EXTRAORDINARIA

Capítulo 19

CAPÍTULO XIX: «Enfrentamiento cuerpo a cuerpo 2.0»

— ¿Equis? — pregunto mientras me abrazo a mi misma en la entrada del escuadrón.

Llegué hace unos minutos y al parecer soy la primera pues no hay rastro del jefe del escuadrón. A lo lejos diviso a algunas personas caminando por los alrededores, pero más allá de eso no hay mucho movimiento en los exteriores.

Saco mi teléfono de mi bolsillo y reviso si me ha llegado algún nuevo mensaje. Suspiro, aún nada. 

Cinco minutos más transcurren y mi situación actual no cambia. ¿Acaso me va a dejar plantada?.

Ni bien esa idea surca mi mente me sobresalto cuando las puertas principales se abren y un blindado entra al escuadrón. Me hago a un lado para que el vehículo pase. 

¿Quién vendrá a esta hora?

Recibo la respuesta cuando las puertas del blindado se abren y el rostro de Equis y el de Aaron aparecen en mi campo de visión.

Equis aleja su mirada de la mía cuando nuestros ojos se encuentran. Ese acto me hace rodar los ojos. Aaron se aclara la garganta, notablemente incómodo con la situación.

— Buenas noches, Natalie — saluda con una sonrisa amigable.

— Hola, Aaron — digo cortés. 

— Disculpa que te haya hecho venir a esta hora. Te habría llamado personalmente pero no contaba con tu teléfono así que le pedí a Equis te notificara.

Ya veo. Equis no me llamó porque quisiera, sino porque Aaron se lo pidió. Bueno, la teoría de que quizás me llamaba para disculparse se acaba de ir al tacho con eso.

— No hay problema — intercambio el peso de mi cuerpo de un pie al otro.

— Sube, por favor. Hay algunas cosas que tenemos que discutir.

Alterno mi vista entre Aaron y Equis y resignada decido acatar las órdenes. Subo al vehículo y mi cuerpo agradece que la calefacción esté encendida. Ni bien cierro la puerta, el vehículo se vuelve a poner en marcha. 

— ¿A dónde vamos? — me atrevo a decir al cabo de varios minutos.

Aaron abre el cierre de su casaca y del bolsillo interior saca una petaca. Insisto, ¿es que acaso este hombre siempre lleva licor a donde sea que vaya?.

— No es misterio para nadie que vuestra relación está bastante tensa así que he decidido solucionar aquello — explica mientras le da un sorbo a su petaca.

— No sabía que ahora hacías de mediador en asuntos que no son de tu incumbencia — suelta Equis en un tono extremadamente arisco.

— ¿Eres siempre así de pedante? — la pregunta abandona mi boca antes de siquiera procesarla.

Equis clava su mirada en mi y la intensidad con la que me mira me hace tragar saliva — ¿Eres siempre así de entrometida? — devuelve veloz.

Aaron se aclara la garganta nuevamente — ¿Ven a lo que me refiero?, no es posible que elegidos con talento tan raro como el que ustedes poseen se lleven como perros y gatos. Se supone que deben ser un equipo.

— Sí claro — susurro en voz baja.

Nadie dice nada más por lo que queda del camino. Al cabo de veinte minutos el coche se detiene y al bajar observo un pequeño establecimiento. Parece un gimnasio pero me extraña que se encuentre tan alejado del escuadrón.

Aaron camina hasta la entrada y coloca su mano en lector. Las puertas se abren y luces se encienden en el interior. 

— No sabía que el escuadrón Beta tuviera un gimnasio externo — siseo mientras observo a detalle el lugar.