Narra la historia de la familia Carvajal Valdés, Juliana y Valentina como madres de una hermosa pequeña de cinco años: Cat.
La pequeña es la mezcla perfecta de las características más bonitas de sus madres, la terquedad y fortaleza de Juls con la d...
Juliana se encontraba dentro de su habitación tratando de decidir entre llamar o no a Valentina, sabía que su esposa probablemente estaba muy ocupada en el trabajo en esos momentos. Además, recordó que Val le había contado el día anterior que tendría una importante reunión de negocios con posibles nuevos patrocinadores para el periódico, sin embargo, ¿podría Juliana esperar hasta más tarde en el día para contarle a su esposa lo que acababa de descubrir? La respuesta es NO. Aquello era demasiado importante.
La diseñadora presionó el botón verde en la pantalla de su móvil para llamar a su esposa, lo intentó dos veces y Val no respondió. Eso fue suficiente para no continuar insistiendo, al menos lo había intentado. Después de un par de minutos, Valentina le envió un mensaje de texto:
- ¿Qué pasa mi vida? Estoy atrapada en el trabajo en estos momentos... - Juliana se derritió de amor con solo leer aquel simple mensaje de texto de su mujer.
- Perdón amor mío... quería invitarte a almorzar, pero está bien – escribió con una sonrisa en el rostro.
- Oh no... Realmente desearía poder escapar ahora para almorzar contigo, pero los patrocinadores están a punto de llegar y Mateo me necesita con él en la junta – respondió apenada.
- Está bien Val, de verdad.
- ¿Qué deseabas comer? ¿Quizás podemos salir a cenar esta noche? – preguntó.
Juliana pensó cuidadosamente el siguiente mensaje de texto, sabía el impacto que tendría en su esposa así que meditó en los pros y los contras de sus intenciones y decidió seguir su plan. Se deseo suerte a sí misma y escribió:
- Bueno... hablaba de mí, almorzarías esto... - envió sus palabras y segundos después una fotografía de ella acostada sobre la cama vistiendo solo una lencería blanca son algunos detalles en color azul. En la imagen se apreciaba perfectamente su tonificado y escultural cuerpo, su perfil hermoso y aquella cabellera que con el tiempo la pelinegra empezó a usar un poco más larga que cuando se conocieron. Nada que Valentina no se supiera de memoria, pero la morena disfrutaba provocarla y burlarse de ella como solían hacer entre ellas una que otra vez como forma de mantener la chispa en su relación y evitar caer en la rutina de la monotonía de las parejas después de cierto tiempo en el matrimonio.
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Juliana vio como los tres puntitos en la aplicación de mensajería aparecían y desaparecían, señal de que Valentina escribía y borraba de inmediato su respuesta.
- Juls... - la respuesta provocó una risa de satisfacción en la pelinegra, había logrado su objetivo que era desarmarla y dejarla sin palabras. Hacer que la necesitara y la deseara justo en ese momento.
- ¿Tardaste dos minutos escribiendo esa respuesta? – la morena a veces podía ser muy mala, provocadora y llevar a su mujer a los límites de la cordura.
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Valentina estaba mirando la foto con tanta admiración que no se dio cuenta de que Mateo la había llamado en tres ocasiones.
