Mundana

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Una cosa, esta historia es MUY LARGA, para ir avisando. Espero que os guste!!!

Alba y yo nos separamos al ver la bifurcación que había enfrente. Con gestos, le indiqué que ella tomase el camino de la derecha para yo ir al de la izquierda. Asintió, y se mezcló sigilosamente entre las sombras con su cuchillo serafín en la mano. Yo hice lo mismo pero al lado contrario.

Esa misión era importante. Hacía unos días llegaron noticias de la desaparición de varios mundanos en los alrededores de la ciudad, y los cazadores de sombras estábamos intentando averiguar si era cosa de los demonios o algún que otro clan: vampiros, brujos, hombres lobo u hadas. Nosotros, los cazadores de sombras, éramos los defensores de la humanidad y encargados de mantener a raya a los demonios, los cuales procedían del inframundo y cuyo único objetivo era matar y torturar a humanos. Los otros cuatro clanes ya mencionados, mantenían una estricta alianza con nosotros, lo cual hacía que colaborasen con nosotros, los cazadores de sombras o nefilim. En el caso de que algún miembro de los cuatro clanes rompiese esa alianza, ya sea por matar a un mundano o un nefilim, la ley acudiría ante ellos.

Acaba de llegar al Instituto de Madrid, lugar de reunión de los nefilim en la capital, la noticia de un nuevo ataque en la zona de Malasaña. Alba y yo habíamos salido en su busca bajo la orden de la directora, Noemí, la cual se había quedado en la base esperando a la otras patrullas.

Habíamos detectado la presencia de un demonio gracias al radar en un callejón el cual presentaba dos salidas a la izquierda y la derecha. Debíamos averiguar si era el causante de esas desapariciones o no, para después asesinarlo claro está.

Oía ruidos procedentes de él, y me coloqué en una esquina con el cuchillo en mano dispuesta a atacar. Mi parabatai estaba esperando mi orden al otro lado. Hermanas de pelea, eso eran los parabatai; y ese vínculo que ambas teníamos era irrompible, lo cual nos permitía tener una conexión mucho más allá de la fraternal y amorosa, casi de nuestras almas.

Conté hasta tres, dispuesta a abalanzarme sobre el demonio. Una, dos y tres. Ambas saltamos a la vez con los cuchillos centelleando.

Mientras que Alba iba a por el mundano acorralado, yo me acerqué al demonio estupefacto, agarrándole con un brazo del cuello y acercándole el cuchillo cerca del cuello en señal de advertencia.

—Vaya vaya vaya, un demonio por aquí, ¿eh? —Le preguntaba mientras hacía más y más presión contra su garganta —. Habla, ¿eres tú quien ha estado asesinando a mundis esta semana? ¿O voy a tener que sonsacártelo de otra manera? —Hablaba en el idioma de los demonios, el cual habíamos estudiado anteriormente, y me sorprendió bastante su respuesta en nuestro idioma.

—Nefilim —gruñó el demonio al ver nuestras marcas. Los nefilim éramos reconocidos en el Mundo de las Sombras por portar diversas marcas o runas parecidas a tatuajes en el cuerpo, las cuales tenían enormes poderes que aumentaban nuestra fuerza, velocidad, visión... La mayoría eran temporales, únicamente para la batalla, pero otras, como la parabatai, estaban para siempre. Alba y yo llevábamos la runa parabatai en el corazón, para demostrar nuestra profunda amistad —. No sabía que deambulabais por aquí, este no es vuestro territorio —. Era sorprendente que ese demonio supiese nuestro idioma, pues la mayoría no lo hablaban.

—El tuyo está en el infierno, demonio —decía Alba mientras dejaba al mundi inconsciente en el suelo —. Ahora, vas a soltar lo que queremos antes de que mi compañera te raje el cuello y vuelvas a tu hogar.

Para demostrarlo, hundí el cuchillo aún más en su garganta, haciendo que una espesa sangre negra saliese de la herida.

—Si me vais a matar igualmente, ¿de qué me sirve decir nada?

You are Toxic | One Shots AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora