Pasa del mediodía y Rick está saliendo de su cuarto, acaba de despertarse. Bosteza, llevándose la mano a la boca para cubrirlo, y de paso se limpia la baba que le caía. Mientras baja las escaleras se coloca la bata brazo por brazo. Tiene el cinturón suelto pero no va a molestarse en arreglarlo. Ha dormido más de ocho horas pero los parpados se sienten como dos piedras colgándole. Su estado no se puede comparar al de una lechuga recién lavada, para nada.
Está consciente de la hora, y no le agrada bastante, lo pone de mal humor. Pero dormir hasta tarde empieza a volverse una costumbre que debe abrazar, aunque no quiera. No es porque se pasa la noche entera de fiesta o bebiendo, no. Es porque sabe que ya no vale la pena programar su alarma. Ya no le importa desayunar con su familia ni saludarlos antes de que sus caminos se separen hasta la noche. Si no se le permite ir por él, no tiene gracia sentarse en la mesa para escucharlo hablar sobre las anécdotas de su nuevo entorno. Todos lo oyen con mayor o menor interés, pero Rick lo oía con enojo, hasta que dejó de hacerlo.
Solía contar con esa misma emoción las aventuras que pasaban juntos.
Su hija le especificó que no podía seguir sacándolo de clases porque necesitaba equilibrar sus dos vidas. Se lo dejó bien claro, pero aún así él no iba a obedecer, no le dio importancia y fingió que acataría sus instrucciones al pie de la letra. Se lo llevaría cuando le dé la puta gana, pensó, contento.
Eso fue hasta que Morty entró personalmente en el garaje para pedirle que esta vez le haga caso a su madre.
Para su sorpresa, habló con firmeza y sin estúpidos titubeos. Rick reconoció eso, aunque le molestó, tuvo que aceptarlo y hacer la promesa de que no interferiría con sus estudios ni con su trabajo. El castaño le agradeció y se disculpó con humor, ese tipo de humor que a Rick tanto le gusta.
Su pequeño había crecido bastante.
Revolea algo para comer en el refrigerador sin mucho éxito. No se han molestado ni en dejarle las malditas sobras del desayuno. Ya ni van a despertarlo cuando es hora, ni el castaño. Quizás su terquedad ya los ha cansado y no quieren intentarlo más...
Toma la penúltima lata de gaseosa, planeando terminarse la otra para dejarles una lección al resto. Menuda decepción se llevaría el próximo que quisiera beberla. Ríe, imaginando que Jerry sería la víctima.
Mira el reloj con fastidio, esperando que las agujas se aceleren para que su nieto llegue a casa. Se siente aburrido, no puede evitarlo. Tampoco tiene ganas de salir a algún lado como para matar el tiempo. Su rutina ha quedado estancada desde que Morty trabaja como repartidor de pizzas.
¡Qué empleo tan patético! Hasta su uniforme lo era, y esa gorra...
Summer le había hecho burla por él. Cómo se lo agradecía. El menor se defendió y dijo que la paga era buena, la típica excusa.
Se tira sobre el sofá y suelta un eructo. ¿Hace cuánto que no bebe? Se pregunta.
No tiene ganas ni de encender la televisión, se queda viendo el techo por un rato. Cuando está sobrio entiende muy bien lo ridículo que se ve, soltando quejas, gruñidos y suspiros. Todo porque su Morty ha decidido independizarse. Ya tiene la edad, y es probable que muchos Ricks estén sufriendo la misma crisis.
Se le va el tiempo con sus pensamientos y la lata sólo le cuelga de la mano. Se escucha que alguien está abriendo la puerta. ¡Oh, mierda! Se levanta de golpe y se acomoda en el sillón para no dar el aspecto claro de derrota que no se le borra de la cara. Es Morty quien ha llegado.
—Ah, hola, Rick. —Cierra la puerta y entra en la sala.
—Qué hay. —Da un sorbo a la lata, intentando esconder su vergüenza por tan bobo saludo...
—¿Algo nuevo?
—Meh, la misma mierda. —Se cruza de brazos.
—Bueno. Iré a hacer mi tarea. Nos vemos. —Sonríe un poco y sube las escaleras con la mochila colgándole.
Rick lo ve alejarse y cuando es un hecho que se ha ido, vuelve a tumbarse sobre el sofá. Lanza la lata que ya está vacía, y maldice.
No le gusta esto para nada.
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❝Don't go, I'm alone❞ Rickorty
Fanfictionᴴᵃᵖᵖᶤˡʸ ʷᵃᶤᵗᶤᶰᵍ ᴬˡˡ ᵒᶰ ᵐʸ ᵒʷᶰ ᵁᶰᵈᵉʳ ᵗʰᵉ ᵉᶰᵈˡᵉˢˢ ˢᵏʸ Morty consigue trabajo y ya no tiene tiempo para Rick.