Una tarde de lluvia

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La lluvia caía con fuerza,
las gotas se azotaban por la ventana.
Fuera todo era viento, tormenta, caos.
Justo como me sentía.

No podía llorar,
ya no más.
Al mirar la lluvia desbordarse,
imaginaba que también lo hacía en mi interior.

Las horas pasaron,
el aguacero se disipó.

Y ahí,
en el ocaso,
cuando se ocultaba el sol,
un hermoso arcoíris resurgió.

La tormenta había acabado,
y con ella,
una luz de esperanza dejó a su paso.

Sonreí.

Sentí esperanza.

El mundo,
la vida,
me llamaban.

Veladas de insomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora