Capítulo 2: IPMM

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2017: Instituto Psiquiátrico para Menores de Moscú.

- Señorita ¿Está segura? Él es uno de los ingresados más peligrosos del lugar como para que quiera entrar a verlo sin protección.

- Es el próximo a salir asi que debo ir con él. Y la protección no importa.

- Bien la dejaremos pasar pero igual tomaremos precauciones.

   Un gran lugar, ubicado a las afueras de Rusia, un instituto mental, cuatro pisos, con más de 500 ingresados en cada uno, un lugar frío y desesperante que almacena fallos genéticos, que no pueden cuidar sus familias, la mayoría resultan ser hijos de familias reconocidas, millonarias, que no pueden controlar a esos fallos.

   Los ingresados se miden en 10 categorías de peligro, del uno al cinco son manejables, del seis al diez son peligrosos, puestos cada uno en un cuarto no muy grande, dónde solo hay una cama y algunas cosas que les dejan tener.

   No tienen permitido tener visitas, así que prácticamente viven hay, todos rondan entre los cinco y dieciséis años, se supone que cuando cumplen los dieciséis los dejan salir, aunque hay algunos que duran más tiempo.

   Rato después, un hombre entró al cuarto con unas esposas. La chica entró al cuarto y vio a un chico con un perrito en las piernas, sentado al lado de una ventana a la altura del piso, se sentó en una silla a unos metros de el. El hombre lo esposo y fue a la puerta.

- Christian.- lo llamó desde la puerta. El chico miro en su dirección.- Compórtate.

- Bien.- dijo. Cerraron la puerta y se escuchó el pitido del sello de seguridad que trancaba la puerta automáticamente desde afuera.

- Soy Sofía Louis, del reporte nacional del instituto, solo serán una preguntas.- dijo mirando al chico que estaba hay, él solo miraba por la ventana mientras acariciaba al perro con la poca movilidad que le permitan las esposas.- ¿Comenzamos?

- No tengo otra opción.

- Bien.- encendió la grabadora de su teléfono.- Instituto Psiquiátrico de Moscú, con el ingresado 210, próximo a salir en cinco meses y dieciséis días. Así que... ¿Cómo te llamas? Tú nombre completo.

- Christian Joshue Evans Adish.

- ¿Cuántos años tienes?

- Quince.

- ¿Que es lo que tienes?

- Soy bipolar y.... Un poco esquizofrénico.

- ¿Que es eso? ¿Puedes decirme?

- Cambios drásticos de personalidad y ataques de violencia.

- ¿Hace cuánto tiempo estás aquí?

- Ocho años.

- ¿Porque?

- Mi familia no quiere que mate a nadie.

- ¿Por eso crees que estás aquí?

- No.

- ¿No? ¿Entonces porque estás aquí?

- Porque mis padres no pueden lidiar con un hijo con una enfermedad mental.

¿Y crees estar lo suficientemente estable como para salir?

- No sé. Hay veces que no, hay veces que si.

- ¿Estás emocionado por salir?

- Dejas de sentir emociones cuando pasas un tiempo aquí. Ahora no siento nada, sería igual estar aquí, que estar afuera. Es lo mismo, el encierro mental nunca te deja.

2026: Hospital Dustand.

- Chris, ¿Podrías venir al hospital?

- Si, ¿Por qué? ¿Pasó algo?

- No, nada. Solo... Ven al hospital.

- Esta bien.

   Después de un rato, Christian ya estaba en el hospital, ya le habían hecho algunos exámenes y estaban esperando los resultados. Christian tenía la sensación de que algo pasaba, pero nadie le decía nada, pero no quería preguntar por qué o le decían mentiras o simplemente no le decían nada.

   Desventajas de tener una enfermedad mental, no te consideran lo suficientemente estable y por eso no te dan ciertas noticias para no alterarte y no eres responsable de tu vida, y siempre hay alguien que te protege y toma las decisiones por ti. Esa persona en su vida, era Lucas.

   Una larga hora después, una enfermera entró en la oficina y le dió una carpeta. El doctor revisó la carpeta, mirando cada línea, segundos después, la cerró y miró a Christian.

- ¿Podrías esperar afuera?- le dijo.

   Las manos que Christian tenía en sus piernas se cerraron y se volvieron puños, apretadas fuertemente encima de sus rodillas. No hizo ni el más mínimo esfuerzo de hacer para levantarse. En lugar de eso miró al doctor fijamente, como si quisiera sacarle la información con la mirada.

   El doctor lo miró, y se dió cuenta que en cuestión de segundos, el color azul de sus ojos, se convertía en negro. Lucas le puso una mano encima de la de él.

- Chris.- él nombrado volteo a mirarlo.- Espera afuera.- le dijo.- Por favor.- Christian le volteo los ojos, se levantó de la silla y salió de la oficina cerrando la puerta con fuerza.- ¿Y... Entonces?

- Tiene leucemia. 83% de positivo para la leucemia.- esa era la respuesta que no quería escuchar.

- ¿Y que? ¿Va a morir?- "Por favor no digas que si." Pensó.

- Todos los casos son diferentes. Así que... No podría decirlo.

- ¿Cuánto tiempo?

- La leucemia tiene cinco grados, él está en grado cuatro. Si hace la quimioterapia, tal vez se alargue a unos meses o más.

- ¿Y si no?

-Y sino...- repitió.- Es cuestión de días para que la sangre deje de fluir normalmente, y no le llegue suficiente al cerebro y deje funcionar, y muera.

Después de tú muerte...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora