Luna mágica

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Corrí entre los árboles
hasta llegar al corazón del bosque,
justo en el momento
en que la luna llegaba
a lo más alto del cielo.

Y lo sentí.

Su poder,
su magia,
atravesándome,
engulléndome,
penetrando en mi ser.

Su calor me envolvió.
Abrí los ojos
y la luz de la luna
se dirigió hacia mí.

Y ahí estábamos,
ella y yo,
siendo uno.
Uniendo nuestras almas.

Y, así,
con su magia,
todo mejoró.

Dejé ir la tristeza,
destrocé mi amargura
y abracé la pureza de la luna.

Para renovarme.

Y vivir.

Veladas de insomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora