Young Saeng

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"VIVIMOS EN UN MUNDO DONDE LA AMBICIÓN TE HACE SACAR LO PEOR DE UNO MISMO, UN MUNDO DONDE ES MAS CÓMODO CALLAR Y HACER COMO SI NO PASARA NADA AUNQUE LA DIGNIDAD SE PIERDA, UN MUNDO DONDE HASTA LA FAMILIA TE DA LA ESPALDA SI ASI LES CONVIENE."

Me encontraba en la ante sala de la oficina del director esperando llegaran por mí para presentarme ante mis nuevos compañeros de clase, junto a mí se encuentraba otro joven, quien también seria presentado al mismo grupo.

Su nombre, según me dijo cuando se presentó conmigo, era Lee Hong Ki, muy guapo y muy sociable, se notaba a simple vista que venía de buena cuna, algo que ha mí me interesó mucho, pero una rara sensación hacia que yo no me acercara a platicar con Hong Ki, tenía un aura demasiado dulce, empalagoso a mi gusto, a decir verdad, nuestras auras se rechazaban.

Era mi último año de universidad, y las clases ya habian comenzaron tres meses atrás, pero gracias a que mi padre es amigo del director permitieron mi ingreso fuera de tiempo.

Me recosté en el respaldo del sillón y cerré mis ojos, mi mente se perdió en mis recuerdos...



Toda mi vida habia vivido en Corea desde que nací, mi familia estaba conformada por mi padre, mi madre y yo, eramos de una economía media, aunque teníamos la empresa familiar  no era tan poderosa como otras empresas.

Siendo hijo único, todas las esperanzas de una mejora en nuestra economía estaban puestas en mí, por eso mismo desde chico me educaron para buscar el mejor partido, una pareja de excelente posición económica, buen linaje y estatus jerárquicos superiores.

Aunque mi familia carecía de dinero, siempre hicieron hasta lo imposible para que yo asistiera a las mejores escuelas, claro, con el único propósito de que yo consiguiera un excelente partido.

Mi mejor amigo desde el kinder fué  Jun, sus padres del mismo nivel economico que los míos pero con diferentes ideas, ellos impulsaban a baby, así le decía de cariño, para superarse en sus estudios y lograr algo por sí mismo, sin depender de nadie.

Si...muy diferente nuestra educación, pero aún así eramos inseparables, y tal vez gracias a la influencia de mi amigo fue que yo le puse empeño a la escuela, tenía que ser así si no quería que nos separaran de grupo.

Mi amigo Jun asistía a esas mismas escuelas gracias a becas que su padre le conseguía y que Jun conservaba en excelencia académica.

Cuando iniciamos la preparatoria conocimos a Siwon, hijo de una familia de excelente nivel económico, por indicación de mis padres hice de todo por ser su amigo, algo que no me desagrado porque desde el primer día que lo ví me enamore de él.

Mi familia y su familia empezaron a relacionarse y cada vez era más frecuente las comidas y convivencias entre nosotros.

Jun no estaba muy de acuerdo, el veía como me trataba Siwon, muy frío e indiferente, pero dejo de intentar abrirme los ojos, como él decía, ya que terminabamos discutiendo y enojados.

Cursabamos el último año de preparatoria cuando mi padre me informó que Siwon y yo estábamos comprometidos, una noticia que me lleno de alegría y estuve completamente de acuerdo.

También me dijo que tendría que partir a Japón para cursar ahí los cinco años de universidad, tendría que separarme de mi amigo baby, eso me entristeció mucho, era la primera vez que nos separabamos desde kinder, fue muy difícil despedirme de Jun, nuestros ojos nadaban en llanto y tras prometer que no perderíamos contacto me fui a Japón.

Allí en Japón me esperaba Siwon ya que estudiaria en la misma universidad que yo, esa era la principal razón de mis padres para mandarme a estudiar allá, estar con mi prometido me reconfortó un poco el estar lejos de mi país mi familia y mi amigo.

Te amó porque te odio, te odio porque te amó.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora