¡¡ O7; Abrazo + beso. ( 2/2 ) ꧂

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Las calles de Los Santos estaban en completo silencio, siendo el ruido de los coches que pasaban cerca lo único que podían escuchar. El manto nocturno relucía por las mil estrellas que este dejaba ver, y el camino de ambos chicos era iluminado por el tenue color blanquecino de la luz de las farolas.

Todo estaba tan tranquilo que parecía irreconocible aquella ciudad en donde tanto caos solía reinar, y para ser sinceros, era un gran alivio para ellos y para todos los ciudadanos que decidían pasear a altas horas de la noche.

Uno caminaba con la mano izquierda metida en el bolsillo de su chaqueta y la derecha sosteniendo una botella de vodka, mirando al frente con una expresión seria y cansada. Sabía que podía estar muchas horas sin dormir, pero los límites a veces llegaban en situaciones poco convenientes, por ejemplo ahora. De cierta forma no quería marcharse; arreglar las cosas con el más alto era lo que quería hacer desde que todo se quebró.

Por otro lado, el moreno tenía de igual forma sus manos guardadas, solo que este las tenía metidas en los bolsillos de su pantalón. Tenía la cabeza agachada, mirando los pasos lentos que daba y que no conducían a ningún lugar, al menos por ahora. Solo estaban paseando, alejándose de todo y de todos, tratando de encontrar un lugar en el que ambos estuvieran cómodos.

Claro que ninguno era capaz de aceptar que estando juntos ya se respiraba la comodidad del momento.

En fin. Su caminata continuó varios minutos que pasaron lentos, sin decir una sola palabra ni dirigir ni una sola mirada al adverso. Hacía rato que el bar había quedado en el olvido al final de la calle que pronto iban a cruzar, mirando a los lados por si venía algún vehículo. Al no ver a nadie, ambos cruzaron a la cera de enfrente, siguiendo con su camino sin destino exacto.

No pretendían romper el silencio ni mucho menos hasta encontrar el momento oportuno para hacerlo, o al menos eso era lo que el ruso planeaba, puesto a que conocía muy bien al contrario y sabía que si él no hablaba, el búlgaro tampoco lo haría.

Caminando y caminando llegaron a un parque de recreativos para niños, el cual estaba completamente apagado, sin la vida que los pequeños le daban cuando jugaban todos juntos, disfrutando de eso llamando infancia. Volkov detuvo su andar justo en la entrada, una hecha por vallas bajas que rodeaban al completo toda la zona, supuestamente por seguridad. Se quedó mirando los columpios por largos segundos, llamando la atención del castaño que se giró al notar que su compañero ya no caminaba a su lado.

El de cabellos albinos bebió de la botella de vodka hasta acabársela, tirandola dentro de una de las basuras cercanas y entró sin decirle nada, sabiendo que lo seguiría sin siquiera pedírselo. Escuchaba sus propios pasos sobre la arena que cubría todo el suelo, dejando la huella de sus zapatos a cada paso que daba. Así como oía las suyas, sentía las pisadas de su amigo detrás de él, las mismas que se detuvieron al llegar al lugar al que se dirigían.

Ambos se sentaron en los columpios solitarios, quietos en mitad de la noche. Volkov empezó a mover sus piernas, manteniendo los pies pegados en el suelo, para así poder columpiarse un poco sin llegar a separarse de la tierra. Ivanov por otro lado se quedó estático, sujetando las dos cadenas de sus lados con la mirada todavía pegada en sus propios pies. Nadie podría creerse que el mismísimo comisario que todos conocían y recordaban por su carismática personalidad, ahora mismo se encontraba pensativo y sin fuerzas para poder hablar.

Uno de los dos debía romper el hielo de una vez, y estaba muy claro quien sería.

O tal vez no.

ㅤㅤ─────Lo siento.

El de nacionalidad rusa abrió sus ojos como platos al escuchar como él era quien tomaba la iniciativa en esa conversación, fijando su vista en un punto fijo a lo lejos. Segundos después se volteó a él, con una expresión más relajada y menos sorprendida.

#ㅤ𝟑𝐎𝐃𝐀𝐘𝐒 𝐎𝐓𝐏 | ivalkov。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora