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Daichi Sawamura


La música alta llenaba mis oídos de una forma extremadamente excitante. Mi cuerpo se movía marcando los pasos, al compás de la movida melodía. Sentía como las gotas de sudor caían por mi frente, pero no me frené en absoluto. La música paró y me giré hacia Mei con una pequeña y vergonzosa sonrisa. 

--¿Y bien? --Pregunté mientras recuperaba el aliento. 

--¡Eso ha sido demasiado genial! --Aplaudió con ganas. --¿Cuando es la presentación? 

--Necesito la confirmación de Takeda-Sensei para poder usar la cancha. --Caminé hacia Mei y ésta me tendió la botella de agua. --Practicar en esa cancha será suficiente para presentarme a los nacionales. ¡Es super amplia! Estoy deseando bailar ahí. 

La cogí entre mis manos y la estampé contra mi mejilla. 

--Esta fresquita. --Sonreí para después abrir el tapón y beber unos sorbos. --¿Crees que necesito pulir algo? 

--¿Bromeas? Está genial. 

--Huh... no me conforma que esté genial, necesito que quede perfecto. Pon la canción de nuevo. 

Mei obedeció y me puso la canción desde el principio. Cerré los ojos y solté un pequeño suspiro. Le dije a Mei que subiera el volumen sin miedo, ya que en mi casa no les molestan mis horas de ensayo. 

Le puse ganas a la coreografía, y eso le dio más salsa, ya que Mei sonreía de una forma diferente a la de antes. Seguí bailando y disfrutando de aquellos momentos, amaba bailar, pero no sabía cuantas veces había ensayado esta tarde. 

Mei volvió a aplaudir cuando la coreografía terminó y yo me acosté en el suelo más que cansada. 

--Deberías descansar. --Giré mi cuello para ver a Mei, ésta cogió su teléfono y soltó un pequeño grito. --¡Llego tarde! 

Me asusté por su grito y me levanté por inercia. 

--¡Me has asustado, tonta! --Exclamé con un pequeño puchero. --¿Se puede saber a donde va, Señorita? 

--Tengo una cita. --Dijo con una dulce sonrisa y se me hizo demasiado adorable. 

--Entonces date prisa, no le hagas esperar. 

Mei asintió con su cabeza para después recoger sus cosas y salir de mi sótano, ahí es donde ensayo mis coreografías, es muy espacioso y debido a eso la música se escucha genial. Se despidió como siempre y se marchó. 

Me tentó la idea de volver a ensayar, pero si me movía un poco más de lo necesario mis piernas estarían f, y no queremos eso. 

--¡Lucy, la cena ya está lista! --Gritó mi padre desde arriba. 

--¡Voy! --Recogí mis cosas y subí hasta la cocina. 

--Tienes una pinta terrible. 

--¿A caso te has visto tú? --Comenté con cierta gracia y papá respondió con un pequeño golpe amistoso acompañado de una pequeña risa. Amaba nuestra relación. --¡Tortilla de patata! 

Exclamé sintiendo como la boca se me hacía agua. 


(...)


Esperé fuera de la puerta, justo como me lo había dicho Takeda-Sensei hace unos diez minutos. Mi pierna comenzó a temblar debido a un tic nervioso, la paciencia no era uno de mis fuertes. 

Haikyuu One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora