#ㅤ𝟑𝐎𝐃𝐀𝐘𝐒 𝐎𝐓𝐏 | ivalkov。

¡¡ O6; Bar. ( 1/2 ) ꧂

El todoterreno iba lleno al completo, tanto los dos asientos de delante como los cuatro de atrás. El superintendente era quien estaba al volante, escuchando las tonterías que sus compañeros y amigos fuera de trabajo decían a cada dos por tres; eso sí, por más raro que se viera, mantenía una expresión calmada y una leve sonrisilla se formaba en sus labios, dando a entender que estaba agusto junto a ellos. Al fin y al cabo eran su única familia.

A su lado viajaba el de cabellos albinos, apoyando su brazo sobre el respaldo de la puerta con la mirada fija en la ventana, viendo los coches y las personas pasar bajo la poca iluminación de las farolas. Era de noche, las diez y media por lo menos. Estaba callado, ni siquiera quería unirse a las conversaciones de sus amigos, las mismas que Conway respondía de vez en cuando y por puro aburrimiento.

Detrás iban los otros dos comisarios, haciendo el tonto como de costumbre. El búlgaro reía con su peculiar risa que a todos les contagiaba, soltando chistes e idioteces a cada cosa que decía. No había ni un solo segundo en el que no estuvieran riéndose. Por otro lado, Greco estaba en el asiento de detrás del conductor, apoyado de mala manera en la puerta y mirando directamente a su compañero, volteándose de vez en cuando a los dos chicos de atrás cuando estos decían algo.

Y esos mismos chicos . . . Bueno, creo que estaba claro quienes eran, ¿ no ? Horacio y Gustabo habían sido invitados a formar parte de la reunión en el bar que comisarios y superintendente solían hacer cada noche del viernes. Ellos habían aceptado gustosos con tal de pasar un rato con su « padre » y para estar molestando a los otros tres, en concreto Ivanov, ya que sabían la media rivalidad que tenían los tres por los celos que algunas veces atacaban.

No estaban muy lejos del bar al que solían ir, pero por alguna extraña razón a Volkov se le estaba haciendo eterno el camino. Suspiraba más de lo habitual y no les dirigía la mirada a ninguno de los presentes en ningún momento. Parecía estar perdido en sus pensamientos, queriendo llegar para bajarse del vehículo y beber por lo menos cinco botellas de vodka.

El pelinegro notó la seriedad de uno de sus mejores amigos al verle de reojo. No era la primera vez que lo veía tan desanimado como ahora, y aunque tuvieran sus mas y sus menos, solían tratar de ayudarse lo máximo que podían.

ㅤㅤ─────Volkov, ¿ todo bien ?

Le preguntó no muy alto para evitar que los demás le escucharan y se metieran en la conversación. Lo último que quería era incomodarle más de lo que seguramente ya estaba.

El ruso asintió levemente con la cabeza, aun sin querer mirarle directamente a los ojos o al menos verle por el rabillo de estos.

ㅤㅤ─────Sabes que puedes contarme si te sientes mal, estoy fuera de servicio, no voy a mandarte a la mierda menos si necesitas ayuda.

Las palabras del mayor sorprendieron a Viktor, logrando que después de todo el recorrido que habían hecho, voltease a mirarlo con un rostro algo decaído. Pero a pesar de ello, no habló, solo lo miraba sin creerse del todo lo que estaba escuchando. Volvió a suspirar y centró su vista en el frente, visualizando a lo lejos las luces de la entrada del bar.

ㅤㅤ─────¿ Es por él ?

La pregunta le sorprendió más todavía, sintiendo un escalofrío recorrer desde la punta de los pies hasta la cabeza. Tragó en seco, bajando la mirada al suelo sin saber que decirle al respecto. Mordió su labio inferior con algo de fuerza y asintió suavemente. De todas formas no quería contarle nada acerca de ese tema, pues tenían al susodicho tras ellos y pasaba de tener que darle explicaciones más tarde.

ㅤㅤ─────Pero no quiero hablar de eso ahora, Conway.

ㅤㅤ─────Sois un caso perdido.