capítulo 11

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—¿Ahora dime como conociste a ese rubio?—Dije pronto cuando me senté en la silla.

—Bueno,Yoandri y yo estudiamos juntos en los años octavo y noveno. No estábamos cerca en el octavo pero...

—No noveno año eso cambió— Interrumpí.

—si. Los dos nos juntamos para hacer el trabajo escolar . El trabajo era un maqueta, por lo que me llevó una semana hacerlo. Él y yo nos hicimos amigos, muy amigos.—Christopher dejó de hablar como si tratara de recordar lo que sucedió después.

—¿Y después?

—ah,si. Terminé perdiéndome en los recuerdos. Perdón. Ambos salimos juntos pero bebimos demasiado y terminamos besándonos....

—Y eso terminó en la cama, ¿verdad?

—No. Fueron solo unos besos porque estábamos borrachos. Nuestra amistad continuó, pero cada segundo se insinuaba en mí. Me alejé de él y unas semanas después me fui a vivir a Cuba con mi tía y mi primo Zabdiel. El resto ya lo sabes.—Sacudió los hombros y bebió un poco más de agua en su vaso.

—Entonces ya sentiste algo por él.

—Eso no sonó como una pregunta.

—Fue una afirmación.

—Está incorrecto. Nunca sentí nada más que amistad por él. Solo me enamore una vez—Hice un movimiento con la cabeza para que continúe —. Por tí  y fue el primer año de secundaria.

—Entonces, ¿por qué te veías así cuando lo viste?

—Porque no entendía por qué quería casarse conmigo por una amenaza. El no es así. Es guapo, inteligente y es buena compañía, puede enamorarse de cualquier chico.

—Pero insiste en ti.

—Ya no quiero hablar de él. Quiero estar con mi novio, hablar sobre mi novio y besar a mi novio. Puede ser?

—No sabía que tenía novio.  ¿Tienes prometido,novio y yo?Muy conquistador, señor Vélez.– sonríe

—Es un Dom - Bromeó—. Encontraré una solución y todo estará bien. Solo me caso solo contigo.—Me besó la mano.

—¿Promesa?

—Promesa,enano.

Nos miramos por unos segundos hasta que nuestros labios se unieron. Algo en mí me dice que esta promesa no podremos cumplir pero prefiero creer.

—Escuché que hay un parque de diversiones aquí. ¿Podemos jugar en la montaña rusa?—dije después de recuperar el aire por el largo beso que dimos.

—Enano, sabes que soy aterrorizado por las alturas.—Hizo un pico muy lindo con su boca.

—Puedes estrecharme la mano y cuando bajemos te doy un beso para calmarte—Él asintió un poco dudoso.

—¡Nunca volveré a montar una montaña rusa!— él dije después de bajarse del juguete.

—Tu recompensa será genial.- Me acerqué y lo besé.

Nuestras lenguas estaban en perfecta sincronización. Desearía poder tenerlo siempre así, para mí y para nadie más, pero no todo lo que queremos, tendremos.

—Ya son las cinco.¿Vuelvemos a casa?—pregunté

—No quiero ver a Leonardo.—El castaño me dio un ligero empujón para alejarme.

Solo un juego|ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora