¡¡ O9; Pesadillas. ꧂

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Un lugar completamente oscuro. Solo hay árboles alrededor. Sus hojas cubren la pequeña luz lunar que entraba por estas hacía apenas unos minutos. Ya no queda nada, solo el color negro rodeándole. Escucha los sonidos de los animales nocturnos. Siente que puede ver los ojos de aquellos observándole entre la penumbra. Quiere ignorarlos, pero no puede. Le tienen vigilado. Siguen su camino fijamente.

Su cuerpo tiembla. Sus pasos no se detienen. Pero tiene miedo, y sigue, aunque él no quiera. Continúa el largo recorrido, temeroso. No parece tener fin. Ni siquiera ve uno a lo lejos. No ve nada. Está solo, rodeado de animales que desconoce, perdido.

Se detiene un momento. Agacha la cabeza y cierra los ojos con fuerza. De ellos salen lágrimas, una tras otra. Ya no aguanta, quiere irse. Levanta la cabeza de nuevo y suelta un grito, un chillido que le rompe la voz. Abre sus ojos, asustado. No le salen las palabras, no puede. Tiembla todavía más. Es imposible, no puede estar pasando.

Su cuerpo no responde. Comienza a escuchar pasos detrás suya. Pero algo no le deja girarse, ni moverse. Quiere escapar de ahí, pero no puede. Los pasos se acercan más. Comienza a ver más ojos. Le están observando, van a por él.

Con fuerza vuelve a gritar, pero se lastima la garganta. Le arde, porque no sale ni un solo sonido. Sin saber como, ni cuándo, comienza a correr. Vuelve a moverse por su cuenta. Se alivia por ello, puede marcharse. Pero siente los pasos detrás, le están persiguiendo.

Corre.

Corre.

Y corre lo máximo que puede. Ya no oye nada detrás. No se atreve a girarse, pero debe hacerlo. Un segundo, dos, tres, cuatro... Un animal se abalanza sobre él con fuerza. Chilla de nuevo, sin voz, pero no siente ningún impacto. Cae en el agua, agua oscura, negra. No sabe donde está cayendo, pero no tiene final.

Abre sus ojos. Está en un suelo. ¿Cuándo ha caído? No lo sabe. Mira a su alrededor. Es una habitación. Oscura, no hay luces, no hay puerta, no hay ventanas. No tiene nada. Está solo, otra vez.

Levanta sus piernas y las abraza con fuerza. Las apega a su pecho, es a lo único que puede aferrarse. Sigue asustado, no entiende nada. No hay nadie, nadie puede salvarle.

De pronto una luz. Una luz sin sombra. Sabe que es al momento. Fuego. Una chispa. La chispa va creciendo. Se levanta asustado. ¿De dónde ha salido? No sabe, pero necesita salir de ahí. Se da la vuelta y palpa la pared. Busca una salida, una puerta, una ventana. No hay nada. Vuelve a girarse. Ya no es una chispa, es una llama. Cada vez se va agrandando. Vuelve a girarse, sigue buscando una salida. Pero no hay.

Comienza a golpear la pared. Grita ayuda. Su voz ha vuelto. Pero nadie le escucha. Grita, todo lo fuerte que puede, grita. Pero solo resuena en aquel espacio. El eco cada vez es más alto. Cierra sus ojos con fuerza. Es molesto, no puede más, no puede pararlo.

Vuelve a girarse, el fuego ocupa toda la pared. Lo tiene rodeado, no hay salida. Va creciendo, se va acercando. Golpea la pared, a patadas, necesita salir. Huele el olor a quemado, tiene miedo. No resiste más, pero sigue luchando por escapar.

Siente las llamas golpeando su espalda, nota el calor. Lo tiene encima, no hay salida. Cierra sus ojos, se deja caer al suelo. No vale la pena. Grita, grita sin parar. Siente las lágrimas derramarse por sus mejillas. ¿Cuánto falta? Quiere acabar ya.

El fuego lo alcanza finalmente. Lo envuelve, pero no siente el calor. No quema, no hay nada. Abre sus ojos, confuso. Ve las llamas, le atrapan del todo. Y ahora sí. Siente sus ojos arder, un color rojo le invade. El rojo se va oscureciendo. Se vuelve color negro. Negro. Se va alejando. Poco a poco toma forma. Sus ojos siguen abiertos, asustado.

Al instante ese color es un objeto. Lo tiene enfrente, pero alejado. Es un arma, y le está apuntando. Observa por donde van a salir las balas. Escucha voces, pero no distingue. No sabe qué está pasando. Ve a tres personas delante de él. ¿Quiénes son?

Quiere moverse, pero sus manos están atadas. Lo tienen esposado. Voltea a un lado, al otro. ¿Son aviones? Están rotos. No reconoce el lugar. Jamás parece haberlo visto.

Vuelve a escuchar voces. Escucha el sonido de las armas. Las han cargado. Y le siguen apuntando. A su lado hay alguien, pero no sabe quien es. Comienza a temblar. ¿Va a terminar ya? Empieza a escuchar una señal. ¿Le van a disparar? No, no, no. No puede ser.

Quiere salir corriendo, pero no puede. Le van a matar igual. Es imposible. Cierra sus ojos con fuerza, comienza a decir palabras al azar, reza para que se termine, no aguanta más. Escucha un disparo. Abre los ojos, ve varias balas acercándose, pero van en cámara lenta. No entiende. ¿Por qué? Está confuso, quiere que le disparen ya. Escucha otro disparo, levanta la cabeza sin entender todavía.

Tres.

Dos.

Uno.

Y le pilla por sorpresa. Una bala. En la frente. Su cuerpo no se mantiene en pie. Cae al suelo, ve borroso. Comienza a agonizar. Ve sangre por todos lados, la huele, y la siente. Siente como cae por su cuerpo. Chillidos de emoción. Quieren más. Están locos.

No puede más. No siente el aire. Está débil. Ya no aguanta. Cierra sus ojos, se deja caer en la oscuridad.

Abrió sus ojos al momento, jadeando. Estaba sudando y sentía que le faltaba el aire. Alzó su mano y la llevó rápidamente a su rostro, a su frente concretamente. No había nada, todo era un simple sueño. O más bien, una pesadilla.

Entre cerró los ojos, sintiendo como lágrimas caían rápidamente sin intenciones de detenerse. Su cuerpo estaba temblando del miedo, jamás habia tenido una pesadilla como esa, y le aterraba la última escena. Se le había hecho tan real que sentía de verdad que ahí acababa todo.

Tomó aire y lo fue expulsando lentamente, necesitaba calmarse de tantos sustos seguidos. Y al parecer no terminaba ahí.

La cama se movió levemente y una pequeña mano se colocó sobre su muslo. Sorprendido por aquel tacto, desvió lentamente su mirada hacia el costado, encontrándose con un albino durmiendo tranquilamente a su lado.

Cierto, se había quedado en su casa esa noche.

Suspiró por lo bajo, aliviado de tenerlo a su lado y de que todo el sufrimiento se hubiese terminado.

ㅤㅤ─────¿Alexander...? ─────Preguntó la suave pero ronca voz del mayor a su costado, sin abrir sus ojitos zafiro al estar todavía metido en sus sueños. Qué suerte tenía de estar tan tranquilo, deseaba ser él en esos momentos.

ㅤㅤ─────Tra... Tranquilo, no pasa nada. Descansa, Volkov ─────Le respondió de forma calmada, pasando una de sus manos por los cabellos albinos despeinados del adverso, dejando suaves caricias en estos que intentaban ayudarle a que volviera a dormir.

Tal vez, lo único que llegaba a hacerle sentir a salvo, tranquilo, calmado y relajado, era tener al pequeño ruso junto a él.





Si habéis sufrido leyendo
la pesadilla, bienvenidos, a
mi casi me da algo de imaginarlo. JAJAJAJA.
Os tqm perdonadme. ♡

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⏰ Última actualización: Dec 30, 2020 ⏰

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#ㅤ𝟑𝐎𝐃𝐀𝐘𝐒 𝐎𝐓𝐏 | ivalkov。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora