5. Mi casa dentro de Hogwarts

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Capitulo sin editar

ARABELLA

-Y entonces Draco te acompañó -Melissa preguntó mirándome con una expresión rara. Asentí ya cansada de su interrogatorio- ¿Pero como te dejas, burra? Ese es tu momento libre de Dracos fastidiosos. Ojalá pudiera ir al bosque como tu y no ver más a tu novio.

- No me molesta pasar tiempo con Draco ¿sabes? -respondí riendo y atravesé las puertas del gran comedor.

Nos dirigimos a nuestra mesa y tomamos asiento cerca de la punta. Comencé a servirme mi desayuno ignorando el balbuceo de mi compañera sobre Por qué no debería dejar que Draco se meta en todo en mi vida parte 47. Ya estaba acostumbrada a esta charla, así que opté por concentrarme en mis tostadas francesas.

- A ver, niña, a mi me vas a escuchar cuando te ando hablando -me riñó dándome un golpe detrás de la cabeza que casi me hace ahogar con mi tostada. Me di vuelta para devolverle el golpe pero justo apareció una chica del mismo año pero de Hufflepuff.

- ¡Ara! ¿Cómo estás? Te noté un poco exhausta ayer -me preguntó con una amable sonrisa. Yo me enderecé en mi lugar olvidándome de Melissa y le devolví la sonrisa.

-Estoy bien, Vero, gracias por preguntar. Solo estaba algo cansada por tanto estudiar y terminé enfermando -mentí poniendo mi mejor carita para convencerla. Ayer había sido el día posterior a la luna llena, y debido a que durante la misma apenas pude dormir debido a mis instintos licántropos y a cuidar de Draco, mi apariencia ayer debió ser horrible, incluso falté a clase, pero supongo que ella me vio mientras volvía a mi sala común.

- Entiendo, espero que te recuperes pronto -me deseó con una sonrisa y se despidió de nosotras. Melissa la saludó con una sonrisa y yo la imité.

Veronique era mi amiga desde que éramos niñas, vive apenas a unos metros de mi casa en la cual solía vivir con mi madre, así que siempre jugábamos juntas. Cuando me mudé con Severus, traté de no perder contacto con ella, era mi mejor amiga y casi mi hermana. Ya había perdido a mi madre y no podría soportar perderla a ella también, así que luego de un buen rato de llorarle a mi padre me permitió seguir juntándome con ella. Así que nunca dejamos de ser cercanas, o al menos hasta que llegamos a Hogwarts y nos sortearon en casas distintas. A pesar de nuestros intentos de volver a ser como antes, las cosas habían cambiado y ya no era lo mismo, pero aún así, la amaba como a una hermana y eso ningún sombrero lo cambiaría.

- Esa chica me agrada- mencionó mi amiga y yo asentí.

-Es una buena chica, aunque en general no me agradan los Hufflepuff.

- ¿Por qué?

-No sé, rivalidad entre casas supongo. Hace más interesante la vida en Hogwarts.

-¡Dramática! -exclamó riendo y me golpeó levemente, yo reí y retiré mi pelo de mis hombros fingiendo estar ofendida.

- ¡Siempre! -exclamé igual cambiando mi expresión. Reímos juntas y continuamos con el desayuno.

Observé la mesa encontrándome con varios compañeros mirándonos raro, entre esos, Pansy Parkinson. Tomé con un dedo mi mejilla y, jalandola levemente hacia abajo, le saqué la lengua mientras cruzaba mi visión, moviendo mis pupilas hacia el centro. Ella me miró ofendida y siguió con su desayuno. Draco, el cual se encontraba con la Morena tirada prácticamente arriba suyo, me sonrió disimuladamente, riéndose levemente de su compañera. Yo me dediqué a tirarle un beso muy disimulado. Hogwarts no era tan malo, mientras tengas gente que se preocupe de ti y a tu hermoso amor secreto.

...

Tomé aire mientras movía mi pie imitando a un toro, sacudí mi cuerpo, elevé mi cabeza y fijé mi presa. Admirando su blanquecino cuello y sus anchos hombros debido al entrenamiento sonreí. Comencé a correr, ignorando los gritos de mi amiga a mis espaldas, ya no importaba nada más que mi presa.

|AMORTENTIA| Draco L. MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora