𝐈 𝐍𝐄𝐄𝐃 𝐔 ━ nosaka yuuma ¡Editando!

XII

YA NO SÉ QUE HACER PARA ESTAR BIEN CONMIGO MISMO, AYÚDAME, PORFAVOR SÁLVAME.

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Pelea con Anna y Un nuevo amigo

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CAPÍTULO 12.

—¡LLEGUÉ! —SE OYÓ UNA VOZ POR TODO EL APARTAMENTO. Pasos de tacones se escucharon por todo el salón, y una chica de cabellos extraños rápidamente volteó a verla.

—¿Por qué volviste? —preguntó con el ceño fruncido.

—No hay hoteles disponibles para pasar la noche. —se escuchó una voz tras la peli-rosa, e inmediatamente la de cabellos extraños lo miro con confusión.

—¿Quién es él? —preguntó la chica mirando ahora a su prima.

La otra con una sonrisa feliz agarro al hombre del brazo. –porque sí, ese chico ya parecía todo un hombre. –, lo atrajo hasta ella y terminó a su lado.

—Él es mi prometido. —cuando la de cabellos extraños lo vió no pudo evitar abrir la boca de lo sorprendida que estaba.

—¿Me estás jodiendo? —fue lo primero que pudo formular la oji-marrón.

La chica apenas tenía diez y nueve años, no era difícil de saber cuándo su identificación siempre la dejaba en la mesa junto a sus cosas. ¿Pero y ese chico o más bien hombre? ¿Cuántos años tenía? ¿Veinticuatro quizás?

Prefería al idiota que estaba enamorado de ella que seguramente tenía su misma edad.

—¿Disculpa? —habló el peli marrón con una ceja levantada.

La menor volteó a verlo:—No, no te disculpo. —ahora veía a su prima.—¿Estás demente?

La peli-rosa al notar el ambiente incómodo que estaba en el aire soltó el brazo de su prometido para acercarse a ella.

—Heléne... No hay habitaciones disponibles.

—¿Y qué pretendes? ¿Que deje que él se quede aquí? —ahora ella se había levantado para encararla. El prometido de ella iba a entrometerse pero la oji-azul con una seña de manos lo detuvo.

—Tienes que..

—¡No! ¡Yo no tengo porque estar siguiendo tus estúpidas órdenes! ¿Acaso te has vuelto loca?

—¡Estoy aquí viviendo contigo! ¡Soy la mayor!

—¿Perdona? Si no sabías este es mi puto apartamento, mando yo, y aquí se dice lo que yo diga. —se apunto a si misma.— Escúchame bien Anna, si primeramente te dejé vivir aquí fue por la llamada de mis padres diciendo que estaba a tu cuidado, ¿Pero sabes qué? ¡Este es mi hogar! ¡Es donde yo vivo! ¡No voy a estar aguantando tus sinvergüenzadas! Y es más, ¡Yo lo..!

Una fuerte cachetada retumbó por las paredes haciendo eco en todo el lugar. La peli-rosa la había abofeteado duramente sin medir su fuerza y a la pequeña chica no le había quedado de otra que rodar su rostro hacia un lado y caer al suelo agarrando ésta.