Te amó porque te odio, te odio porque te amó.

kim Kyu Jong parte 3

Mi noviazgo con Saeng iba bien, con algunos altibajos, ya que nuestro carácter chocaba mucho, pero aún así me esforzaba por hacerlo feliz, aunque muchas veces sentí que era unilateral la situación.

Los besos de mi novio me elevaban al éxtasis, su sabor me embriagaba y sentía la lujuria por todo mi cuerpo, muchas veces tuve que recurrir a bañarme con agua fría para calmar el fuego que sentía consumir toda mi piel, a mi novio le encantaba provocarme y luego me dejaba con un duro problema en mi entrepierna, sabía muy bien que era la envidia de varios chicos que andaban tras mi sexi novio.

Saeng era muy coqueto, le gustaba ser el centro de atención, no me gustaba  para nada su forma de actuar, en el salón su actitud era muy diferente, pero fuera de él su cambio era de 360°, pasaba de brazos de uno a otro de sus amigos, dejaba que le acariciaran la cara, hombros, brazos, y espalda, su cintura parecía propiedad pública, y no le importaba que yo estuviera ahí presenté.

Esa personalidad de él yo no la conocía, como dije antes, en el salón era diferente y fuera de ahí,  él y yo no teníamos contacto antes, siempre había estado con Kiki, llegaba al instituto con Kiki, salía a receso con Kiki, estaba en el patio con Kiki, en la biblioteca con Kiki y cuando me iba a casa al final de clases era con Kiki, siempre con Kiki, por eso me sorprendió y enfado mucho ver a un Saeng que yo no conocía, y claro que intente hablar con él, dejarle bien en claro que no me parecía correcto que se comportará de ese modo, sobretodo por qué ya era mi novio y yo al igual que él merecía y exigía un respeto, a toda contestación Saeng simplemente me dijo, "así soy yo, y no pienso cambiar solo por qué somos novios, no veo nada de malo en como me comportó con mis amigos, además no eres mi dueño" y así de sencillo me dejó mudo, lleno de frustración y con ganas de matar a alguien.

No pude evitar comparar a Saeng con Kiki, aunque los dos no rivalizaban en cuanto a belleza, porque ambos eran muy atractivos, su personalidad era muy diferente, Kiki no necesitaba hacerse notar, donde quiera que estuviera no pasaba desapercibido,  las miradas de todos estaban puestas en el, inspiraba respetó y admiración, el no requería de falsos coqueteos para lograr lo que quisieran, marcaba muy bien los límites para la gente a su alrededor, era fino y detallado en su aspecto físico, no necesitaba de adorno alguno para ser bello, ni que decir de su forma de socializar, muy selectivo, pocos podían darse el lujo de ser sus amigos, chicas y chicos trataban siempre de llamar su atención, jamás lo vi que fuera grosero con nadie, si requerían de su ayuda lo otorgaba sin dudar un segundo, siempre solicitó pero ante todo dándose su lugar, un excelente doncel, simplemente perfecto.

Movi mi cabeza en negación como tratando de sacudir mis pensamientos, estaba muy mal que comparará a mi novio con mi mejor amigo, eso no hablaba bien de mi, Saeng era mi novio y a el tenía que ponerlo por sobretodo, pero últimamente se me hacía muy difícil hacerlo.

Mis celos eran enormes, no podía controlarlos, y no hallaba la forma de hacer que mi novio me entendiera, era un martirio para mí estar con él y sus amigos en la cafetería del instituto, no me llevaba nada bien con ninguno de ellos, en especial con el cara de bebé quien me enteré se llamaba Jun y conocía a mi novio desde el preescolar, él era el más cariñoso con Saeng, siempre abrazándolo, parecía chicle mal pegado, me miraba con burla, retandome con la mirada, solo se separaba de mi novio cuando su novio llegaba, Jung Min, un tipo sumamente arrogante, vanidoso a más no poder, parecía una perfumería ambulante, lograba opacar el aroma natural de la cafetería con su perfume, me mareaba, llevaban tres años de relación y ya estaban en los preparativos de su boda, no podía decirse que destilaban amor, siempre estaban de la greña discutiendo por todo, pero aún así querían unir sus vidas, si a Min le molestaba como se llevaban mi novio y su novio jamás lo dio a notar, por el contrario, parecía más que a gusto con ello.