soñadora (típica de él)- Ésa es Tina... La encontramos...