4. Un poco de compañía

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Capitulo sin editar

ARABELLA

-Bebeme o tu padre te castigará. -reí ante la etiqueta del frasco que se encontraba sobre mi cama. Destape la botella y conteniendo el aire bebi un trago del contenido, una mueca de desagrado se formó en mi rostro apenas volví a respirar. Por suerte ya era el último día.

-Ya se acerca -oí murmurar quedamente a Melissa. La miré con pena, admirando sus bellas facciones deformarse en una mueca perdida y desolada. Sus ojos me miraban y sentía como si estos me atravesaban, su mirada estaba perdida, no me estaba mirando a mí.

-Sabes que estaré bien ¿verdad? Desde que vivo con Severus tengo que hacer esto.

- Lo sé -suspiró con cansancio, probablemente por mi desinterés-. Pero sigue siendo extraño que tu amiga se convierta en un pulgoso una vez al mes -bromeó soltando una pequeña risa y yo se lo agradecí con una igual. Odiaba preocuparla, así que me agradaba verla bromear.

- Anda ya vámonos, tenemos clases de pociones.

Me puse mi túnica y caminé hacia el salón ubicado en las mazmorras. Me era muy extraño ver a alguien más ocupar el puesto de mi padre, pero yo le agradaba a Slughorn, diría que me amaba, más bien. Desde el primer momento que me vio me reconoció como la "pequeña de Snape", apodo que mi padre odiaba con todo su ser, y desde ahí ya me empezó que tomar cariño. Tiempo después este fue en aumento debido a mi gran habilidad en la materia, lo cual me ayudaba mucho.

- Jovencitas, adelante -hablo el profesor cuando nos vio en la puerta. Nos quedamos quietas, admirando el ambiente del lugar, observando a nuestros compañeros en un círculo admirar curiosos unos calderos cubiertos en la mesa del profesor.

-Buenos días, profesor -saludé entrando y dirigiéndome hacia la mesa, buscándome un lugar junto a Draco -disimuladamente, obvio- y posicionándome lo más disimuladamente allí. Observe al rubio de rojo pero este se encontraba demasiado perdido en sus pensamientos.

-Alumnos, hoy tendremos el honor de hablar de pociones muy poderosas... -el profesor Slughorn comenzó a hablar, comenzando una aburrida charla sobre pociones e ingredientes.

Observe otra vez a Draco y tome su mano disimuladamente cuando me di cuenta de que nadie nos miraba. El rubio se sobresaltó por un momento y luego apretó mi mano al darse cuenta de mi presencia. Continuamos la clase hasta que escuchamos la puerta interrumpir la clase.

- Aah, Harry, muchacho, me tenías inquieto, vienes acompañado ¿eh? Saquen sus libros y únanse -escuché decir al profesor y retiré mi mirada de Draco para observar al intruso.

-Lo siento señor, pero no tengo libros y Ron tampoco -se disculpó Harry en tono nervioso.

-No importa tomen los del armario.

Luego del permiso del profesor continuó hablando sobre pociones y después Granger las nombró y describió siendo la insoportable cerebrito que solo ella podía ser.

- Esto es amortenita, la poción de amor más poderosa, dicen que huele diferente para cada persona según sus gustos. Por ejemplo, yo huelo césped recién cortado, pergamino y dentífrico de hierba buena.

"Rarita" pensé con fastidio sin poder evitarlo. Unas risas se escucharon apenas Hermione termino de hablar. "Raritas todas". El profesor Slughorn dio una advertencia sobre el peligro de la poción al ver a algunos estudiantes acercarse como polilla a la luz.

- Alguien más que se anime a decir que es lo que huele, ¡para que podamos comprobar lo que la señorita Granger explicó! -la mayoría se miraron nerviosos. Nadie pasaría y perderíamos valioso tiempo en estos estúpidos, así que di un paso adelante y le dediqué una sonrisa ofreciéndome como voluntaria - ¡Oh la pequeña de Snape, pero claro que si! Adelante señorita, cuéntenos ¿qué huele?

|AMORTENTIA| Draco L. MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora