C a p í t u l o 22

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Abril 21, 2021

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Abril 21, 2021.
Nevada, Estados Unidos.

El proceso de recuperación de Noah fue algo tortuoso, pero ante los exámenes que le realizaban, los médicos y científicos parecían estar más que satisfechos con los resultados. Estaban continuando con la creación de una gran eminencia humana, algo fuera de los límites de una persona promedio. Pero solo había un gran problema más: Tenían que aprender ahora a controlarla, porque si algo estallaba, y ella se iba en contra de ellos, sería difícil detenerla. A veces la inteligencia era más peligrosa que la fuerza física.

Era por eso que siempre la tenían encerrada en la sala de experimentación. Le habían dicho que era para tenerla bajo observaciones continuas en caso de presentar algún malestar, o cosas por el estilo, pero ella sabía que no iba tanto por ese lado, sino, que lo hacían para siempre mantenerla vigilada y no permitir que se escapara. Los doctores del lugar eran un tanto tontos si creían que Noah no iba a darse cuenta de eso al instante, ya que estaba cansada, sí, pero su mente funcionaba más, y más rápido que la de todos los demás. Eso era lo que ellos estaban creando y a dónde querían llegar. Una parte de ella se arrepentía de haber aceptado todo eso, pero era mejor haberlo hecho por las buenas, y no por las malas, porque de todas formas ese iba a ser su destino, ahora solo le quedaba sacarle provecho a la situación, estudiarse a sí misma, y después terminar con todo esto mediante el punto débil que tenían. Matthew por su parte, tuvo que salirse de aquella sala en la que tenían a la menor, y estaba planeando con Caleb la salida que tendrían de ese lugar, al parecer las cosas se estaban arreglando para quedar listas y ejecutar el acto el mes siguiente, pero él sentía que no era suficiente, que tenían que hacerlo lo más pronto que se pudiera. Temía que Noah se volviera loca por todo lo que estaban haciendo.

—¿Estas lista? —cuestionó un médico que se encontraba junto a ella en la cama, junto con un gotero en las manos, y un líquido transparente en el interior.

—¿Tú qué crees? —contestó de mala manera la joven.

El tipo tomó su rostro entre sus manos, obligándola a abrir la boca, para poner debajo de su lengua aquella sustancia. Un sabor amargo  fuerte invadió sus papilas gustativas, y dejó durante unos segundos que el líquido se absorbiera en esa zona. En cuanto fue suficiente, finalmente el hombre la soltó. Se suponía que aquello que le habían hecho tomar era para poder relajar su cerebro, y que ese se siguiera adaptando a los cambios neuronales que estaba sufriendo, mientras que su ADN también se veía modificado. Es como cuando vas a centros de fertilización in vitro, en el que se hace la mezcla de los óvulos con los espermatozoides, y posteriormente se hace un análisis genético para poder ver cómo saldría ese bebé en caso de ser fecundado, y en el proceso eliminar todos aquellos defectos que vienen por genética para hacerlo alguien más sano, o simplemente con mejores genes. Era lo mismo, pero se realizaba con una persona ya creada, dentro de su propio organismo.

—No puedo creer que todavía no está recuperada al cien por ciento y ya la están sometiendo a este tipo de cosas otra vez —susurró Matthew hacia Caleb.

Proyecto Matthew (Parte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora