Nos gritábamos.
En ese momento no éramos pareja.
Éramos boxeadores enfrentándonos
en un ring imaginario.
Y cada palabra,
cada excusa,
cada grito,
era como lanzarnos golpes.Siempre en busca de un knockout.
Entonces me derrumbé.
No pude más
y me lancé a llorar.Y cómo por obra de magia,
tú también te derrumbaste.Y me abrazaste.
Y me aferré a ti.
Y lloramos.Un llanto liberador,
de esos que despejan tus frustraciones
y que sanan tu alma.Nos sanamos en ese abrazo.
Y nos amamos.
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Veladas de insomnio
PoetryHay noches que se vuelven interminables, largas y tediosas noches. Donde la oscuridad se vuelve una aliada para que surja la magia. Y es en esos momentos, cuando la creatividad florece, las palabras fluyen y poco a poco van tomando una forma extraor...