Y nos amamos

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Nos gritábamos.

En ese momento no éramos pareja.
Éramos boxeadores enfrentándonos
en un ring imaginario.
Y cada palabra,
cada excusa,
cada grito,
era como lanzarnos golpes.

Siempre en busca de un knockout.

Entonces me derrumbé.
No pude más
y me lancé a llorar.

Y cómo por obra de magia,
tú también te derrumbaste.

Y me abrazaste.
Y me aferré a ti.
Y lloramos.

Un llanto liberador,
de esos que despejan tus frustraciones
y que sanan tu alma.

Nos sanamos en ese abrazo.
Y nos amamos.

Veladas de insomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora