CAPITULO CINCO

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El pecho de Miriam subía y bajaba rápidamente mientras se escuchaba un jadeo. Su expresión mostraba un claro cansancio, y parecía que podría caer inconsciente. Su rostro brilloso por el sudor tenía marcas de suciedad, y su ropa desgastada mostraba que no había tenido tiempo para preocuparse por su imagen.


"Haaa..." Un suspiro lleno de alivio salió de su boca mientras se recostaba en el tronco de un árbol, mostrando una relajación que al parecer había estado esperando después de mucho.


El lugar donde se encontraba lucía como un denso y verde bosque, que no mostraba signos de intervención humana, excepto por las marcas y rastros de lo que parecía haber sido una pelea entre dos anormales.


-Esta vez... fue... bastante... difícil... - Dijo una voz que parecía estar a unos cuantos metros a la derecha de Miriam. Era Diara, su apariencia era un poco mejor a la de Miriam en este momento, su ropa no estaba tan desgastada ni sucia, pero se veía igual o incluso más agotada, su rostro tenía un tono pálido, y se veía como si se fuera a desmayar en cualquier momento. Que efectivamente, fue el caso. En el momento en que sus ojos se cerraron y su cuerpo se relajó, este empezó a brillar y a desaparecer al mismo tiempo.


-Efectivamente, esta vez fue mucho más difícil que antes. – Sonó una voz masculina un poco más lejos de donde se encontraba Diara unos momentos antes. Esta vez fue Jing Lie.


-Voy a regresar. – Dijo otra voz masculina, pero ahora a la izquierda de Miriam. Éste era Jhony. Después de decir esto su cuerpo pasó por el mismo fenómeno que el de Diara.


-Yo también. – Sonó la voz del único que faltaba, Jean.


Miriam al ver esto simplemente asintió, y su cuerpo empezó a iluminarse al mismo tiempo que los otros dos. Abrió sus ojos en una cabina, era una de las que llamaban como "Camillas", que usaban para entrenar en un espacio simulado, gracias a tecnología que involucraba la habilidad del alma.

Cuando salió y se sentó, una persona con uniforme le ofreció una pastilla y un vaso con agua, que ella recibió y tomó.


-Esta vez parece que el desgaste fue muy alto, tomen las pastillas para el mareo y descansen por un día. Lo volveremos a intentar pasado mañana. – Dijo el que parecía ser el uniformado que estaba a cargo.


Sin responder, la pálida Miriam se levantó difícilmente de la camilla y trató de dar un paso para salir, pero casi colapsa. Uno de los uniformados la sujetó y la ayudó a salir.

Cuando estaban saliendo del edificio, otro uniformado que parecía de algo más enfocado a la comunicación, los detuvo a los cinco para darles un informe.


"El señor Sjel exige una reunión con los cinco en siete días. Por favor descansen hasta entonces"

Los cinco asentimos sin pensarlo mucho, en parte por que no teníamos el estado mental para hacerlo, y por otra, porque era una exigencia de un dios.


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"Así que mi despertar fue en el momento justo... Si hubiera sido un poco después, no habría visto a los humanos"

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⏰ Última actualización: Feb 23, 2021 ⏰

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El quinto sujetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora