⸙; two. bored

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Entra al garaje para encontrar algo con lo que entretenerse. Ya no le quedan programas en la tele ni lectura que descubrir. Incluso se ha leído las revistas de Summer para mantenerse activo.

Son las ocho de la noche y Morty ya se ha ido, volverá en dos horas y se irá directo a la cama tras comer.
No podrá ni darse el lujo de invitarlo a una salida nocturna a lo Rick y Morty. Esa conclusión le fastidia siempre. Como el castaño llega cansado del trabajo, no quiere verle esa cara de muerto para luego verlo destellar a la mañana siguiente. Es un fuerte contraste que envidia.

Ya no sabe qué hacer, cada día se aburre más. Cada día hay menos cosas que realizar.

Está en busca de algo para reparar, o algo que investigar. No tiene éxito, ya ha hecho todo eso los días anteriores. Rueda los ojos e insulta a su yo del pasado.

Abre un cajón al azar y mete su mano, saca lo primero que agarra y lo estrella contra el piso sin pensarlo. El objeto se rompe de inmediato, no era muy resistente.

—¡Papá! ¿Qué fue eso? —pregunta Beth asustada desde la sala. El estruendo resonó muy bien.

—¡Nada, cariño! ¡Estoy trabajando, tú tranquila! —responde, agachándose para tomar los fragmentos de lo que rompió.

Ni siquiera sabe de lo que se trataba.

Recoge los restos y los pone sobre la mesa. Se ha obligado a darse una excusa para ponerse a hacer algo, y no es la primera vez. ¿Está tan desesperado y solo?

Sí.

Se sienta en un banquillo y pone manos a la obra. Inclina la espalda y examina los pedazos. Suspira, dándose cuenta de que le faltan herramientas a mano.

—Morty, pásame el destor--... —Se frena a sí mismo, y trata de borrar esa humillación.

Se levanta y va por el destornillador en el estante. Al tomarlo, piensa en él.

Pero la puerta se abre de repente, lo que lo despierta bruscamente de su trance. Da un sobresalto y le reclama a la intrusa: Summer.
Intenta no obviar su dilema.

—¿Qué quieres? —dice de mala gana, volviendo a la mesa.

—Abuelo, te he notado raro. —Se queda en el umbral de la puerta, de brazos cruzados.

—Ajá. —Trata de no prestarle atención porque ya puede predecir la conversación.

—Desde que Morty consiguió trabajo has estado así.

—Que ahora tú seas la desempleada no te da derecho a quejarte de tu hermano. Acepta las cosas y no armes conclusiones de mí por eso. —Ni siquiera se gira a verla. Sabe que tiene razón, y tampoco está seguro de lo que acaba de decir.

—Es raro que estés sobrio —resalta ella.

—Soy todo un raro.

—Rick, escucha, los dos han sido muy unidos estos años, y fue un insulto que me hayan dejado de lado tantas veces. Así que, creo que he venido a proponerte algo. Deberías--

—¿Debería qué, Summer? —Al fin encara a la chica, ha girado sobre el banquillo—. ¿Pedirle que regrese a mí como la pequeña y linda mierda que es porque lo necesito para que mi asquerosa vida tenga una pizca de sentido? ¡¿Eh?! —Regresa a su posición de trabajo, le da la espalda—. Deja que sea feliz con su puto trabajo, en su uniforme rojo perdición...

—Yo... Sólo venía a decirte que seamos nosotros los que salgan por aventuras o algo así pero... ¡Wow! —Rick abre bien sus ojos—. ¡Já! ¿En serio sientes todo eso por Morty? Vaya, es un lado que no hemos visto de ti. No me lo creo. ¡Es genial!

—Oye, espera... —La lengua se le ha ido.

—Que no te avergüence, abuelo. Luego de tanto tiempo, es normal que generes dependencia hacia ese él. —Se ve como si quisiera reír, pero sólo está omitiendo una sonrisa—. Yo me voy, te dejo trabajando.

Sale del garaje, con energía de sobra.

—¡Maldita zorra! —exclama, dándose cuenta de que no va a volver para aclarar lo que acaba de decir.

¿De qué forma estaba refiriéndose a sus emociones por Morty?

Por el tono, dudaba de siquiera la repuesta más lógica.

Con el destornillador en manos, se dio cuenta de dos cosas; no necesitaba esa herramienta para nada, y lo que destruyó de trataba del robot que pasa la mantequilla.

Se siente muy perdido con tantas cosas dándole vueltas.

❝Don't go, I'm alone❞ RickortyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora