Katsuki estaba sentado en su despacho, su silencioso y solitario despacho. Hacía dos días que había regresado a San Francisco y no había sabido ni una palabra de Izuku, se marchó del hotel tan deprisa que para cuando él le hubo explicado lo sucedido a su entrometido hermano y volvió a subir a la habitación, él ya se había marchado; su equipaje seguía allí, pero había pedido que le enviaran todo a la dirección de su casa. Cargó el importe de ese envió y de un billete de avión en la tarjeta de crédito de la empresa.
No es que a Katsuki le importara, había manejado toda aquella situación de la peor manera posible. En lugar de evitarle a Izuku tener que lidiar con aquel lío, lo había colocado justo en el medio, destrozándole el corazón en el proceso.
El timbre electrónico sonó entonces, indicando que alguien había entrado en el vestíbulo, Katsuki suspiró y supo que ahora su trabajo era también recibir a nuevos clientes, pero antes de que pudiera salir de detrás de su escritorio, Camie apareció en el umbral con una carpeta azul en la mano.
— ¿Estas ocupado? — le preguntó
No, sólo tenía que ocuparse del trabajo de oficina, la ayuda temporal se estaba retrasando, había estropeado lo mejor que le había sucedido en la vida y estaba tratando de averiguar cómo arreglar aquel lío
— No — respondió señalando con un gesto la silla con respaldo que había frente a su escritorio — Toma asiento —
Ella dejó la carpeta sobre el escritorio y obedeció — Estos son los papeles legales de mi padre. Dice que Eijiro y tú tienen que firmar cinco copias. Una para cada una de ustedes, otra para mí y otra para cada uno de nuestros abogados —
Katsuki abrió la carpeta y leyó el encabezado — Esto no puede ser —
— No hay ningún error — le aseguro Camie — Mi padre sigue queriendo hacer negocios con Eijiro y contigo, de hecho está entusiasmado con el reto —
Katsuki alzó la vista — ¿Por qué? He cancelado la boda —
Camie sonrió — Antes de que lo hiciera yo —
— ¿Qué? —
— Me he enamorado — se explicó ella — No sé a quién tenía más miedo de defraudar, si a mi padre o a ti, pero ahora que tú también te has enamorado, todo será mucho más fácil —
¿Por qué diablos todo el mundo sabía cuáles eran sus sentimientos? — ¿Ibas a cancelar la boda? Pero enviaste un vestido aquí — le recordó Katsuki, pensando que tenía que devolvérselo antes de que se marchara, estaba ocupando demasiado espacio en su ropero
Camie sonrió y se colocó un mechón de cabello detrás de la oreja — Así es, pensé que tenía que seguir con mi parte del acuerdo, pero cuando recibí tu mensaje diciéndome que necesitabas hablar conmigo y que era urgente, confiaba en que ésa fuera la razón —
— No me gusto dejar un mensaje de voz, pero me estaba quedando sin tiempo — se explicó Katsuki — Odiaba tener a dos personas pensando que eran las elegidas, no era justo para nadie —
— Y menos para ti — añadió Camie
Katsuki sonrió, era una mujer realmente preciosa, pero ni todos sus trajes de marca ni su cabello perfectamente peinado, podían compararse con la belleza de Izuku cuando se despertó la mañana en la que le había dado el medallón.
El timbre de la puerta principal volvió a sonar y Katsuki se puso de pie — Discúlpame un segundo — Pero fue demasiado lento para llegar al vestíbulo antes de que Izuku entrara en su despacho. No parecía tan desgraciado como se sentía él, el bronceado que había conseguido durante su viaje se añadía a su belleza natural y ahora poseía una seguridad que jamás le había conocido y que le sentaba de maravilla.
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¿Por amor o por negocios?
RomanceMidoriya Izuku ha sido un fiel y excelente asistente, tanto que su jefe, Bakugou Katsuki, le pide que organice su boda; que no es mas que otro de los miles acuerdos millonarios que acostumbra firmar. Pero hay un problema, Izuku esta enamorado de él...