Era una vista magnífica, podía ver gran parte de la ciudad, pero no toda. A pesar de que el paisaje en su mayoría constaba de edificios, no tenía sensación negativa.
Se distribuían muy bien los espacios verdes con las casas y edificios. La arquitectura se veía elegante y limpia. No había signos de nobleza o realeza, lo que me daba algo de paz.
No pude evitarlo, me quedé disfrutando de esa vista desde que llegué, hace unas trece horas.
-Señor Sjel, los representantes ya están listos para la reunión. Por favor acompáñeme, lo guiaré. -
-Bertil... Así que te asignaron a ti... Luces un poco cansado, cuando termine la reunión descansa. Y no seas tan formal, me haces sentir mal. -
-Muchas gracias... tomaré tu recomendación y descansaré apenas pueda. -
Un ambiente de confianza se sintió al fin, no me agradaba la idea de que Bertil tuviera que ser tan formal. No me interesa gobernar a los humanos ni que me traten como una deidad o monarca.
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-Es un placer tenerlo señor Sjel... nos disculpamos si nuestros modales no son los adecuados para usted, no sabemos qué protocolo o etiquetas debemos utilizar con nuestro creador. Rogamos, nos disculpe. -
-Por favor, simplemente trátenme como a un igual. Soy un ser imperfecto, y aunque soy su creador, realmente no soy de los más poderosos en mi raza. -
Signos de sorpresa se mostraron en los rostros de los representantes, quienes se miraron los unos a los otros en silencio antes de dirigirse a mí.
- Estamos perdidos señor Sjel, ¿Podría explicarnos mejor, por favor? -
-Por supuesto, estoy aquí por eso. Soy de una raza imperial que se dedica a conquistar universos y civilizaciones. Nuestra esperanza de vida es demasiado larga desde su perspectiva, por lo que ustedes nos llamarían inmortales, pero ese término solo se aplicaría a mí. Pues tengo total control de lo que ustedes llaman como Alma, y me es imposible morir.
Ocupaba el puesto de soldado imperial, lo que significa que estaba bajo ordenes de "Los Cinco Ejecutivos", quienes, a su vez, estaban solo por debajo del emperador.
Nos enviaron, a cinco soldados y a mí a este universo cuando era aún más primitivo, para buscar un artefacto escondido. Cuando lo hicimos, luego de algunos milenios, tres de estos soldados nos atacaron. Supongo, por orden de algunos ejecutivos en contra del emperador.
El soldado restante y yo nos unimos para aumentar nuestras probabilidades de supervivencia, y luego de mucho tiempo, logramos acabarlos con la ayuda del artefacto. Aun así, fui sellado, casi por voluntad, en el satélite que conocen como luna.
Desconozco si mi compañero me dio por muerto, me inculpó por lo sucedido, o cualquier cosa que sucediera. Solo se que acabo de despertar gracias a ustedes, una especie que, a pesar de ser bastante frágil, ha logrado establecer una sociedad bastante justa. Algo imposible para la naturaleza de mi raza. –
La sala quedó en silencio por un momento, los representantes de las Uniones, que en este momento estaban representando a la humanidad frente a una deidad, estaban procesando la información que acababan de recibir.
Parecía que la calma no se iba a romper nunca, hasta que uno de los representantes tomó la palabra.
-Hay algo que no comprendo, y no quiero molestarlo con mi pregunta señor Sjel, pero. ¿Si solo vino a este universo por una misión de sus superiores, cuándo nos creó? –
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El quinto sujeto
Science FictionHistoria de fantasía y ciencia ficción. En proceso...